TikTok y Tesla, ejemplos pragmáticos en EU y China

La armadora tiene 1.6 millones de coches en las calles de la nación asiática

La plataforma de videos cortos suma 170 millones de usuarios estadunidenses. Mike Blake Reuters
John Thornhill
Londres /

Opinión. Tanto Washington como Pekín conjugan sus posiciones políticas con los temores sobre los riesgos de seguridad nacional que representan ambas compañías


Cuando Estados Unidos contempla a China, suele ver una superpotencia ideológica, intervencionista y autoritaria que favorece a sus propias empresas mientras subvierte a sus rivales extranjeros. Cuando se mira en el espejo, Washington ve a Pekín como una superpotencia pragmática, capitalista y democrática que defiende la libertad de expresión y una competencia robusta; sin embargo, cuando se refiere al trato limitado que se le dan ambos a TikTok y a Tesla, parece que esos estereotipos se difuminaron. EU es el que se está volviendo más dogmático, mientras que China se vuelve más pragmática.

La semana pasada, el presidente Joe Biden firmó una ley que prohibirá TikTok en EU a menos que su matriz china, ByteDance, venda el negocio a un comprador autorizado. En una rara muestra de unidad bipartidista, el Congreso argumentó que la propiedad de la plataforma para compartir videos por parte de una compañía relacionada con China pone en peligro la seguridad nacional.

¿Quién iba a decir que los trucos del mago volador de Zach King o los videos de Bella Poarch en los que hace playback eran tan preocupantes?

TikTok ofrece un ingenioso servicio de videos cortos utilizado por 170 millones de estadunidenses y 7 millones de negocios, para disgusto de sus rivales como Instagram, YouTube y Snapchat, que sin duda se encuentran derramando veneno en los oídos de los políticos. También ha hecho todo lo posible para intentar convencer a los legisladores estadunidenses de que los datos de los usuarios están seguros y libres de manipulación extranjera. Durante casi tres años ha gastado mil 500 millones de dólares en la construcción de una infraestructura de datos protegida en Estados Unidos en asociación con Oracle.

Sin embargo, todavía hay algunas razones de peso para prohibir TikTok. La primera es el principio de reciprocidad. Pekín bloqueó en China aplicaciones de redes sociales estadunidenses, como Facebook, Instagram y X, por lo que difícilmente puede oponerse a que Washington imponga restricciones a TikTok. La compañía también admite que los empleados de ByteDance con sede en China han tenido acceso a algunos datos de TikTok en EU con fines operativos.

En un reportaje reciente del Financial Times se destaca cómo ByteDance reforzó su control sobre las operaciones de TikTok en EU en los últimos dos años.

Además, TikTok refuerza los temores del Congreso con una campaña tan intensa contra la prohibición. Los investigadores descubrieron que, en comparación con Instagram, existe una tendencia a restar importancia al contenido en TikTok sobre Taiwán y Ucrania, mientras se potencian los videos que coinciden con las opiniones oficiales chinas e iraníes.

Pero la agresión de EU hacia TikTok contrasta con el recibimiento que le da China a Tesla. El domingo 28 de abril, Elon Musk se reunió con el primer ministro de China, Li Qiang, y cerró un acuerdo favorable con el gigante de tecnología Baidu para acceder a sus sistemas de mapas y navegación. La gran ambición del director ejecutivo de Tesla es convertir a la compañía de una potencia de hardware a una de software. La conducción autónoma será fundamental para esa transición y tener acceso a los datos chinos será de gran ayuda. Si Tesla pudiera aplicar la autonomía a una amplia flota de coches, “podría ser la mayor apreciación de los activos de la historia”, dijo Musk efusivamente en la última teleconferencia de resultados de Tesla.

Está claro por qué Musk debe ser amable con China. Por qué China debe corresponder, dadas sus preocupaciones sobre los riesgos de seguridad de la flota china de Tesla, no es tan obvio, en especial cuando los fabricantes nacionales de vehículos eléctricos como BYD consideran a la compañía estadunidense como un rival de cuidado. Pero puede haber buenas razones pragmáticas para cortejar a Tesla.

Los analistas sugieren que Pekín desea reactivar la inversión extranjera, que cayó a su nivel más bajo en 30 años. Tesla, que invirtió más de 2 mil millones de dólares en la construcción de una gigafactory en Shanghái en 2019 y ahora tiene 1.6 millones de coches en las calles chinas, puede contribuir a revertir la tendencia. Esto también estimuló el desarrollo de la industria china de vehículos eléctricos. Y llegar a un acuerdo sobre la seguridad de los datos en los automóviles conectados puede ayudar a anular la preocupación cuando China venda sus propios autos en el extranjero.

Sin importar su postura retórica, tal vez sea ingenuo esperar coherencia en las posiciones políticas de Washington o Pekín. El puro interés propio suele ser una mejor guía para las acciones de cualquier nación, lo que significa que ambos países a veces son flexibles en cuestiones de principios. Siempre que pueden, EU China se adhieren a la ley del poder identificada por el historiador griego Tucídides: “Los fuertes hacen lo que pueden y los débiles sufren lo que deben”.


Financial Times Limited. Declaimer 2021

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