Ante la presencia del coronavirus en México, el país debe prepararse para enfrentar los efectos económicos y financieros del problema de salud pública generado por esta enfermedad.
José Luis de la Cruz, director del IDIC (Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico), señaló que hasta este momento se pueden cuantificar 4 efectos inmediatos: la caída bursátil, la depreciación del peso, la contracción del precio del petróleo y la pérdida de valor del oro. Todo ello atribuible a la incertidumbre, volatilidad y salida de capitales que ha ocurrido en todo el mundo pero que se exacerba en las economías emergentes.
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Adicional a lo anterior, falta un efecto que ya se está incubando en el sistema económico, pero del que las cifras tardarán en ser públicas: el debilitamiento de la industria manufacturera y del comercio internacional asociado. Un menor crecimiento económico global puede provocar que la tendencia industrial negativa observada durante un año se exacerbe y generalice.
Consideró que México no debe subestimar el entorno negativo que se configura, particularmente porque el quinto efecto tendrá un impacto directo sobre el empleo y el bienestar social.
"El país llega a esta coyuntura con una economía en recesión, un sector industrial debilitado tras 15 meses de caídas consecutivas y un mercado laboral precarizado", añadió el especialista.
Sólo para dimensionar lo que está pasando, De la Cruz mencionó: "Cuando se pondera que China genera el 24 por ciento del valor agregado de las manufacturas globales y que es el líder exportador en este tipo de bienes, se debe poner en su justa dimensión lo que está ocurriendo".
El IDIC mencionó también que la depreciación de la moneda mexicana es atribuible a una salida de capitales, aunque falta conocer la magnitud.
"El coronavirus puede exacerbar la restricción de financiamiento externo en México", señaló.
Otro elemento es que el coronavirus infectó al precio del petróleo porque, ante la potencial desaceleración económica global, se asume una menor demanda del hidrocarburo.
Dicha situación llevó a que la mezcla mexicana se encuentre por debajo de los 40 dólares por barril, evidentemente lejos de lo estimado en el presupuesto para este año.