A pesar de que la inflación general repuntó, al pasar de una tasa anual de 7.86 por ciento en la segunda quincena de diciembre de 2022 a 7.94 por ciento en la primera de enero de 2023, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) descartó que se vaya a caer en una tendencia alcista de precios, pero sí advirtió que los salarios no están subiendo en la misma proporción que la inflación.
“Esto no significa que vayamos a caer en una tendencia al alza otra vez, tenemos la expectativa de que a lo largo de 2023 vayamos reduciendo la inflación anual, pero sí representa una piedrita en el camino y, en particular, con la inflación subyacente que es la más estable, que toma en cuenta únicamente productos donde los precios tienden a ser menos volátiles, y ahí tenemos una inflación todavía más alta, de 8.45 por ciento, que también está rompiendo una tendencia de desaceleración”, dijo la coordinadora de Comercio Exterior y Mercado Laboral IMCO, Ana Gutiérrez.
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En entrevista para MILENIO Televisión, aseguró que el reporte de inflación no es una noticia catastrófica, pero tampoco una buena noticia, porque si bien responde a un fenómeno global, los salarios no se han estado recuperando a esta tasa tan elevada de inflaciones de casi 8 por ciento.
“No ha habido un incremento así en los salarios de todos los mexicanos y eso hace que el dinero que ellos tienen vale cada vez menos y tienen menos capacidad para adquirir productos y esto lamentablemente resulta en que la inflación afecta más a las personas que menos recursos tienen, porque son quienes tienen que gastar una mayor proporción de su gasto en alimentos”, dijo la coordinadora del IMCO.
En este sentido, resaltó que los alimentos han estado teniendo inflación más alta a lo largo de los últimos meses y por tercer mes consecutivo superior a 14 por ciento anual, y esto se agrava cuando los salarios y los ingresos no están creciendo de la misma manera.
La especialista del IMCO añadió que a este panorama inflacionario, que también afecta a los empresarios, se suman prestaciones laborales como más días de vacaciones, que si bien resulta en algo positivo para los trabajadores, impacta en los costos de las compañías, y eso no va en línea con el aumento de la productividad.
“La complicación un poco es que la productividad laboral se tarda en crecer y tiene un efecto que no necesariamente es inmediato, tarda en verse. En el periodo de ajuste en el que están empezando a pagar estas mayores cuotas, estos días pagados de vacaciones, prestaciones, va a haber un ajuste, en el que sin duda incrementan los precios”, advirtió.
Ana Gutiérrez abundó en que las empresas también se enfrentan al incremento en precios de sus insumos, como electricidad, agua, etcétera, lo que también implicará alza en costos y, por tanto, de precios.
AMP