La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que la economía mundial se enfrenta a años de crecimiento lento, con las perspectivas más débiles en más de 30 años.
Kristalina Georgieva declaró en Washington, antes de las reuniones de primavera del Banco Mundial y el FMI de la próxima semana, que la economía global crecerá a un ritmo promedio anual de alrededor de 3 por ciento en los próximos cinco años.
La cifra está muy por debajo del pronóstico de un promedio de 3.8 por ciento de las dos últimas décadas y constituye la proyección más débil de crecimiento a mediano plazo desde 1990.
En las décadas que transcurrieron desde entonces, la globalización contribuyó a elevar las tasas de crecimiento y a sacar de la pobreza a cientos de millones de personas, pero con el aumento del proteccionismo comercial y la mejora de la situación de grandes mercados emergentes como China, se espera que el ritmo de expansión económica mundial se desacelere.
Destacando un tema probable de las reuniones de la próxima semana, la directora gerente del fondo dijo que los impedimentos clave para el crecimiento son la creciente fragmentación económica y las tensiones geopolíticas.
En relación con la invasión de Rusia a Ucrania, Georgieva dijo: “Esta calamidad no solo mata a inocentes, sino que agrava la crisis del costo de la vida y provoca más hambre en todo el mundo. Corre el riesgo de eliminar los dividendos de la paz de los que hemos disfrutado durante las últimas tres décadas, añadiendo además fricciones en el comercio y las finanzas”.
Y agregó: “El camino de vuelta a un crecimiento robusto es difícil y borroso, y las cuerdas que nos mantienen unidos pueden ser más débiles ahora de lo que eran hace solo unos años”.
Unas perspectivas más débiles harán “aún más difícil reducir la pobreza, curar las cicatrices económicas de la crisis del covid y ofrecer nuevas y mejores oportunidades para todos”, añadió.
Para los próximos trimestres, el FMI respalda los llamados de la Organizaicón para Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y otras organizaciones internacionales para que los bancos centrales mantengan el rumbo de las tasas de interés altas. Georgieva dijo que derrotar a la inflación es una base vital para mejorar los resultados económicos a mediano plazo.
La quiebra de Silicon Valley Bank y Credit Suisse “puso de manifiesto las fallas de administración del riesgo en bancos concretos, así como deficiencias en la supervisión”, señaló, pero agregó que “las acciones de los responsables de la formulación de políticas han sido notablemente rápidas y exhaustivas en las últimas semanas”.
En su opinión, para hacer frente a una mayor inestabilidad financiera, los bancos centrales deben ofrecer abundante liquidez a los bancos con dificultades de financiamiento, pero si empeora la agitación, reconoció que las autoridades monetarias tendrán que abandonar esa postura y recortar las tasas.
Si esto llega a ocurrir, los bancos centrales se enfrentarán a “difíciles concesiones entre sus objetivos de inflación y estabilidad financiera, y el uso de sus respectivas herramientas”, resaltó.
Georgieva indicó que los últimos pronósticos de crecimiento del FMI, que se publicarán la próxima semana, apenas van a variar respecto a los de enero.