La pandemia generada por el covid-19 representó uno de los mayores impactos para la industria textil de Puebla y, a dos años de los primeros casos positivos, comienza a reposicionarse y consolidarse como un clúster.
Los empresarios del sector trabajan en sinergias con otros sectores productivos del estado en busca de mejorar su oferta exportable, encontrar nuevos mercados y atraer inversiones que repercutan en empleo formal.
Puebla se sitúa entre los estados con mayor producción y número de ocupados en esta industria, con más de 27 mil empleos, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La declaratoria de emergencia por coronavirus en 2020 representó una contracción para más de 170 textileras ubicadas en la región, que vieron reducir sus ingresos en más del 70 por ciento ante el confinamiento. Algunas plantas optaron por cambiar la producción de hilos y telas por insumos para el sector salud como cubrebocas y uniformes médicos para no quedar inactivas al tener que reducir aforos de personal.
La llamada vuelta a la normalidad no significa producir como en el pasado, sino mejorar y aprovechar oportunidades, señala Carlos Couttolenc López, empresario a cargo de Textiles La Libertad, una planta que opera en Puebla desde hace 60 años dedicada a la producción de hilados, tejidos y confección.
Couttolenc López, también presidente de la Cámara de la Industria Textil para la región Puebla-Tlaxcala (Citex), destaca que, a dos años del inicio de la emergencia, el ritmo de trabajo de las plantas textiles repuntó luego de que se vieron favorecidas por el Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-Mec) con un aumento en la demanda de productos por parte del país vecino del norte.
El empresario resaltó que Puebla conserva su vocación textil, con más de 170 plantas que a la fecha se encuentran activas, incluidas fábricas antiguas como La Covadonga, La Poblana, La María, así como aquellas dedicadas a la producción de hilos tejidos, acabados y producto terminado como textil hogar y prendas de vestir.
El líder de la Citex explicó en entrevista que, al menos el 50 por ciento de las plantas registra actividad exportadora, principalmente a Estados Unidos, por lo que ahora se apuesta por buscar nuevas oportunidades en Asia y Europa.
En medio de la situación de emergencia, Couttolenc López apuntó que el sector textil, junto con el de la confección, se encamina a la conformación de un clúster “apostando a que Puebla sea el punto textil más importante del país”.
“Nos hemos recuperado, vamos bien y tenemos proyección a futuro. Hay industria de mucho tiempo e industria que se ha ido transformando de una forma u otra. Tenemos una industria muy competitiva, tenemos mucho potencial”.
Señala que esta región cuenta con el capital y con la infraestructura para competir como industria, ya que, en los últimos años, apostó por la incorporación de nuevas tecnologías que le permiten crear valor agregado y ofrecer productos que no se encuentran en otras regiones del mundo.
Carlos Couttolenc, quien representa el clúster Textil-Confección, uno de los seis que impulsa el gobierno de Puebla, señaló que en Puebla se cuenta con la innovación, pues la idea "es impulsar la transferencia de tecnología, investigación, convenios con universidades, vinculación de proveedores. La idea, también, es aprovechar la red de tratados comerciales internacionales para el desarrollo de la industria y fortalecer tanto a la confección como a lo textil a nivel local”.
El líder de la Citex precisó que el proyecto de clúster es alterno al trabajo que realizan cámaras empresariales y se podría consolidar en este año ya que se espera una reactivación de la economía.
Pese a que la actividad en la industria aumentó en este año, el líder de la Citex dijo que las plantas no han regresado a los niveles de ocupación que se tenían en 2019, es decir, previo a la situación de emergencia sanitaria.
En el inicio de este 2022, las firmas que forman parte de la industria enfrentan complicaciones por falta de insumos, distorsiones en la cadena de logística, alzas en los precios de materias primas y un déficit de operarios.
“Los empleos no se han llegado a recuperar, pero esperamos tener un crecimiento. Tenemos una mayor oportunidad. Ahorita hay una demanda muy fuerte por el tema de exportación por el T-MEC; somos de los estados más fuertes. En lo textil, no tenemos miedo a la competencia, tememos a lo desleal. Por la misma pandemia, hay maquinaria específica que tiene tiempos de entrega hasta de dos años. Hay empresas que están invirtiendo, pero no se van a ver reflejados los beneficios hasta que las cadenas se vuelvan a rearmar”, destacó.
AFM