El Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) aplicado desde hace seis años a las bebidas azucaradas, tales como lo son los refrescos, han producido una severa desigualdad en todo México, al generar una mayor carga fiscal solo para ciertas áreas.
Así lo señaló el estudio Regresividad y efectos del IEPS aplicado a la industria de las bebidas saborizadas en México, realizado por el Centro de Investigaciones Económicas (CIE) de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).
En dicho estudio se precisó que el índice de Suits calculado para las bebidas saborizadas en el nivel nacional es -0.33, por lo que específicamente este IEPS lo clasifican como un impuesto regresivo, al solo afectar a los sectores más vulnerables de la población.
Siendo el sur y el norte de México las zonas que se han visto afectadas por la aplicación de impuestos a las bebidas saborizadas.
“Este impuesto que se aplica a bebidas saborizadas agrava los problemas de desigualdad del país y resulta más regresivo aún para los refrescos a comparación de otras bebidas saborizadas”, comentó Daniel Flores, investigador del CIE de la UANL.
Como se precisó anteriormente, el IEPS que provoca una mayor desigualdad en el país es el aplicado a los refrescos (-0.339), seguido por los jugos y néctares (-0.261) y a las bebidas energéticas (-0.128).
Asimismo, se explica que el -0.33 de índice de Suits calculado a las bebidas saborizadas es mayor a lo que se aplica para otros valores de otros impuestos locales, tal y como lo es el de las gasolinas, que apenas en el país es del -0.03, incluso de otros países.
Joana Chapa, directora del CIE de la UANL, detalló que se encontró también que la zona centro de México es donde se tiene un menor índice de desigualdad.
“Uno de los hallazgos más relevantes de esta actualización es que la región sur tiene un índice de desigualdad, medido a través del coeficiente de Gini, notablemente más alto que las otras regiones; para la región sur es 0.436 (mayor) y para la región centro norte es 0.408 (menor)”, comentó la directora del CIE de la UANL.
Este análisis estuvo a cargo de los investigadores Daniel Flores Curiel, Édgar Luna Domínguez, Bricelda Bedoy Varela, coordinados por Joana Chapa, directora del CIE.