Cuando Sony lanzó el avance de su próxima película Uncharted (Uncharted: Fuera del Mapa) en octubre, los aficionados mundiales del juego de video en el que se basa se mostraron indignados. Mark Wahlberg parecía la perfecta elección para el papel del pícaro mentor Sully en esta película de aventuras al estilo de Indiana Jones, pero ¿dónde quedó su bigote característico?
La respuesta —en un movimiento que los fans del popular juego de PlayStation consideran como una prueba de la maestría de Sony en las redes sociales— llegó en la última toma del segundo avance. Esta vez el bigote estaba allí, pero el mundo deberá esperar hasta el estreno de la película, en febrero, para descubrir el misterio detrás de su reaparición.
El “señuelo” del bigote de Uncharted es claro ejemplo de la confianza renovada de Sony. Según un creciente conjunto de inversionistas, el símbolo de los 157 mil millones de dólares (mdd) del sector corporativo de Japón puede estar a punto de lograr una ambición que buscó y se le había escapado por décadas: convertirse en la compañía de entretenimiento mejor integrada del mundo.
El Dato...8,800 mdd
En ingresos obtuvo Sony en 2020, gracias a su división musical, con los sellos discográficos Columbia, Arista, Epic y RCA.
A lo largo de muchos años, Sony creó o compró los instrumentos adecuados para lograr su objetivo: catálogos musicales de clase mundial que van desde Miles Davis hasta Mariah Carey, estudios de cine y televisión de Hollywood, además de PlayStation, el grupo líder en juegos. Pero nunca había logrado que la orquesta tocara en armonía.
Ahora, a pesar de los cambios sísmicos que sacuden todos los rincones del mundo del entretenimiento —incluidos los servicios de streaming de música, películas y televisión, los juegos basados en blockchain y la promesa disruptiva del metaverso—, Sony parece haber encontrado la manera de hacer que sus distintos grupos de entretenimiento funcionen juntos.
Su estudio de cine está produciendo Spiderman y otros éxitos de taquilla con Marvel, mientras que una profunda biblioteca de películas y programas de televisión ayuda a llenar el apetito insaciable de contenido que tiene el streaming. El renacido negocio de la música, el segundo más grande del mundo, se beneficia del crecimiento de Spotify y TikTok. Y con PlayStation, tiene décadas de experiencia en videojuegos, un sector que Netflix, Apple, Amazon y otros participantes están desesperados por penetrar. Todo esto con un hardware de vanguardia, incluyendo los cascos de realidad virtual y otros equipos que muchos creen que serán la puerta de entrada al metaverso.
“(La estrategia de Sony) los coloca en una posición de poder única”, dice el analista independiente Pelham Smithers. “Tienen música, televisión, películas, videojuegos: cosas que todo el mundo quiere, pero que solo Sony hace a gran escala y de forma conjunta”.
Fortaleza, unidad e innovación
Los inversionistas parecen estar de acuerdo. Las acciones de Sony están en su punto más alto de los últimos 20 años, y la mayoría de los analistas califican a la empresa como algo para “comprar”.
La serie Uncharted, un título emblemático para dos generaciones de jugadores de las consolas PlayStation de Sony, es un buen ejemplo de la estrategia en acción. “Las empresas llevaban 10 años intentando hacer Uncharted”, dice Tony Vinciquerra, presidente de Sony Pictures Entertainment. “Cuando llegué (en 2017), me pregunté: ‘¿Por qué no podemos hacer estas cosas?’”.
El proyecto se puso en marcha después de que Vinciquerra lo discutió con Jim Ryan, presidente de Sony Interactive Entertainment. Una vez que Uncharted despegó, otros 10 proyectos entraron en desarrollo entre la unidad de juegos y Sony Pictures.
“Solo necesitábamos que la gente intentara hacer lo correcto para Sony en su conjunto”, dice Vinciquerra, en lo que podría considerarse una crítica implícita al hecho de que la compañía había estado trabajando más como una colección de imperios independientes.
“Los temas culturales son muy importantes”, dice Kenichiro Yoshida, quien se convirtió en director ejecutivo de Sony en 2018, tras 32 años en la compañía. “Para nosotros es muy importante colaborar”. Uncharted es un ejemplo del cambio cultural que quiere fomentar. “Recomendé encarecidamente” que los equipos de Sony Pictures y PlayStation comenzaran a trabajar juntos”, agrega.
Streaming desde la barrera
Mucho más pequeña que sus rivales en Hollywood, Sony Pictures decidió que la estrategia más inteligente en la guerra del streaming era no participar en ella. En lugar de lanzar su propio servicio, adoptó lo que los ejecutivos de Sony llaman un enfoque de “comerciante de armas”, vendiendo los derechos de películas y series de televisión al mejor postor.
