Los ejercicios militares en el estrecho de Taiwán no auguran nada bueno para las cadenas de suministro. Sin embargo, al margen de la posibilidad de que las tensiones entre Beijing y Taipei provoquen disrupciones, los problemas de logística que se convirtieron en el sello de la economía durante la pandemia están disminuyendo.
Después de 18 meses turbulentos, los datos recientes apuntan a un regreso a la calma relativa. El número de buques que hacen fila en el puerto de Los Ángeles cayó 75 por ciento desde principios de año, a pesar de que el puerto registró su mes de junio más activo en un siglo. Los plazos de entrega de la carga aérea también están mejorando.
Las empresas de la mayoría de las grandes economías informaron de una reducción de los plazos de entrega de insumos y materiales en julio, según la última encuesta mensual de S&P Global.
“Las presiones sobre la cadena de suministro fueron tan graves que las empresas detuvieron la producción y la escasez hizo que se dispararan los precios”, dijo Joanna Konings, economista senior de ING Bank. “Ahora empezamos a observar de nuevo que las mercancías pueden llegar a donde tienen que llegar”.
primera vista, este punto de calma en medio de una ola tras otra de agitación geopolítica debería ser positivo para la economía mundial. Sin embargo, el camino hacia las condiciones anteriores a la pandemia, en las que la entrega justo a tiempo se había convertido en la norma, está lleno de riesgos.
La fiebre navideña de finales de verano está a la vuelta de la esquina. “Lo que me preocupa es que entremos en la temporada alta y (los transportistas) ya no puedan manejarlo, entonces empezaremos a ver de nuevo los congestionamientos”, dijo Josh Brazil, vicepresidente de project44.
La inflación también aumenta el riesgo de una huelga. Y, aunque los tiempos de espera fuera de Los Ángeles ya casi desaparecieron, hay congestionamiento en la costa este de Estados Unidos y en el norte de Europa. También está la insistencia de Beijing en su postura de covid cero, una política que ha provocado el cierre de muchos puertos y fábricas.
Nathan Sheets, economista jefe de Citi, dijo: “Lo que hemos visto hasta ahora es apenas un paso en esa dirección, pero es probable que (algunas) disrupciones nos acompañen por meses o quizá años”.
srgs