Mientras el campeón defensor Novak Djokovic lucha para extender su récord de títulos en Wimbledon, el tenis está al borde de los cambios generacionales tanto dentro como fuera de la cancha. Tras los problemas de Rafael Nadal con las lesiones y el retiro de Roger Federer del juego el año pasado, el serbio está defendiendo su título como el único miembro de los tres grandes masculinos que aún compite en el campeonato este verano.
“Le gusta el desafío de competir con jugadores más jóvenes. Es el mejor jugador de cinco sets. Valora cada punto mejor que nadie. Ha tenido más experiencia en el césped”, dice Chris Evert, miembro del salón de la fama estadounidense, quien ganó tres títulos de Wimbledon y obtuvo cerca de 18 victorias importantes en su carrera.
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La emoción de un cambio de guardia en la cima del deporte se produce cuando el tenis se está adaptando a la afluencia de capital privado y la creciente presión para abordar la gobernanza fragmentada del juego.
Incluso Wimbledon, famoso por las fresas, la crema y la tradición, está adoptando el cambio y presenta una serie de “experiencias digitales”, que incluyen la entrada al videojuego Fortnite y una aplicación de tenis llamada Wimbledon Smash.
Un quinto título consecutivo de Wimbledon le daría a Novak Djokovic su victoria número 24 en un Grand Slam, extendiendo su récord en el juego individual masculino y superando el récord de Serena Williams, de 23, en la Era Abierta.
Desde que Lleyton Hewitt ganó Wimbledon en 2002, solo el covid-19 impidió que Federer, Djokovic, Nadal o Andy Murray ganaran el individual masculino, ya que el torneo inglés se canceló por primera vez en 2020, desde la Segunda Guerra Mundial.
Pero solo unos días antes del comienzo del campeonato de Wimbledon de este año, el español Carlos Alcaraz, de 20 años, consiguió su primer título sobre césped en la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) 500 de Queen’s y, con ello, desplazó a Novak Djokovic, de 36 años, de la cima del ranking mundial, convirtiéndose en el número uno en el Gran Slam británico.
El joven español está “aprendiendo rápido”, dice John McEnroe, el comentarista de tenis y tres veces campeón de Wimbledon, pero advierte que Djokovic sigue siendo el “gran favorito”. El serbio derrotó a Alcaraz en las semifinales del torneo de Roland-Garros en junio, en una batalla intergeneracional posible gracias a la longevidad del tenista serbio.
“Me encanta ver a Alcaraz jugar contra Djokovic”, dice Andrea Gaudenzi, presidente del ATP Tour, el organismo rector del tenis masculino. “Hay un gran contraste en esa batalla, algo así como entregar la batuta a la próxima generación. No siempre quieres ver una batalla de la misma generación”.
En cuanto a la categoría de individual femenino, no hay una sucesora clara de Serena Williams, la última mujer en ganar el torneo Wimbledon dos años seguidos, con victorias en 2015 y 2016. Desde entonces ha habido cinco ganadoras diferentes, todas campeonas de Wimbledon por primera vez.
Las hermanos Serena y Venus Williams, ganaron 8 de los 10 campeonatos de la competencia en la década de 2000. Este año Venus vuelve a competir en el torneo, gracias a la entrada de comodín de Wimbledon, mientras Serena se retiró el año pasado.
Esto deja al tenis femenino sin una campeona dominante en todas las superficies en el molde de Martina Navratilova, quien ganó 6 de sus 9 títulos individuales de Wimbledon en la década de 1980, o Steffi Graf, quien lo ganó siete veces entre 1988 y 1996.
La polaca Iga Świątek es la cabeza de serie número uno en el campeonato de este año, con la jugadora bielorrusa Aryna Sabalenka en segundo lugar, seguida por la ganadora del año pasado, Elena Rybakina de Kazajistán.
Świątek nunca ha superado la cuarta ronda en Wimbledon, prefiriendo canchas duras y de arcilla que la superficie de césped en el oeste de Londres, mientras que la campeona defensora de Wimbledon, Rybakina, está luchando por mantenerse en forma después de contagiarse a principios de este año de un virus que la obligó a retirarse del Abierto de Tenis de Francia.
Pero a medida que el tenis se despide de sus grandes campeones, encuentra nuevas formas de promover la próxima generación de talentos, como la serie documental Break Point de Netflix, sobre el mundo del tenis.
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“Me encanta ver a Alcaraz jugar contra Djokovic. Hay un gran contraste en esa batalla, algo así como entregar la batuta a la próxima generación”
Evert dice que el documental había revelado la tensión de Aryna Sabalenka, tenista profesional Bielorrusia, mientras sus connacionales y los rusos se preparan para regresar a Wimbledon después de una prohibición por la invasión a Ucrania el año pasado.
Al describir cómo Sabalenka se había derrumbado durante un episodio por la presión que la guerra en Ucrania había ejercido sobre ella, Evert afirma que “estamos obteniendo un lado diferente de estos jugadores al ver esos programas. Creo que eso no hará nada más que ayudar al juego de tenis”.
La serie de Netflix también vio a los órganos rectores del deporte conectarse para promover el tenis, como parte de un impulso de Wimbledon, el Abierto de Australia, el Torneo de Roland-Garros y el Abierto de Estados Unidos para trabajar con la ATP y la Asociación de Tenis Femenino (WTA, por sus siglas en inglés) para aumentar la cohesión y reducir la fragmentación en el deporte blanco.
El poder en el tenis se divide entre numerosos órganos de gobierno, incluidos ATP y WTA. Los Grand Slams se llevan a cabo por separado y la Federación Internacional de Tenis, el organismo rector mundial, organiza la Copa Billie Jean King y la Copa Davis.
Pero cuando Wimbledon entró en su último fin de semana el año pasado, los cuatro slams publicaron una declaración para “acelerar la colaboración y explorar nuevas oportunidades” como crear contenido y hacer artículos promocionales.
Andrea Gaudenzi, quien fue reelegido como presidente de la ATP este mes, dice que la prioridad en su segundo mandato es reducir la fragmentación del juego. “Tenemos mil millones de fanáticos, pero debido a que estamos divididos, luchamos por brindar una experiencia ideal”.
El tenis también se está adaptando a la creciente importancia del capital privado y los fondos soberanos en el deporte. En marzo, la WTA se asoció con el grupo de capital privado CVC Capital Partners, que invirtió 150 millones de dólares en una nueva empresa comercial diseñada para impulsar el perfil de los jugadores y los torneos.
CVC tiene experiencia en deportes que van desde la Fórmula 1 hasta el fútbol español de primer nivel, el rugby y el cricket de la Liga Premier de la India.
El Financial Times informó a principios de este mes que la ATP ha mantenido conversaciones con el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita para posibles eventos. McEnroe dice que el tenis moderno se había convertido “más en un negocio” y apuntó a la lucha de poder entre el PGA Tour de EU y el PIF que ha consumido el mundo del golf.
“Eventualmente te compran”, dice McEnroe. “No sé por qué diablos el tenis de repente sería: ‘Hablemos con los saudíes después del desastre que están viendo en el golf’”.
Wimbledon representa un país de Inglaterra que simplemente funciona, porque el torneo de tenis es la competencia deportiva más grande del mundo, incluso más que la Eurocopa. Hubo un tiempo en que el torneo se utilizaba como analogía de las fortalezas de la economía británica, sobre todo de la City de Londres: podías recibir a los mejores jugadores, aunque ninguno de ellos fuera de tu propiedad.
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