El Fondo Monetario Internacional (FMI) cree que "no es momento" para que la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos y el Banco Central Europeo (BCE) comiencen a relajar su política monetaria, porque la inflación está aún lejos de los objetivos del 2 por ciento.
Así lo apuntó en una entrevista con EFE el director de Investigación del FMI, Pierr-Olivier Gourinchas, con motivo de la publicación de las perspectivas económicas mundiales de este organismo.
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"El gran problema sigue siendo la inflación, que aunque vaya en la buena dirección sigue muy lejos de los objetivos de los bancos centrales que están en 2 por ciento", dijo Gourinchas, quien recordó que la inflación subyacente -la que no incluye ni energía ni alimentos- sigue estando más elevada de lo esperado.
Por eso subrayó que los bancos centrales "deben seguir vigilantes" y sentenció: "No es momento de empezar a relajar la política monetaria".
Aclaró que eso no significa que tenga que haber fuertes subidas de los tipos de interés como las vistas en el último año, y consideró adecuadas subidas "más modestas". Eso sí, siempre que no vuelvan las malas noticias y la inflación repunte.
El responsable de investigación del FMI admitió en cualquier caso que los tipos de interés deben permanecer "altos" un tiempo, "comprimiendo la actividad algo, aunque esperemos que no demasiado", porque el objetivo no es dañar a la economía sino devolver a la inflación a la senda del objetivo del 2 por ciento.
Las declaraciones de Gourinchas llegan un día antes de que la Fed decida sobre los tipos de interés en Estados Unidos y dos días antes de que lo haga el BCE.
El pasado junio la Fed pausó las subidas de tipos aunque ya dejó entrever que volverá a aprobar un aumento, aunque sea el mínimo, de un cuarto de punto, en la nueva reunión de su comité de mercado abierto, que concluirá el miércoles.
Los tipos de interés en Estados Unidos están actualmente en una horquilla de entre 5 por ciento y 5.25 por ciento, el nivel más alto desde mediados de 2007.
En cuanto al BCE, el mes pasado subió los tipos un cuarto de punto hasta 4 por ciento, un nivel no alcanzado desde 2008, en vista de que la inflación subyacente sigue manteniéndose elevada.
El mundo crecerá algo más de lo esperado pero aún de forma "débil", según el FMI.
La economía mundial crecerá 3 por ciento este año, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), que aunque mejora sus previsiones anteriores, cree que este avance es aún “débil” y avisa de riesgos globales como la persistente inflación, futuras vulnerabilidades en el sistema financiero o que China crezca menos de lo esperado.
En el informe de revisión de sus perspectivas económicas mundiales, publicado este martes, el FMI ha mejorado en dos décimas con respecto a abril su previsión de la economía global para 2023, mientras que para 2024 mantiene la misma estimación y calcula también un crecimiento del producto interior bruto (PIB) mundial del 3 por ciento.
El Fondo celebra el fin de la pandemia de la covid-19 y la recuperación de las cadenas de suministro, y también valora que se resolvieran cuestiones como el acuerdo sobre el techo de la deuda estadunidense o las crisis bancarias en Estados Unidos y Suiza sin que el sistema financiero en general se viese afectado.
Pero advierte de que las "fuerzas" que "dificultaron" el crecimiento en 2022 "persisten" también este año, sobre todo la inflación.
Pese al abaratamiento de la energía y los alimentos, la inflación subyacente -que excluye esos dos grupos- sigue alta y obliga a los bancos centrales a mantener su política monetaria restrictiva.
Además, el Fondo señala en su informe que los alimentos y la energía podrían encarecerse de nuevo por la guerra de Ucrania, sobre todo por la reciente suspensión por parte de Rusia del acuerdo que permitía la salida por mar del grano ucraniano.
Si no se logra que el grano salga de Ucrania, dijo a EFE el director de investigación del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, el maíz y del trigo podrían encarecerse entre 10 y 15 por ciento.
Otro de los riesgos que el FMI destaca es la inestabilidad financiera. Entiende que las entidades ya ajustaron sus expectativas a las subidas de tipos de interés hasta abril pero no más allá, y las subidas han continuado.
Eso puede endurecer aún más las condiciones financieras, lo que puede repercutir en el comercio y el crecimiento y provocar en las entidades un estrés no calculado.
La importancia de China
Sobre China, es tal el efecto que el gigante asiático tiene sobre la economía global que el Fondo incluye entre los riesgos a la baja la posibilidad de que crezca menos de lo esperado.
El FMI no ha tocado sus previsiones para China con respecto a abril, y sigue calculando un repunte hasta 5.2 por ciento, frente al 3 por ciento de 2022, y para 2024 un crecimiento del 4.5 por ciento.
Pero Gourinchas recuerda que "dado el tamaño de China y su importancia en la cadena global de suministros, lo que ocurre en China es de primer orden". Por eso explica que el FMI calcula que por cada punto menos que creciera el país asiático la economía mundial se ralentizaría tres décimas.
El Fondo ve que el mercado inmobiliario chino se está comportando peor de lo esperado, porque han bajado la confianza y las expectativas de los consumidores.
La mejora de las grandes economías
Para la primera economía mundial, Estados Unidos, el FMI eleva en dos décimas, hasta 1.8 por ciento, el crecimiento de este año y reduce en una décima, hasta 1 por ciento, el de 2024.
Las previsiones de la zona euro apenas mejoran una décima cada año y el FMI calcula que el crecimiento será de solo 0.9 por ciento en 2023 y del 1.5 por ciento el año que viene.
De las grandes economías de la zona euro, España seguirá siendo la que más crezca, y el FMI mejora además en un punto su previsión para este año, hasta 2.5 por ciento, gracias a los buenos datos del turismo, y deja en 2 por ciento la de 2024.
Francia sólo crecerá 0.8 por ciento este año -una décima más de lo calculado en abril- y 1.3 por ciento el que viene, e Italia mejora también gracias al turismo, con un crecimiento del 1.1 por ciento en 2023 (cuatro décimas más), y del 0.9 por ciento en 2024, una décima por encima del informe de abril.
Latinoamérica ve también mejoradas sus previsiones, con 1.9 por ciento de crecimiento, tres décimas por encima del cálculo anterior, y el pronóstico para 2024 se mantiene en 2.2 por ciento, gracias sobre todo al buen comportamiento de México y Brasil.
La agricultura empujará a Brasil a un crecimiento 1.2 puntos mayor, hasta 2.1 por ciento este año. El año que viene el aumento del PIB será del 1.2 por ciento.
Y México crecerá 2.6 por ciento este año, ocho décimas más de lo esperado, gracias a la mejora de su principal socio comercial, Estados Unidos, y para 2024 el cálculo ahora es del 1.5 por ciento, una décima menos que lo previsto en abril.
srgs