Un riesgo la escasez de superestrellas musicales

FINANCIAL TIMES

Sello discográfico. Warner buscará recaudar mil 800 mdd en su salida a bolsa en Nasdaq, para alcanzar un valor de capital aproximado de 11 mil 300 mdd.

El ‘streaming’ rescató a la industria de cantantes y compositores. (Shutterstock)
Jamie Powell
Londres /

Warner Music Group, el sello discográfico y editorial musical propiedad de Len Blavatnick, cuya OPI se vio interrumpida por la pandemia de coronavirus, parece que finalmente tendrá su salida. 

La semana pasada llegó la noticia de que Warner buscará recaudar mil 800 millones de dólares (mdd) para la compañía de inversión de Blavatnick cuando salga a bolsa en el Nasdaq a un valor de capital de entre 11 mil 700 y 13 mil 300 mdd.  

Al hojear el folleto S-1 parece que, si puedes disculpar el juego de palabras, es una recopilación de grandes éxitos de varios de los temas dominantes en la industria de la música, y más allá, de la última década.

Hay pasajes que dejan sin aliento sobre cómo la tasa de crecimiento compuesto de 42 por ciento del streaming en los últimos 5 años rescató a la industria de la música del estancamiento. Números de Ebitda ajustados que milagrosamente remasterizan 153 millones de dólares de ingresos netos en 755 mdd de utilidades gracias, en parte, a un bono bastante generoso de 196 millones basado en acciones para la administración. Y, en un eco de muchas salidas a bolsa de Silicon Valley, una estructura accionaria de doble clase que significa que, a pesar de que a los posibles accionistas se les ofrezca 13.7 por ciento de la compañía, sus votos solo valdrán un mísero 0.8 por ciento. 

Nada de esto es una sorpresa. Sabemos que la administración moderna recibe una remuneración en cantidades ridículas en acciones, los inversores a veces resultan engañados por las acciones de supervotación y la contabilidad proforma es en gran medida una tontería. 

Sin embargo, las declaraciones de riesgo —que tienden a ser una de las partes más legales de cualquier oferta— revelaron algo que Alphaville al menos había sospechado, pero no confirmado, desde hace un tiempo sobre la forma de desarrollo de la industria de la música. 

A través de la presentación (con nuestro énfasis en el segundo párrafo): “Nuestras perspectivas y resultados financieros pueden verse afectados negativamente si no identificamos, firmamos y retenemos a los artistas de grabación y compositores y por la existencia o ausencia de lanzamientos de superestrellas. 

“Dependemos de identificar, firmar y retener artistas de grabación con potencial a largo plazo, cuyo debut musical sea bien recibido en el lanzamiento, cuya música posterior la esperen los consumidores y cuya música siga generando ventas como parte de nuestro catálogo en los años por venir. La competencia entre las compañías discográficas por ese tipo de talento es intensa. La competencia entre las compañías discográficas para vender y comercializar y promover la música también es intensa. También dependemos de firmar y retener a los compositores que escriben las canciones exitosas de la actualidad y los clásicos del mañana”.

“Nuestra posición competitiva depende de nuestra capacidad continua para atraer y desarrollar artistas de grabación y compositores cuyo trabajo pueda lograr un alto grado de aceptación del público y que puedan entregarnos su música a tiempo. Nuestros resultados financieros pueden verse afectados negativamente si no somos capaces de identificar, firmar y retener a ese tipo de artistas y compositores en términos que sean económicamente atractivos para nosotros. Nuestros resultados financieros también pueden verse afectados por la existencia o ausencia de lanzamientos de superestrellas durante un periodo particular”.

“Algunos analistas de la industria del entretenimiento musical creen que el número de artistas de grabación superestrellas con atractivo a largo plazo, tanto en términos de ventas de catálogo como de lanzamientos futuros, se redujo en los últimos años”.

“Además, nuestros resultados financieros generalmente se ven afectados por el atractivo de nuestra música grabada y los catálogos de publicación musical para los consumidores”. 

Los inversores pueden preguntar entonces: en un negocio impulsado por los éxitos, ¿qué sucede cuando las tendencias tecnológicas pueden significar que los éxitos no son tan frecuentes ni duraderos? ¿Nuestra conjetura? Sería un problema para las utilidades ahora en expansión de Warner y sus competidores.

Y ADEMÁS

UNA SENCILLA EXPLICACIÓN

El autor del artículo destaca que el streaming a través de un dispositivo es quizás la forma más personal de escuchar música: tú eliges qué y cómo escuchas desde una biblioteca casi ilimitada y curada personalmente. Esto no solo significa que los gustos se vuelven más aislados, sino que la transmisión intergeneracional de los gustos compartidos se vuelve mucho más débil. ¿Por qué molestarse con la experiencia compartida de un estéreo de automóvil cuando tienes audífonos con que te aíslan del ruido y un dispositivo a la mano?

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