La revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) no está condicionado a la seguridad en carreteras, pero sí define que las inversiones se instalen en el país, consideró Luis Villatoro, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular (Anerpv).
En conferencia explicó que si bien el tema de seguridad está incluido en el capítulo 7 del tratado, no se sitúa “por encima de aspectos vinculados a la protección de las cadenas productivas”.
“Lo relevante en este momento es que, desde el sector público y privado, podamos coordinarnos para establecer mejores estrategias de seguridad, fortalecer las cadenas de suministro y proteger tanto las mercancías como los activos que se encuentran en movimiento en las carreteras”, señaló.
Villatoro reconoció que la inseguridad en rutas nacionales forma parte del análisis operativo de los corporativos, aunque las estadísticas muestran que “el delito se estabilizó”.
“No ha aumentado, pero tampoco ha disminuido lo suficiente como para reducir el riesgo”, comentó.
Advirtió que 80 por ciento de los incidentes en la red carretera se cometen con violencia.
Focos rojos por entidad
Villatoro indicó que los puntos más críticos de violencia se concentran en Puebla, Guanajuato y Estado de México.
Detalló que los productos afectados varían según el perfil industrial de cada región:
- Michoacán: agroindustria (aguacate, limón y otros).
- Guanajuato: acero y sectores vinculados al automotriz.
- Centro del país y Puebla: alimentos, bebidas y abarrotes.
Enfatizó que atender esta problemática requiere una respuesta coordinada entre autoridades federales, estatales y municipales.
Respecto al incremento de la incidencia delictiva entre octubre y diciembre, señaló que se trata de un fenómeno estacional, asociado al mayor movimiento de mercancías derivado del Buen Fin, Black Friday y las fiestas decembrinas.
En esta temporada, los sectores que más solicitan servicios de rastreo son:
- Electrónicos
- Ropa
- Electrodomésticos
- Bienes de consumo
Villatoro añadió que el robo de metales —particularmente acero, cobre y aluminio— ha aumentado, impulsado por la demanda del mercado negro y ciertos factores arancelarios.
El repunte es claro: el robo de metales pasó de 1 a 4 por ciento en 2025, comparado con 2024.