Carlos III es considerado el Rey Midas inglés por ser austero y buen inversionista, lo ha llevado a ser multimillonario y el doble de rico que su madre, Isabel II, de quien también recibió una valiosa herencia.
Como duque de Cornualles ahorró durante un largo tiempo las ganancias que le producía el ducado, mismo que consta de una gran cantidad de tierras de cultivo, pesquerías de ostras, canteras de granito, propiedades inmobiliarias en Londres o minas de estaño.
En total son 53 mil hectáreas de tierra en 23 condados de Inglaterra y Gales. Y Carlos, que accedió a su gestión en 1969, al cumplir 21 años, de las que ha sabido multiplicar su valor y que le permitieron ser independiente de sus padres.
Su fortuna personal es de 680 millones de euros, según datos de la “lista de ricos” de la publicación británica The Sunday Times. Hace un año, la lista atribuyó a Isabel II unos 420 millones de euros, lo que supone poco más de la mitad de lo que posee hoy Carlos.
Sin embargo, una estimación del medio británico The Guardian (realizada por nueve periodistas especializados) eleva la cifra hasta 1.8 billones de euros, que sería el equivalente a 33 mil 065 millones 066 mil 772 pesos mexicanos.
Esto incluye sus propiedades de valor (automóviles clásicos, caballos pura sangre, joyas reales, y tierras de cultivo) así como su dinero en el banco.
El nuevo monarca figura entre los últimos 100 nombres de la lista, pero tiene ya más dinero que los Beckham o que Elton John.
El Rey Carlos tiene otros negocios más locales ya que vende desde hace varios años los productos ecológicos de su finca, Highgrove House, como mermeladas y galletas, bajo el nombre Duchy Originals que se pueden comprar en Harrods y Fortnum and Mason. Otro segmento del que ha sacado fortuna es el sector inmobiliario sostenible. Hay que añadir que el entonces príncipe no pagaba impuestos.
La cartera de bienes raíces de alrededor de 52 mil hectáreas es casi del tamaño de Chicago y genera millones de dólares al año en ingresos por alquiler y están valoradas en aproximadamente mil 400 millones de dólares, en comparación con los 949 millones de dólares de la cartera privada de la difunta reina.
Por otra parte, el gobierno británico le otorga a su rey un pago que es financiado por los contribuyentes, que se conoce como la Subvención Soberana y que sirve para cubrir el costo de los deberes oficiales de la monarquía.
De acuerdo con el Estado Financiero de la Casa Real, durante el año fiscal 2021-2022, la Subvención Soberana fue fijada en casi 100 millones de dólares. Aquí no se incluyen los gastos de seguridad.
Se sabe que Carlos heredó también de su padre, el Duque de Edimburgo, pero esta herencia es secreta, al igual que la de la reina Isabel, y permanecen en una caja fuerte de Londres, como las últimas voluntades de otros 30 miembros de la familia real, fallecidos desde 1910.
El testamento de Su Majestad no verá la luz hasta dentro de 90 años, por lo que la distribución exacta de sus bienes no se conocerá hasta dentro de varias generaciones. Pero como su hijo mayor, Carlos heredará las propiedades privadas de la Reina, así como joyas, obras de arte, sellos y cualquier inversión personal.
DAG