Antes de 2000, en México existían tan solo algunas operaciones aeronáuticas aisladas, pero a partir de 2005, el gobierno que encabezaba el entonces presidente Vicente Fox, inició un gran esfuerzo para impulsar las inversiones en el sector en el país.
Ese mismo año, el gobierno de Querétaro participó en una contienda para atraer la planta de la empresa canadiense Bombardier; los otros candidatos eran Nuevo León y Chihuahua, pero el estado queretano fue el ganador. El proyecto del nuevo centro manufacturero contó con una inversión de 200 mdd. Unos pocos años después las inversiones comenzaron a arreciar.
“La industria suele ser conservadora, muy cautelosa en sus decisiones y en consecuencia el desarrollo comenzó despacio”, dice el ingeniero Luis Lizcano, director general de la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (FEMIA), “pero una vez que se probó que el país tiene la capacidad para realizar trabajos de aeronáutica, el desarrollo se aceleró.
” En tan solo tres años —de 2008 al 2011—, Bombardier invirtió 300 millones de dólares (mdd) más para la fabricación del fuselaje trasero de sus nuevas aeronaves de negocios Global 7000 y Global 8000, también en Querétaro. Actualmente, las operaciones de esta planta generan más de 1,800 empleos.
De acuerdo con la compañía, lo que la atrajo a ese estado fue su infraestructura industrial ya desarrollada, sus instituciones educativas enfocadas en la tecnología, su población calificada, su gobierno con políticas de desarrollo económico dinámicas y su aeropuerto moderno.
A la canadiense le siguió la francesa Safran, que en 2007 inauguró su primera planta para mantenimiento de aviones con una inversión inicial de 20 mdd. Actualmente, este grupo tiene ocho plantas en Querétaro dedicadas a la producción y reparación de aspas y motores.
“Querétaro, sin duda, es uno de los hubs o de las regiones líderes en desarrollo aeroespacial en México, y esto se debe a que hay proyectos muy importantes como Bombardier o Safrán, que tienen operaciones muy importantes en el estado”, menciona Lizcano.
Otras empresas que se fueron asentando en Querétaro a lo largo de la última década son Airbus y Duqueine (Francia), General Electric (EU), TechOps (México, EU), Aernnove del ITP (España), por nombrar solo algunas de las compañías que operan en el lugar, y que, de acuerdo con el gobierno del estado, generan 8,500 empleos y captan alrededor de 50% de la inversión extranjera directa (IED) aeronáutica en el país.
El Dato.85
empresasy organizaciones agrupa el Aeroclusterde Querétaro.
No son solo aviones
Pero la industria aeronáutica de Querétaro no está hecha solo de grandes nombres. De acuerdo con Juan Carlos Corral Martín, presidente del Aerocluster de Querétaro, el objetivo es “crear un tejido industrial basado en pequeñas compañías”. En ese sentido, y de acuerdo con la organización, uno de los objetivos del cluster es incorporar a pequeñas, medianas y grandes empresas.
El Aerocluster de Querétaro agrupa a 85 empresas y organizaciones aeronáuticas de diversos tamaños, y que en conjunto, constituyen una compleja cadena de manufactura, consultorías, procesos, ingeniería y desarrollo (I&D); mantenimiento, reparación y ajustes (MRO, por sus siglas en inglés); además de sus proveedurías.
“Querétaro logró desarrollar e integrar un ecosistema altamente competitivo en su sector aeroespacial, obteniendo además el 50% de la Inversión Extranjera Directa (IED) en México en los últimos 10 años”, de Desarrollo Sustentable del gobierno de Querétaro en agosto pasado, durante la octava edición de la Cumbre Aeroespacial de México 2018 (Mexico’s Aerospace Summit 2018).
Respecto a los flujos de IED recibidos por el sector aeroespacial en 2018, el gobierno del estado indicó que se han concretado proyectos que rebasan los 250 mdd, que sumados a las inversiones acumuladas desde 2015, rebasan ya los 1,930 mdd.
“México está haciendo incursiones muy importantes y escalando en la tecnificación de partes para la aeronáutica. Eso es una gran noticia”, comenta Francisco Lelo de Larrea, subdirector de Análisis Económico del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Y aunque las empresas del ramo están distribuidas a lo largo de 18 estados de la República, seguramente ninguna entidad mexicana está tan identificada con la industria aeronáutica como Querétaro: el principal hub del país y uno de los cinco más importantes en el mundo.
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Impulso desde las universidades
Pero uno de los principales factores para explicar el crecimiento del sector en Querétaro es el de la formación de talento.
“Hay una correlación importante entre las regiones que tienen desarrollo de la industria y los proyectos de educación media superior y superior enfocados en sector aeroespacial”, dice Lizcano.
El ejemplo más claro es el de la Universidad Aeronáutica en Querétaro (UNAQ), creada en 2007 como parte de las iniciativas de desarrollo del sector en el estado para formar personal especializado en aeronáutica.
El sector académico y de investigación es considerado uno de los tres pilares del Aerocluster, que está integrado, además de la UNAQ, por el CONALEP, el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos, la Universidad Autónoma de Querétaro, el CINVESTAV del Instituto Politécnico Nacional y el Centro Nacional de Metrología, entre otros, todos con apoyo del CONACYT.
De acuerdo con Corral, se espera que en los próximos tres años se incorporen entre 50 y 100 empresas más al sector regional.
El Dato.50%
de la IED en el sector aeroespacial fue atraídaa Querétaro en losúltimos 10 años.
Los retos
En solo 10 años, la industria aeronáutica de México ha tenido un crecimiento exponencial: de 60 empresas en 2005 llegó a más de 330 en 2018. Las importaciones crecieron anualmente a una tasa de 14.5%, en promedio.
“Cuando recién empezamos a hacer este tipo de estimaciones, México se ubicaba entre el lugar 14 y 15 dentro de la industria en el mundo; cuando empezó a desarrollarse, ni siquiera estábamos en el ranking. Ahorita estimamos que estamos entre el 12 y el 13 , pero la meta es llegar a los primeros 10”, dice Lizcano.
De acuerdo con la FEMIA hacia el futuro, este sector enfrenta dos grandes retos. El primero es consolidar la proveeduría, sobre todo en algunos procesos que en nuestro país todavía no se realizan por falta de capacidades tecnológicas, como algunos procesos especializados para que las piezas y materiales de un avión resistan cambios bruscos de condiciones atmosféricas, como las que experimenta un avión.
El segundo es mantener el ritmo de crecimiento, que México necesita para satisfacer la demanda internacional: se estima que en los próximos 20 años se necesitarán más de 36,000 nuevas naves para satisfacer las necesidades de transporte en el mundo.
Para ello, México necesita reforzar la generación de talento humano. El datos es significativo: cuando hay mucha más gente utilizando el avión como medio de transporte, lo que se requiere son más aviones, y México se está convirtiendo en un protagonista en el sector para cubrir la demanda que está en crecimiento.