Cuando se trata de melodrama político, Estados Unidos (EU) sigue siendo el líder mundial indiscutible. La decisión de Joe Biden de no buscar la reelección como presidente se produjo pocos días después del intento de asesinato de Donald Trump.
Pero si bien las vueltas de tuerca argumentales de las elecciones estadunidenses siguen sorprendiendo y desconcertando, en otros aspectos la carrera presidencial de este año sigue un guión predecible. Incluso antes de que Biden cediera ante lo inevitable y se bajara de la contienda, estaba claro que tanto los republicanos como los demócratas iban a realizar campañas basadas en el miedo.
Eso no cambiará, independientemente de quién sea el candidato demócrata. De hecho, si la vicepresidenta Kamala Harris es la candidata, como parece probable, los republicanos redoblarán el veneno de su campaña para sembrar miedo.
Satanizar a Biden, una persona mayor blanca de Pensilvania, fue relativamente difícil para Trump y sus legiones de “Hacer a Estados Unidos Grande de Nuevo”. Harris es una mujer negra de California, el blanco perfecto para el movimiento MAGA.
Incluso antes de que Biden se bajara de la contienda, los comentaristas de derecha sugerían que Harris sería el primer “presidente de DEI” (DEI por diversidad, equidad e inclusión) de EU. Argumentan que llegó a la cima no por méritos, sino sobre la base de políticas que promueven “la diversidad, la equidad y la inclusión”.
En lo que respecta a los republicanos, DEI es el epítome de las políticas “woke” (estar consciente de temas sociales y políticos, en especial el racismo) que debilitan a EU y discriminan a los hombres blancos. Trump eligió a otro hombre blanco, el senador James David (J.D.) Vance, como su compañero de fórmula y entró a la convención republicana de la semana pasada para ver hablar a Vance, mientras la canción It’s a Man’s World resonaba en la arena.
En la convención quedó claro que Trump luchará en las elecciones con base en la inmigración, la inflación, la guerra y la ideología progresista. Para los republicanos, todos estos temas están vinculados por la afirmación de que los demócratas representan una amenaza mortal para el sueño estadounidense.
Los demócratas apelarán a un conjunto diferente de temores. Es probable que sus temas clave sean el aborto y el autoritarismo. Harris, o quien reemplace a Biden en la cima de la fórmula electoral, afirmará que Trump amenaza las libertades fundamentales de los estadounidenses comunes y corrientes.
El tema que más irritó a la convención republicana fue la supuesta invasión de EU por parte de inmigrantes indocumentados. Se agasajó al público en la sala y en la televisión con historias sobre inmigrantes que violaban y asesinaban a estadounidenses. Los delegados agitaron pancartas exigiendo “Deportación masiva ahora”.
A los republicanos les encantará intentar achacar la crisis migratoria a Harris, a quien llaman el “zar fronterizo” de Biden. La vicepresidenta dice que su misión real es trabajar con los estados latinoamericanos en las causas fundamentales de la migración, no en asegurar la frontera con México. Pero es probable que esa distinción se pierda en el tumulto de una campaña electoral.
El tercer elemento de la campaña de miedo republicana es la guerra. Trump ya advirtió en repetidas ocasiones que una tercera guerra mundial es un peligro inminente. Su partido afirmará que solo él es lo suficientemente fuerte para disuadir a los enemigos de EU e impedir que el país se vea arrastrado al conflicto.
Con su característica hipérbole, Trump también afirma que EU está sufriendo la peor inflación de su historia. Eso es una tontería. Pero un aumento de 25 por ciento en cuatro años en el precio de los alimentos es bastante perjudicial para los demócratas. Al partido le resultará difícil realizar una campaña positiva sobre la economía destacando el bajo desempleo. Así que los demócratas también se volverán negativos y llevarán a cabo una campaña basada en el miedo y centrada en las profundas dudas que tienen muchos estadounidenses con respecto a Trump.
Al describir los planes del Partido Republicano para abordar la inmigración ilegal, los asesores de Trump han hablado de utilizar la Guardia Nacional para arrestar a millones de personas y construir campos de deportación masivos. Su disposición a ventilar ese tipo de propuestas sugiere que saben que su postura es popular, al menos en teoría.
Son las cuestiones sobre las que los republicanos guardan silencio las que destacarán los demócratas. Durante décadas, los republicanos han exigido una prohibición nacional del aborto. La revocación del caso Roe vs Wade por parte de la Corte Suprema en 2022 lo hizo posible de repente. Eso, a su vez, asustó a los votantes, en particular a las mujeres, en todo EU y posiblemente ayudó a los demócratas a lograr un desempeño inesperadamente sólido en las elecciones de mitad de periodo de 2022.
En respuesta, la plataforma republicana --que lleva la impronta de Trump (hasta el uso aleatorio de letras mayúsculas)-- ahora abandonó la exigencia de una prohibición nacional del aborto. No obstante, los demócratas ven la cuestión como una vulnerabilidad clave de los republicanos. Los partidarios de Harris creen que ella es una activista particularmente eficaz en materia del aborto.
Otro tema que brilló por su ausencia en la convención republicana fue el intento de Trump de anular los resultados de las elecciones presidenciales de 2020. En la convención, encontré delegados que estaban dispuestos a afirmar que el 6 de enero de 2021 fue un “gran día”. Pero nadie que hablara desde la plataforma quiso venerar, ni siquiera mencionar, a la turba a favor de Trump que irrumpió en el Capitolio ese día.
El propio Trump aludió brevemente a sus afirmaciones de que hubo un robo en las elecciones de 2020, cuando se salió del guión durante su discurso de aceptación. Pero sus jefes de campaña quieren enterrar esa cuestión. Saben que el temor de que Trump sea un dictador en potencia sigue siendo la carta más fuerte de los demócratas.
La sombría realidad es que las campañas presidenciales que ofrecen esperanza y optimismo parecen cosa del pasado. El resultado de las elecciones de 2024 dependerá de qué partido sea más eficaz para aterrar a los votantes.
CHC