El estímulo que el gobierno volvió a aplicar mediante el IEPS a los combustibles busca controlar la evolución de los precios, explicó el director del Instituto para el Desarrollo y Crecimiento Económico, José Luis de la Cruz.
Con esto busca mantener la tendencia a la baja que tiene la inflación, lo que redundará en el mantenimiento del poder adquisitivo y no tendrá gran impacto en las finanzas públicas, señaló.
El viernes pasado, la Secretaría de Hacienda volvió a aplicar el estímulo a la gasolina Magna y al diésel. El lunes siguiente informó que el subsidio se modificó, del 12 al 15 de mayo, de 9.4 a 32 centavos por litro para la gasolina Magna y de 1.030 a 1.404 pesos por litro para el diésel.
La dependencia informa cada viernes el monto de los estímulos de la semana siguiente.
“A raíz de que se tomó la determinación de eliminar el subsidio a las gasolinas a inicios de 2019 y de liberalizar los precios de los combustibles hace años fue que se acarreó una escalada en la inflación que afectó el poder adquisitivo de las personas y las capacidades de inversión de empresas. Entonces, me parece positivo que se dé un ligero respiro a esas presiones”, señaló.
Es una transición que implica que solo es para evitar una nueva escalada de precios y que se puede ir retirando, añadió.
Del lado de las finanzas públicas, el estímulo implica que el gobierno federal debe garantizar que se mantengan sanas, es decir, obliga a conservar la disciplina fiscal, aseguró el director del organismo especializado.