Debido al auge que están teniendo los criptoactivos, como el bitcoin, el Fondo Monetario Internacional (FMI) urgió a adoptar un marco regulatorio global, integral y coordinado para guiar la regulación y supervisión nacional y mitigar los riesgos para la estabilidad financiera, derivados del ecosistema criptográfico.
En un documento, el FMI refirió que dicho marco debería abarcar regulaciones adaptadas a los principales usos de los criptoactivos y establecer requisitos claros para las instituciones financieras reguladas, con respecto a su exposición y compromiso con estos activos.
Además, añadió el organismo, para monitorear y comprender los rápidos desarrollos en el ecosistema criptográfico y los riesgos que crean, las brechas de datos creadas por el anonimato de tales activos y los estándares globales limitados deben llenarse rápidamente.
El FMI explicó que los criptoactivos ya no están al margen del sistema financiero y dada su volatilidad y valoraciones relativamente altas, su mayor movimiento conjunto podría plantear riesgos para la estabilidad financiera, especialmente en países con una adopción generalizada de criptografía.
Advirtió que los activos criptográficos, como el bitcoin, han pasado de ser una clase de activos oscuros con pocos usuarios a una parte integral de la revolución de los activos digitales, lo que genera preocupaciones sobre la estabilidad financiera.
Indicó que en medio de una mayor adopción, la correlación de los criptoactivos con las participaciones tradicionales, como las acciones, ha aumentado significativamente, lo que limita los beneficios percibidos de diversificación del riesgo y aumenta el riesgo de contagio en los mercados financieros.
El organismo internacional expuso que antes de la pandemia, los criptoactivos, como el bitcoin y ether, mostraban poca correlación con los principales índices bursátiles. Se pensaba que ayudaban a diversificar el riesgo y actuaban como cobertura frente a las oscilaciones de otras clases de activos.
Sin embargo, esto cambió después de las extraordinarias respuestas a la crisis de los bancos centrales a principios de 2020, pues los precios de las criptomonedas y las acciones de Estados Unidos aumentaron, en medio de condiciones financieras globales fáciles y un mayor apetito por el riesgo por parte de los inversionistas.
El FMI destacó que el valor de mercado de estos nuevos activos aumentó a casi en 3 billones de dólares en noviembre, desde 620 mil millones en 2017, gracias a su creciente popularidad entre los inversionistas minoristas e institucionales por igual, a pesar de la alta volatilidad.
Así, añadió, las correlaciones más fuertes sugieren que el bitcoin ha estado actuando como un activo de riesgo. Su correlación con las acciones se ha vuelto más alta que la de las acciones y otros activos como el oro, los bonos de grado de inversión y las principales monedas, lo que apunta a beneficios de diversificación de riesgo limitados en contraste con lo que se percibió inicialmente.
En este contexto, el FMI apuntó que el mayor y considerable co-movimiento y los efectos indirectos entre los criptomercados y los mercados de valores indican una creciente interconexión entre las dos clases de activos que permite la transmisión de shocks que pueden desestabilizar los mercados financieros.
srgs