La pandemia del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 ha obligado al comercio a reinventarse para subsistir.
El alcalde de Tlaxcoapan, Jovani Miguel León Cruz, dijo recientemente a MILENIO que de acuerdo a las previsiones de su administración, un 40 por ciento de los establecimientos en su municipio podrían no superar la crisis por la contingencia sanitaria, pues han cerrado o se ven obligados a operar con horarios limitados; pero muchos comercios están en su apogeo en la zona, porque han sorteado la situación haciendo uso de las redes sociales.
Ana Lí Alfaro Cruz y Pedro Antonio Ramírez Olguín de Cannella, un negocio de roles situado en Atotonilco de Tula, el cual inició su operación en enero de 2019, ya tenían antes de la pandemia su clientela en las redes sociales, con pedidos anticipados para entrega en su establecimiento.
Con la contingencia sanitaria incrementaron sus ventas, pues más personas permanecen en sus hogares y buscan a través de redes sociales productos para consumir al no poder salir a la calle por los contagios de coronavirus.
Alfaro Cruz refiere que en este periodo han incrementado su promoción en Facebook e Instagram para que la gente conozca y consuma sus roles de canela, glaseados, queso crema, chocolate y de limón.
Las redes sociales se han convertido en su ventana de oportunidad, las ventas han aumentado considerablemente para ellos e incluso planean una mayor interacción con sus clientes, como transmisiones en vivo para enseñarles a hacer distintos productos o para brindarles instrucción en el rubro culinario en general.
Cada jueves, viernes y sábado hornean sus productos y los entregan en su establecimiento. También ocasionalmente ofrecen pizzaroles y en diciembre elaboran panettone, un pan italiano.
A pesar de los incrementos en los costos de los insumos, han buscado la forma de mantener sus precios y calidad, precisamente incrementando su presencia en redes sociales, para mejorar las ventas en un momento en el que el comercio se está mudando a las redes sociales por la necesidad de distanciamiento social a causa de la pandemia.
Cambio de giro
La pandemia ha impulsado a los establecimientos del rubro alimenticio, y lo sabe bien Luis Enrique Chávez Lejarza, biólogo de profesión, quien se desempeña como docente en una preparatoria de Atotonilco de Tula.
Ha tenido que buscar opciones para la subsistencia durante esta contingencia sanitaria; antes de la pandemia además de ser profesor tenía una modesta papelería, sin embargo la contingencia sanitaria, que derivó en la suspensión de clases, forzó el cierre de su establecimiento.
No obstante cambio de giro: ahora vende comida y postres a domicilio. Todas las noches envía vía mensaje de Whatsapp su menú a sus clientes potenciales.
Así recibe los pedidos y programa para el siguiente día la entrega de comida o postres. Los fines de semana vende tamales, atole de cajeta, antojitos mexicanos.
A bordo de una motocicleta toma camino para hacer sus repartos; hoy todo es así, es la apuesta de los establecimientos para no cerrar por falta de ingresos.
Hoy en día las redes sociales en la región están llenas de personas que venden alimentos y ofrecen servicio de entrega a domicilio.