Durante el 2022 al sector restaurantero de Nuevo León “le ha llovido sobre mojado”, primero fue la escasez del agua, la falta de mano de obra, y hoy enfrenta 2 crisis: la presión inflacionaria de los alimentos y el retraso en el trámite de permisos para vender bebidas alcohólicas en los restaurantes.
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Daniel García Rosales, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac), expresó que este 2022 ha sido un año muy complicado para el sector.
“Este año nos tocó vivir de todo, nos tocó la escasez de productos alimenticios, la crisis del agua, la escasez de personal, la presión inflacionaria, los restauranteros nos hemos esforzado por salir adelante, innovando, todo esto ha sido uno de los mayores retos que hemos enfrentado”, apuntó.
“Pero ahora, enfrentamos el retraso de más de un año en los trámites de permisos para vender bebidas alcohólicas en los municipios de Monterrey y San Pedro Garza García, al grado que esta situación ha ahuyentado a 40 firmas de restaurantes extranjeros y nacionales que habían decidido abrir sucursales y se fueron.
“Estamos hablando de inversiones que van desde 5 hasta 20 millones de pesos por cada establecimiento. No solo son esos trámites, sino también permisos para construir no están fluyendo como antes que se llevaba unos 3 a 4 meses. Ahora llevan un año y 4 meses y siguen atorados. La autoridad argumenta que hay un gran rezago derivado de la pandemia”, agregó el dirigente.
Esto impide que inversiones extranjeras, nacionales e incluso locales no se animen a invertir en Nuevo León para la apertura de un restaurante.
Actualmente hay unos 500 restaurantes en espera del permiso, ya sea renovación o nuevo para expender bebidas alcohólicas.
Las administraciones municipales cambiaron las reglas y ahora quieren que estos permisos sean renovados cada año.
Afirmó que esto está afectando en la recuperación total del sector, el cual se encuentra en un punto de equilibrio.
Dado que si bien hay recuperación de los restauranteros la inflación se está comiendo las ganancias, lo que ha provocado caer en un círculo vicioso de estar en un punto de equilibrio, pero con márgenes de ganancias nulos.
García Rosales explicó que la inflación ha afectado gravemente al sector restaurantero, dado que los precios de algunos insumos, como la carne, ha registrado incremento superior al 100 por ciento y este porcentaje no lo pueden trasladar al cliente, lo que ha provocado una fuerte crisis financiera en los restaurantes.
En promedio, dijo, los costos de estos negocios se han incrementado en un 30 por ciento.
Hizo un llamado a las autoridades para que agilicen los trámites y puedan así ayudar al sector restaurantero del estado.
“Hay entre 5 a 7 mil restaurantes que dejaron de existir ante estas problemáticas, la presión inflacionaria que ha prevalecido durante todo el año y se vislumbra que se extenderá para el 2023, es un grave problema que podría ahogar más la situación financiera de los restaurantes”, subrayó García Rosales.