La industria de la construcción cerrará el año 2022 con alzas de hasta 30 por ciento en el precio de los materiales; además, con un menor ritmo de producción y sin recuperar los niveles de empleo que se tenía previo a la pandemia de covid-19, que comenzó hace dos años y nueve meses.
Materiales como el acero, asfaltos, pinturas, cemento, arena, varilla y alambre, se encuentran entre los insumos que más subieron de precio a lo largo del año, con aumentos a doble dígito, es decir, por arriba de la inflación, según datos del Centro de Estudios Económicos del Sector de la Construcción (Ceesco).
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El aumento en el precio de los insumos ha provocado un desbalance en los costos de producción de obra, dijo el presidente del sector Metalmecánica y Talleres de Fundición de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) Puebla, Leonardo Cárdenas.
Destacó que el acero, uno de los insumos requeridos en la industria de la construcción, duplicó su precio en el último año debido al conflicto bélico que continúa en Ucrania, principal proveedor de este insumo a nivel global.
Consideró que la industria de la construcción enfrenta diferentes retos ya que es uno de los sectores “más deprimidos” y su recuperación podría darse en un lapso de cinco años, es decir, hasta 2027.
“Nos enfrentamos a algunos retos este año como la volatilidad en los precios del acero, que se ha estabilizado en los últimos meses, pero sigue estando en un tema de incertidumbre por el conflicto entre Rusia y Ucrania. Ucrania es un proveedor importante de acero que ahorita está teniendo que ser sustituido”.
El Centro de Estudios Económicos del Sector de la Construcción (Ceesco), en su índice que mide las variaciones de los precios de materiales, registró en septiembre de este año una variación porcentual de 13.2 por ciento contra el mismo mes del año anterior.
Por arriba de ese porcentaje se encuentran materiales como los asfaltos con un alza de 36.6 por ciento; madera para estructuras en 30.8 por ciento, pinturas y solventes con 24.3 por ciento, el cemento que subió en 17.8 por ciento y el concreto premezclado con un alza de 13.5 por ciento.
A lo anterior, según el reporte del Ceesco, se suman alzas en materiales como el yeso que subió 13.4 por ciento; arena con una variación anual de 12.5 por ciento; ladrillos y tabiques con 11.4 por ciento; varilla en 11.2 por ciento; y el alambre y el alambrón en 4.1 por ciento.
Factores globales asociados a la pandemia de covid-19 ocasionaron complicaciones en las cadenas mundiales de valor y, con ello, aumentos en los precios de los materiales de obras en el sector de la construcción.
Afecta a constructores bajo nivel de obra pública
A pesar de que Puebla se encuentra en un periodo de reactivación económica tras meses complicados por la emergencia sanitaria que implicó la restricción de actividades “la pos-pandemia no nos deja trabajar como debe ser”, reconoció Aristeo Reyes Hernández, presidente de la Asociación de Empresas de la Construcción (Aeco) en Puebla.
La política federal de un gasto público reducido en obras públicas impacta de manera negativa a esta industria que incide en 170 ramas productivas. La mayor parte de obra en este 2022 se generó por parte del sector privado; en el caso de obra pública no se trabaja al ritmo de años anteriores, añadió el empresario.
Conforme a los resultados de las más reciente Encuesta Nacional de Empresas Constructoras (ENEC), publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las obras contratadas por el sector público en el periodo de enero a septiembre de 2022 representaron 17.6 por ciento del valor total de producción generado por las empresas en la entidad poblana, que fue de 4 mil 697.7 millones de pesos.
En tanto, la obra privada representó 82.3 por ciento de ese monto, aunque ésta no ha logrado reactivarse del todo y continúa por debajo de los niveles pre-pandemia.
