Sony comprará el desarrollador de videojuegos Bungie por 3 mil 600 millones de dólares. El grupo nipón de productos electrónicos está presionado para ampliar su unidad de juegos después de que Microsoft acordó la compra de Activision Blizzard, pero Sony necesita asignar su efectivo de una forma más estratégica que esto.
Sony anunció la adquisición de la compañía privada estadunidense que está detrás de los exitosos juegos de disparos en primera persona Halo y Destiny menos de dos semanas después de la noticia del acuerdo de Microsoft. Esta operación ya está bajo la amenaza de una revisión antimonopolio en Estados Unidos. La transacción, de menor envergadura, también ampliará la audiencia de Sony, pero es poco probable que suscite las mismas preocupaciones.
Si Bungie fuera a impulsar significativamente los resultados de Sony, Microsoft no la habría vendido en 2007. Sony históricamente ha dependido en los juegos exclusivos de gran éxito para levantar las ventas de PlayStation. Los términos del acuerdo sugieren que es poco probable que los juegos de éxito de Bungie tengan ese estatus.
Las empresas de videojuegos se están consolidando en un esfuerzo por mantenerse al día con los gustos de los clientes. Si los reguladores permiten a Microsoft comprar Activision, el acuerdo la pondrá a la par de Sony en materia de juegos. Sony necesita desde hace tiempo diversificar sus ingresos por juegos, pasando de las ventas alimentadas por las consolas a los juegos en línea y en vivo. Esto es más urgente que nunca. Los ingresos de operación de Sony se vieron lastrados en el trimestre hasta septiembre, ya que vendió las consolas PlayStation 5 por debajo de los costos de producción, lo que presionó los márgenes.
Los 1.5 billones de yenes (13 mil millones de dólares) en efectivo y equivalentes de Sony hasta septiembre pueden parecer un margen de maniobra para realizar pequeñas adquisiciones. Sin embargo, esta cantidad es inferior a la de los dos últimos años fiscales, y además tiene que financiar el entretenimiento y la producción de chips, que requieren mucho capital.
La adquisición de Bungie es ya la tercera compra de gran envergadura en la industria de los juegos este año. La industria está cambiando a estar en línea. Los precios de los contenidos de los juegos —-y de los desarrolladores de los mismos— seguirán subiendo.
Las acciones de Sony registran una caída de 18 por ciento desde su máximo del mes pasado, lo que refleja la presión de los costos y la competencia que se avecina. A 19 veces los ingresos futuros, están en línea con sus pares locales y globales, como Nintendo y Electronic Arts. Sony necesita adquisiciones más ambiciosas que esta.
La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos realizará la revisión antimonopolio de la propuesta de Microsoft para comprar Activision Blizzard, creador de los videojuegos Call of Duty, informó Bloomberg News citando a una persona conocedora del proceso.
El mercado mundial de los videojuegos, controlado por cuatro grandes: Tencent, Sony, Microsoft y Nintendo, está valuado en más de 300 mil millones de dólares por la consultoría Accenture.
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