Ambición política genera inversión para Silicon Valley: EU

FT MERCADOS

Las medidas del gobierno estadunidense, contra la tecnología asiática, han provocado una avalancha de inversiones.

John Thornhill
Ciudad de México /

Existe la opinión, expresada mordazmente por el inversionista de capital de riesgo, Bill Gurley, de que Silicon Valley ha prosperado porque está a 4 mil 500 kilómetros al oeste del centro del gobierno de Estados Unidos (EU). “La razón por la que Silicon Valley ha tenido tanto éxito es porque está muy lejos de Washington”, dice Gurley.

Pero esa visión ignora un importante inconveniente histórico: Silicon Valley se construyó en su mayor parte con dólares federales. El Pentágono y la NASA fueron los primeros y voraces compradores de chips de silicio para guiar sus cohetes militares y civiles. En 1963, el programa espacial Apolo compraba 60 por ciento de todos los circuitos integrados producidos en EU.

Una vez más, el gobierno volvió al juego de financiar a lo grande la tecnología, prometiendo desencadenar una nueva ola de inversión e innovación del sector privado a las empresas tecnológicas.

EU tiene tanto la intención como la capacidad de reafirmar el liderazgo tecnológico global, al tiempo que obstaculiza el ascenso de China. Y es probable que Silicon Valley esté entre los mayores beneficiarios de esa ambición política, incluso si algunas de sus principales luminarias aún no la aprecian.

Esta semana, la Asociación de la Industria de Semiconductores publicó un informe que destaca cómo la adopción de la Ley de Chips en 2022, que proporcionó 39 mil millones de dólares (mdd) en incentivos en forma de subvenciones para apoyar a la industria de los semiconductores, había provocado un torrente de inversiones del sector privado. Desde entonces se han anunciado 447 mil mdd adicionales de inversión en 83 proyectos distintos en 25 estados.

Así como el momento Sputnik de 1957, después del lanzamiento del primer satélite por parte de la Unión Soviética, desencadenó un aumento de la inversión tecnológica en EU, la actual rivalidad entre las superpotencias y China también ha aflojado el gasto federal en el sector tecnológico. Washington finalmente se dio cuenta de que su dependencia de las importaciones de chips de Taiwán y Corea del Sur era una vulnerabilidad estratégica inaceptable en un mundo más volátil.

Por supuesto, hay mucho que Washington puede hacer. Pero el sector tecnológico privado de EU está disfrutando de forma independiente de una oleada de nueva financiación, a medida que los inversores apuestan fuerte por el poder transformador de la inteligencia artificial. Las empresas estadunidenses, encabezadas por Google, OpenAI, Nvidia, Microsoft y Anthropic, ya dominan el campo de la IA generativa. Goldman Sachs estima que la inversión podría aumentar a entre 2.5 por ciento y 4 por ciento del PIB en EU.

Es indudable que las economías que tienen un déficit presupuestario de 6 por ciento del PIB y disfrutan de un auge bursátil promocionado por la IA pueden parecer engañosamente buenas, al menos por un tiempo. Las debilidades de EU, incluidas una deteriorada infraestructura de transporte y la escasez de habilidades, no serán fácilmente superadas. Las restricciones estadunidenses a las exportaciones de chips de alta gama a China también perjudicarán a las empresas americanas. Y no se puede descartar una agitación política tras las elecciones presidenciales de este año. Pero como predica el legendario inversionista Warren Buffett: “Nunca apuestes contra EU”.

AOL

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