Durante los últimos años, con la explosión de las compañías startup y la industria tecnológica, parece que se ha popularizado la idea de que los empresarios no necesitan invertir en su educación. Suele creerse que los empresarios son genios educativos que simplemente tuvieron una gran idea y la ejecutaron, tomando como ejemplo a grandes empresarios como Mark Zuckerberg y Steve Jobs, quienes abandonaron sus estudios universitarios formales.
La realidad es que los casos de empresarios que logran el éxito sin educación formal son la excepción que confirma la regla. Según un estudio realizado por investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) de México, y publicado en la revista indexada Innovación educativa, existe una fuerte correlación entre el nivel educativo de los empresarios y la probabilidad de éxito de sus empresas, particularmente en lo que respecta a la internacionalización y la posibilidad de crecimiento en nuevos horizontes.
La educación formal sirve para adquirir habilidades y conocimientos que pueden ser clave en el repertorio de un empresario, desde conceptos matemáticos y financieros básicos hasta habilidades blandas como el liderazgo, la empatía y la expresión oral. Además, y este es quizás uno de los puntos más importantes, los programas educativos brindan acceso a relaciones sociales que se pueden transformar en redes de negocios claves para el crecimiento de una empresa.
¿Qué tipo de educación necesita un empresario?
Aunque el estudio del IPN se centró en la educación superior formal, existen buenas razones para pensar que este tipo de educación no es la única que puede mejorar las perspectivas de un emprendedor o emprendedora.
Las habilidades duras y blandas que ofrecen programas de educación superior como el de administración de empresas pueden adquirirse mediante otro tipo de programas, como por ejemplo, programas online de educación focalizada para empresarios. Este tipo de programas pueden ser más convenientes, particularmente si se trata de adultos ya han iniciado su recorrido empresarial, o que tienen trabajos formales y desean comenzar a hacer empresa.
En cuanto a las redes de negocios y las relaciones sociales, también existen programas educativos que pueden suplir esta necesidad sin necesariamente hacer parte de un currículum universitario, y con costos mucho menores que los de un programa en una universidad privada.
Retorno a la inversión de la educación empresarial
Recientemente, una muestra tomada de un grupo de empresarios que accedieron a un programa online de educación para empresarios y emprendedores llamado Names, mostró que las empresas cuyos dueños y directores invirtieron en educación y herramientas tecnológicas para la formación, tuvieron un aumento en sus retornos de 80%, con algunas de ellas alcanzando incrementos de hasta 1200%.
Aunque se requieren estudios adicionales para sacar conclusiones más precisas acerca del efecto del programa en los empresarios y sus compañías, los resultados de la muestra son coherentes con los hallazgos del estudio del IPN citado anteriormente. Con guianza personalizada, acoplada a las necesidades de cada negocio, sumada al acceso a redes de negocios y relaciones sociales, este programa tuvo un impacto positivo en el crecimiento de las empresas, particularmente en lo que respecta a su proyección a la internacionalización.
En resumen, invertir en educación empresarial es una estrategia fundamental para el éxito en un mundo empresarial en constante cambio. Aunque ejemplos de empresarios autodidactas existen, la realidad muestra que la educación formal y programas especializados en línea ofrecen un conjunto de habilidades y redes de negocios cruciales, que pueden ser asequibles incluso mediante un blog para empresarios.
Los datos respaldan que esta inversión tiene un impacto positivo en el crecimiento de las empresas, con aumentos significativos en los retornos, lo que reitera su importancia para el crecimiento empresarial en cualquier industria.