Bruselas inició una investigación sobre Shein, la plataforma de comercio electrónico fundada en China, en medio de preocupaciones de que la compañía esté violando las normas europeas de protección al consumidor al vender productos ilegales.
Un funcionario del bloque señaló que existe una “sospecha razonable” de violaciones generalizadas de las leyes de protección al consumidor de la Unión Europea por parte de la empresa. Bruselas investiga si Shein impulsó términos contractuales injustos, reducciones de precios engañosas y prácticas comerciales desleales. Ya hay en curso una investigación similar contra Temu, la compañía china de compras en línea.
Es el problema más reciente para Shein, el grupo de moda rápida con sede en Singapur que planea cotizar públicamente sus acciones en Londres en la primera mitad de 2025, con el objetivo de alcanzar una valoración de 50 mil millones de libras. La ofensiva de Donald Trump contra el acceso libre de aranceles para los pequeños bienes también puede hacer mella en su modelo de negocio.
La investigación de la Unión Europea forma parte de una ofensiva más amplia del bloque contra la avalancha de importaciones procedentes de China, en medio de las preocupaciones por el aumento de los productos peligrosos y falsificados enviados desde Asia. Bruselas anunció planes para responsabilizar a las plataformas de comercio electrónico como Temu, Shein y Amazon Marketplace por los productos peligrosos o ilegales vendidos en línea. Más de 90 por ciento de los 4 mil 600 millones de paquetes de bajo valor importados a la Unión Europea en 2024 eran de origen chino.
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Shein indicó que comparte el “objetivo de garantizar que los consumidores europeos puedan comprar en línea con tranquilidad” y que la empresa tiene la intención de “trabajar estrechamente” con las autoridades nacionales de protección y la Comisión Europea para abordar cualquier inquietud.
Si se descubre que Shein infringió las normas de protección del consumidor de la Unión Europea, corre el riesgo de ser multada por las autoridades nacionales de todo el bloque.
Shein ya tiene abierta una investigación por parte de la comisión en virtud de otras normas diferentes que vigilan el comportamiento de mercado de las grandes plataformas en línea. En esa pesquisa, Shein corre el riesgo de recibir multas de hasta 6 por ciento de su facturación anual mundial.
La firma, que vende prendas de miles de empresas chinas a precios ultrabajos en todo el mundo, sigue esperando que los reguladores chinos aprueben su cotización en el extranjero.
El verano pasado, el grupo presentó documentación confidencial al regulador financiero de Reino Unido para salir a bolsa y todavía está en proceso de debida diligencia. Primero fijó la mira en Nueva York, pero cambió a Londres después de recibir el rechazo de las autoridades de Estados Unidos.
Shein también ha estado en la mira de los parlamentarios de Reino Unido recientemente y se le acusó de faltarle el respeto a un comité parlamentario después de negarse a responder varias preguntas sobre la integridad de su cadena de suministro como parte de una investigación más amplia.
Más tarde, la compañía proporcionó por escrito respuestas a algunas de las preguntas, pero Liam Byrne, presidente del comité, respondió después de afirmar que no había aclarado si enviaba a Gran Bretaña productos con algodón de Xinjiang, un área vinculada a acusaciones de uso de trabajo forzoso.
Shein ha enfrentado acusaciones de malas prácticas laborales en su cadena de suministro, pero en repetidas ocasiones ha dicho que tiene una “política de tolerancia cero” respecto al trabajo forzoso.