Ante el deterioro de las finanzas públicas, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp) llamó a instrumentar políticas que generen certidumbre y apego al estado de derecho a fin de que el principal motor del crecimiento, la inversión privada, se reactive.
“La certidumbre sobre la estabilidad financiera del sector público es fundamental para mantener la estabilidad macroeconómica y como atractivo para invertir. Inexorablemente, las finanzas públicas seguirán deteriorándose de manera significativa en el resto del año”, refirió el Ceesp.
En su análisis destacaron que los resultados generales de las finanzas públicas del primer cuatrimestre del año ya muestran el efecto de un claro debilitamiento de la actividad económica y de la crisis sanitaria global”.
En abril, las finanzas públicas sufrieron un severo golpe, toda vez que tan solo en ese mes el sector público obtuvo ingresos por 406.3 mil millones de pesos, monto inferior en 19 por ciento, real al del mismo mes del año pasado.
El Centro de Estudios del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) destacó que el gasto público se aceleró privilegiando sobre todo los proyectos de inversión y los programas sociales aprobados en el presupuesto, que no cuentan con evidencia de rentabilidad social, reglas de operación ni padrones de beneficiarios transparentes
La caída en los ingresos públicos se atribuyó al desplome de los ingresos petroleros, que reportaron una baja anual de 73.8 por ciento, de los combustibles comercializados internamente y de las menores ventas internas ante el confinamiento sanitario.
Los ingresos no petroleros en abril también registraron una caída anual de 7.6 por ciento real, lo que es natural tras cuatro trimestres consecutivos con variaciones negativas de la actividad económica y ante los efectos de la crisis sanitaria. Por lo que la recaudación tributaria cayó en abril 15.3 por ciento.
El incremento de 8.3 por ciento anual en la recaudación del impuesto al valor agregado (IVA), generó dudas al CEESP ante una notoria y constante caída en el consumo, resultado de la debilidad económica y del confinamiento sanitario.
De acuerdo con las autoridades hacendarias, este comportamiento respondió principalmente a “las acciones para mejorar la administración de los tributos, y combatir la evasión y elusión fiscal”, lo que en términos absolutos habría propiciado un aumento anual de 7,088 mil millones de pesos en abril.
Para el incremento del IVA también contribuyó la depreciación del tipo de cambio en el primer cuatrimestre, particularmente en la zona fronteriza. En ese lapso la depreciación cambiaria fue 26.8 por ciento, lo que propició un aumento importante en el consumo que residentes de Estados Unidos realizan en terreno mexicano, aprovechando el abaratamiento que implicó la depreciación del peso.
MRA