“Venimos de una situación, de esta pandemia que no solo afectó a un sector sino a todos los sectores. La economía se ha contraído en un gran porcentaje, después las tasas de interés que están subiendo. Aunque en México no han dado un brinco grande, pero siguen subiendo (las tasas de interés) y esto trae como consecuencia el aumento en los insumos, inflación y una desaceleración económica. Aunado a que los programas que se tenían en años anteriores, en gobiernos anteriores con respecto a mantenimiento, obra pública, red carretera, todo lo que tenemos en obra pública no se ha hecho con la frecuencia, a lo mejor por la cantidad de dinero que hace falta”, señaló el líder de la Aeco.
Reyes Hernández añadió que los empresarios en este sector se encuentran a la expectativa sobre cómo se desarrollará el siguiente año y existe confianza en una mejora, sobre todo en los precios de los materiales.
Dijo que, si bien no tiene conocimiento de constructoras cerradas, la situación en la industria de la construcción se caracteriza por un menor nivel de obras, tanto en el sector público como en el privado.
“Está muy contraída la obra privada, hay poca, pero sí empieza a tener movimiento, sobre todo en plazas comerciales. También hemos visto que en lugar de la construcción de vivienda nueva hemos observado que se está dando mantenimiento a la existente (…) Al aumentar los insumos, no podemos hacer lo que quisiéramos hacer porque, también, traemos una inflación muy fuerte. No se verá, pero sí se siente en el bolsillo. Creo que estamos contraídos en obra privada, no hay grandes desarrollos como lo puedes ver”, apuntó el empresario.
Menos trabajadores y a medio salario
En lo que respecta al empleo, la industria de la construcción se mantiene por debajo de los niveles pre-pandemia. Al mes de noviembre de 2022, este sector productivo sumó 45 mil 742 puestos de trabajo registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Esta cifra representa un déficit de mil 372 empleos con relación a los 47 mil 114 que se tenían en febrero de 2020, es decir, previo a la declaratoria de emergencia sanitaria por el covid-19.
Aristeo Reyes Hernández, presidente de la Asociación de Empresas de la Construcción (AECO), añadió la industria en Puebla no es la única afectada, pues la situación “es difícil” en cualquier lado.
A la par, las empresas redujeron su ritmo de trabajo por falta de obra, el empleo disminuyó y también los salarios, explicó Reyes Hernández.
“El empleo está a la baja, eso es indiscutible. Si no hay obras no tenemos obreros. En el mismo porcentaje que se desfasa el sector es como nos perjudica la mano de obra tanto calificada como la de campo, obreros. Esto es más de mantenerse, esperar una oportunidad para volver a trabajar (...). Muchos de los que trabajan en el sector de la construcción están a medio salarios, esperando que la situación se reactive para todos”, comentó el empresario.
Mejor panorama para 2023
Aunque el panorama para el próximo año es incierto, el líder de la AECO, Aristeo Reyes Hernández, expresó su confianza en que durante 2023 comience a revertirse la tendencia negativa en la industria, pues la construcción es un “termómetro” de la economía. Consideró que la recuperación de la industria dependerá de diversos factores, entre ellos, políticas públicas de apoyo a la inversión y un mayor nivel de obra pública.
“También tenemos que ver cómo estará la situación a nivel mundial porque hay mucha incertidumbre. El sector de la construcción es un termómetro del desarrollo. Hay que crear infraestructura para crear riqueza, pero lo estoy viendo con cierta dificultad (…). Creo que deberíamos esperar cosas bien, no quiero estar de negativo, esperar que haya inversión para que la economía camine mejor. Este año caminamos mejor que en los dos anteriores”, señaló.
En ese sentido, Reyes Hernández llamó a la capacitación de los constructores, ya que sólo así podrán avanzar en el camino hacia la innovación y ser más competitivos: “Es importante la capacitación para poder estar a la vanguardia y esperemos que no haya una devaluación y que la tasa de interés no suba, esas serían las condiciones para que nuestra economía y el sector puedan avanzar”.
Por último, Reyes Hernández dijo que la AECO está en el recuento de empresas afiliadas, ya que previo a la pandemia tenía registro de 437, pero esta cifra cambió debido a la situación económica.
AFM