El Banco Mundial advirtió que los impactos en los precios de los alimentos y la energía por la guerra de Ucrania podrían durar años, pues el conflicto ha afectado a los mercados de productos básicos, alterando los patrones globales de comercio, producción y consumo, de manera que mantendrá los precios en niveles históricamente altos hasta fines de 2024.
De acuerdo con el informe Perspectivas de los mercados de productos básicos, el impacto de la guerra podría ser más duradero que los anteriores por al menos dos razones; primero, porque ahora hay menos espacio para sustituir los productos energéticos más afectados por otros combustibles fósiles, debido a que los aumentos de precios han sido generalizados en todos los combustibles.
En segundo lugar, el aumento de los precios de algunos productos básicos también está elevando el de otros; por ejemplo, los altos precios del gas natural han elevado el de los fertilizantes, ejerciendo una presión alcista sobre los precios agrícolas.
Además, las respuestas de políticas, hasta el momento, se han centrado más en los recortes de impuestos y los subsidios, que a menudo profundizan la escasez de oferta y las presiones sobre los precios, que en medidas a largo plazo para reducir la demanda y fomentar fuentes alternativas de suministro.
El Banco Mundial agregó que la guerra también está generando patrones de comercio más costosos que podrían resultar en una inflación más duradera y se espera que cause una importante desviación del comercio de energía.
Por ejemplo, algunos países ahora buscan suministros de carbón de lugares más remotos. Al mismo tiempo, algunos de los principales importadores de carbón podrían aumentar las importaciones de Rusia y reducir la demanda de otros grandes exportadores.
Este desvío probablemente será más costoso porque implica mayores distancias de transporte, y el carbón es voluminoso y costoso de transportar y así, se están produciendo desviaciones similares con el gas natural y el petróleo.
AMP