Amber, “quien por lo general sale temprano” y vive en Erie, Pensilvania, recientemente tomó una hora para viajar seis millas (aproximadamente 9.65 kilómetros) para su cita de vacunación contra el covid-19.
“Con lo que no contaba”, dijo después, tras no llegar a la cita, “fue una escasez total de choferes tanto de Uber como de Lyft. Lo intenté durante toda la hora sin suerte”, lamentó.
Ese tipo de experiencias se han vuelto comunes en Estados Unidos, admiten las compañías de solicitud de transporte, lo que plantea un problema significativo, ya que ambas firmas tratan de establecer una recuperación posterior a la pandemia.
El regreso de los choferes a las plataformas ha sido lento por varias razones, dicen los observadores, incluida la reciente llegada del dinero de estímulo del gobierno y la constante preocupación por la salud y la seguridad. Es posible que muchos de los antiguos choferes de servicios de solicitud de transporte también tomaran nuevos trabajos en los 12 meses que transcurrieron desde que se desplomó la demanda debido a los confinamientos.
Ahora, ante la falta de oferta para hacer frente al repunte de pasajeros, las compañías recurren a “arrojar dinero” a los choferes. Uber anunció que gastará 250 millones de dólares en lo que describió como un paquete de “estímulo” de única ocasión para aumentar los incentivos para sus conductores en Estados Unidos.
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Mientras tanto, Lyft cubre el costo de los coches de alquiler, ofreciendo bonificaciones hasta de 800 dólares para remitir a los antiguos choferes de vuelta a la aplicación, y suma un pago adicional cuando el viaje para recoger a un pasajero tarda más de nueve minutos.
“Realmente me recordó a los primeros días de Uber y Lyft, cuando tuvieron que arrojar dinero a diestra y siniestra” dijo Harry Campbell, quien dirige The Rideshare Guy, un blog para trabajadores de la economía de chambas, y agregó que los bonos están en niveles que no se han visto “por años”.
De acuerdo a los datos de Apptopia, el número de choferes con sede en Estdos Unidos que iniciaron sesión en Uber sobre una base diaria en los primeros tres meses de este año cayó en alrededor de 40 por ciento en comparación con el mismo periodo de 2020, mientras que Lyft pasó por dificultades similares.
Los problemas surgen cuando el gasto empieza a regresar, después de desplomarse hace poco más de un año, cuando se estableció la realidad del coronavirus. Investigadores de Edison Trends señalaron: “Hasta la semana del 29 de marzo de 2021, Uber recuperó 53 por ciento del terreno perdido en la gran caída de primavera de 2020. Lyft recuperó 51 por ciento”.
El desequilibrio significa que los usuarios que se acostumbraron a que los coches aparecieran en un espacio de unos cuantos minutos ahora tienen que lidiar con esperas mucho más largas. Se reportó que hay una escasez grave en Las Vegas, Cleveland, Boston, Chicago, Kansas City y muchos lugares más. Un cliente en Minneapolis se preguntaba si los conductores se fueron a huelga. Otros usuarios señalaron que las tarifas aumentaron significativamente a medida que se activaba el sistema surge pricing (cuando se activa el algoritmo para fijar el costo del viaje debido a un desequilibrio entre la oferta y la demanda de transporte).
El problema para Uber es mucho más grave en California. Las modificaciones recientes a la aplicación de Uber —una que le da a los conductores más información por adelantado sobre el viaje— tuvieron como resultado que un tercio de los conductores rechacen más de 80 por ciento de los viajes que les ofrecen. Uber indicó que el exceso “de selección por conveniencia” hizo que el servicio sea “poco confiable”, sobre todo en los aeropuertos, y que pronto cambiará eso, aunque no quiso dar más detalles sobre el cómo.
Uber y Lyft ya habían advertido a los inversionistas que sería un desafío hacer que los choferes volvieran a estar en línea lo suficientemente rápido y esto crearía un viento desfavorable para los ingresos. En febrero, Logan Green, director ejecutivo de Lyft, comparó la reintroducción de los choferes con algo como “darle la vuelta al Titanic”. Por su parte, Dara Khosrowshahi, director ejecutivo de Uber, describió la oferta como “lo único” que le preocupa de cara a 2021.
Campbell agregó que si bien era sencillo para los conductores abrir una aplicación y continuar desde donde la dejaron, un año fuera de las calles para los choferes significa el vencimiento de documentos y de las verificaciones de antecedentes que se tienen que renovar. “Hay más de una barrera para regresar a la plataforma”, advirtió.
Algunos choferes, señaló Brent Thill, analista de Jefferies, cambiaron a otros trabajos de la economía de chambas, como la entrega de alimentos y abarrotes.
“¿En este momento, qué te gustaría más, trasladar cosas o personas?”, dijo Thill, y agregó: “Creo que preferiría mover cosas. Es un desequilibrio a corto plazo, a largo plazo creo que se recuperará. No creo que esto cambie significativamente la trayectoria sobre la rentabilidad”.