• ¿Inversión de 106 bdd para carreteras y estaciones de carga automotriz? Así será la infraestructura del futuro

El grueso del presupuesto se repartirá en siete sectores clave que marcarán la transformación global, el primero es transporte y logística.

Ángeles García
Ciudad de México /

La infraestructura ha sido históricamente el esqueleto que sostiene a las sociedades

Carreteras, puertos, aeropuertos, presas y redes eléctricas no sólo han impulsado la producción y el consumo, también han definido la forma en que las personas se mueven, interactúan y viven.

La inversión en infraestructura es fundamental para la movilidad de la ciudadanía. | Freepik

¿Cómo se define la infraestructura actualmente?

Sin embargo, en pleno siglo XXI la definición cambió, pues ya no se trata únicamente de acero y concreto, sino de: 

Un análisis de McKinsey & Company estima que en 2040, el mundo necesitará 106 billones de dólares en inversión acumulada para responder a la creciente demanda de infraestructura nueva y modernizada.

La cifra, sin precedentes, enmarca la magnitud del desafío y el abanico de oportunidades para gobiernos, inversionistas y operadores.

En México, ¿Qué tipos de infraestructura necesitan inversión?

El grueso de la inversión la demandan seis sectores clave que marcarán la transformación global, los cuales son: 

  1. Transporte y logística, con 36 billones de dólares, donde entran desde carreteras, ferrocarriles hasta aeropuertos y sistemas de movilidad sostenible.
  2. Energía y electricidad, con 23 billones de dólares destinados a reforzar redes envejecidas y a construir nuevas infraestructuras para la transición hacia fuentes limpias.
  3. Sector digital, que requerirá 19 billones de dólares en centros de datos, cables submarinos, fibra óptica y sistemas seguros de telecomunicaciones.
  4. Después está el rubro social como hospitales, escuelas y viviendas que necesitarán 16 billones de dólares.
  5. Seguido por gestión de residuos y agua con 6 billones de dólares
  6. Agricultura, 5 billones de dólares; y defensa con 2 billones de dólares.
La inversión la demandan seis sectores clave. | Freepik

El desglose muestra cómo la inversión no se limita a “construir más carreteras”, sino a habilitar la economía y la vida cotidiana de una forma completamente distinta.

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¿Por qué la infraestructura es prioridad mundial?

La respuesta está en una confluencia de fuerzas que hacen urgente actuar, por ejemplo: 

  • La primera es el envejecimiento de los activos: gran parte de las carreteras, puentes y redes eléctricas en países desarrollados fueron construidos hace más de medio siglo y requieren modernización urgente.
  • A esto se suma la urbanización acelerada: cada año decenas de millones de personas se mudan a ciudades, lo que genera presión sobre sistemas de transporte, vivienda, agua y energía.
  • Un tercer factor son los cambios geopolíticos, pues la infraestructura se convirtió en herramienta de influencia internacional: los países financian megaproyectos para asegurar recursos estratégicos, expandir cadenas de suministro o ejercer poder blando.

A todo ello se agregan los avances tecnológicos, que expandieron el concepto mismo de infraestructura, hoy no basta con tener carreteras o aeropuertos; se necesitan:

  • Centros de datos
  • Plataformas digitales seguras
  • Redes capaces de soportar servicios globales de inteligencia artificial y nube
La infraestructura dejó de ser lineal, ahora necesita adoptar tecnología. | Freepik

​El resultado es un cambio de paradigma, pues la infraestructura dejó de ser sólo lineal y centralizada para convertirse en una red interconectada, más inteligente, flexible y sostenible.

Infraestructura del futuro

Históricamente, la infraestructura se caracterizaba por:

  • Proyectos de capital intensivo
  • Largos plazos de construcción
  • Fuerte regulación gubernamental
  • Una vida útil que podía extenderse durante décadas

La electricidad fluía de unas pocas plantas a millones de hogares, el agua de un embalse a miles de grifos y el transporte se organizaba en carreteras o vías férreas fijas. Esa visión está en plena transformación.

La infraestructura moderna se distingue por varias innovaciones, la primera es la integración tecnológica

  • Sensores
  • Inteligencia artificial (IA)
  • Plataformas digitales que permiten monitoreo en tiempo real, mantenimiento predictivo y una gestión más eficiente
  • También avanza la descentralización y modularidad: las redes energéticas se orientan hacia microrredes locales, más resilientes y fáciles de actualizar que los sistemas centralizados.

El capital privado tiene un papel creciente, los fondos de inversión globales buscan retornos en proyectos de energía limpia, digitalización y movilidad sostenible. 

Además, surgen modelos de “infraestructura como servicio”, donde los usuarios no son dueños de activos, sino que pagan por disponibilidad o capacidad.

  • Un último rasgo esencial es: la sostenibilidad. La infraestructura ya no se concibe sin incorporar prácticas de economía circular, reducción de emisiones y uso responsable de recursos en todo su ciclo de vida.
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Este cambio también implica que los sectores ya no pueden planearse de forma aislada, como por ejemplo:

Corredores de autos eléctricos: necesitan coordinación entre redes eléctricas, carreteras y plataformas de pago digital, para ello se necesitan centros de datos que alimentan la inteligencia artificial dependen de electricidad estable y agua para refrigeración, aquí la economía circular conecta residuos, agricultura y energía al transformar desechos orgánicos en biogás que regresa a la red.

“No es casual que, entre 2023 y 2024, el 75 por ciento del financiamiento global en infraestructura se dirigiera a proyectos intersectoriales.” expone el informe.

¿Dónde se concentrará la inversión y qué fuerzas impulsan el cambio?

Aunque la inversión global proyectada asciende a 106 billones de dólares, su distribución será desigual. 

Asia absorberá más de dos tercios (70 billones de dólares) gracias a la urbanización, el crecimiento poblacional y la industrialización de megaciudades.

Las Américas atraerán 16 billones de dólares, con énfasis en modernizar infraestructura envejecida en Estados Unidos, expandir redes digitales y atender la rápida urbanización en ciudades latinoamericanas como Lima o Medellín.

Mientras que en Europa recibirá alrededor de 13 billones de dólares, enfocados en renovar carreteras, puentes y redes eléctricas construidas hace décadas, además de cumplir ambiciosos objetivos climáticos.

Buscan mejor financiamiento en infraestructura. | Freepik

Detrás de estas proyecciones hay siete macrotendencias globales que están redefiniendo el sector:

  • Activos envejecidos
  • Urbanización y cambios demográficos
  • Avances tecnológicos con la inteligencia artificial como punta de lanza
  • Transición energética
  • Mayor papel del capital privado pese a altos tipos de interés
  • Infraestructura como herramienta geopolítica
  • Escasez de mano de obra que encarece y retrasa proyectos

McKinsey advierte que los inversionistas deberán diversificar hacia proyectos intersectoriales, explorar nuevas estructuras de financiamiento y ajustar expectativas frente a los ciclos largos propios de la infraestructura.

En suma, la infraestructura del futuro no es sólo un conjunto de obras; es un entramado complejo que integra economía, tecnología, sostenibilidad y geopolítica.

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KL

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