Se espera que Disney, Amazon, Apple, Warner Bros y otros inviertan miles de millones en contenidos para atraer nuevos suscriptores a sus servicios de streaming. Según estimaciones de Morgan Stanley, las ocho principales compañías de medios de Estados Unidos (EU) gastarán unos 140 mil mdd en contenidos en 2022, y la batalla impulsará aumentos de dos dígitos en el gasto los próximos años.
“La guerra del streaming es buena para nosotros”, afirma Vinciquerra. “(Las plataformas) dicen que serán rentables en 2023 o 2024... es posible, pero la inversión necesaria para llegar allí es extraordinaria. Son miles de millones de dólares. Y los invierten al comprar con nosotros”.
El año pasado, Sony llegó a un acuerdo con las dos principales compañías de streaming —Netflix y Disney+— para cederles los derechos de transmisión de sus estrenos en salas de cine entre 2022 y 2026. En conjunto, los acuerdos tienen un valor estimado en 3 mil mdd.
Los analistas afirman que el enfoque de Sony parece más inteligente a medida que el crecimiento de suscriptores se desacelera en servicios de streaming como Netflix y Disney+. En todo el sector se espera que haya un periodo de consolidación entre los grupos de streaming una vez que la fase de “acaparamiento de tierras” haya terminado.
Para Sony, el problema potencial es que habrá menos compañías a las cuales vender sus contenidos, lo que erosionará la ventaja de precios que tiene ahora. Para evitarlo, la empresa apuesta por servicios de streaming de nicho, o lo que Yoshida llama “comunidades de interés”, para atender a pequeños grupos de espectadores especializados en áreas como el anime o hasta un servicio basado en la fe.
También desarrolla un servicio de streaming de entretenimiento general en la India tras la adquisición de Zee Entertainment el año pasado, un mercado que también persiguen agresivamente Netflix y Disney+.
Extiende su telaraña
El otro pilar del cambio de rumbo de los negocios de entretenimiento de Sony ha sido la mejora de la división de cine. Las utilidades del grupo aumentaron drásticamente bajo la dirección de Vinciquerra y Tom Rothman, que dirige Sony Pictures Entertainment Motion Picture Group. Gran parte del éxito de la división se debe a la franquicia de Spiderman.
Sony Pictures tuvo 3 de las 10 películas más taquilleras en EU, encabezadas por Spiderman: Sin Camino a Casa (Spiderman: No Way Home), que recaudó más de 668 mdd tras su estreno en diciembre y se convirtió rápidamente en la sexta película más taquillera de la historia del cine estadunidense. Se espera que el grupo registre utilidades récord de 950 en 2021, 150 por ciento más que en 2017.
El Dato...3 mil mdd
Se calcula es el valor de los acuerdos de Sony con Netflix y Disney+ para cederles los derechos de transmisión de sus estrenos en salas de cine entre 2022 y 2026
Los ejecutivos de Sony admiten que su estudio de cine y televisión está “por debajo de la escala” en comparación con Disney, Warner Bros y otros grupos de Hollywood. “Somos un jugador pequeño entre competidores gigantes, pero si se considera el conjunto de las tres compañías de entretenimiento, tenemos muchos activos, mucha propiedad intelectual y podemos competir donde sea necesario”, dice Vinciquerra.
¿Perdiendo el foco?
Sin embargo, varios grandes accionistas creen que siempre habrá riesgo y escepticismo en torno a la empresa.
A pesar de su globalización y de que las acciones de Sony han subido más del 180 por ciento desde que Yoshida asumió las riendas, sigue siendo una compañía japonesa en un momento en que los inversionistas mundiales se sienten frustrados o desprecian la capacidad de creación de utilidades de los directivos del país.
Damian Thong, un experimentado analista de Sony en Macquarie, en Tokio, y uno de los pocos analistas con una calificación “neutral” sobre las acciones, señala que el anuncio de la empresa a principios de enero de crear una nueva filial —Sony Mobility— para explorar la posibilidad de entrar en el mercado de los vehículos eléctricos hizo sonar las alarmas.
El proyecto, que hace énfasis en la idea de que los coches del futuro serán esencialmente centros de entretenimiento rodantes, puede ser más un escaparate para sus productos que una verdadera intención de competir con Tesla o Toyota y generar grandes pérdidas.
Pero en el entretenimiento, Doug Creutz, analista de Cowen and Co. en San Francisco, opina que Sony por fin consiguió la combinación apropiada. “Durante mucho tiempo fue un gran conglomerado en busca de identidad. Pero ahora encontraron el enfoque adecuado y son atractivos en el cine, los videojuegos y la televisión porque pueden vender contenidos al mejor postor”.
srgs