Aunque las expectativas apuntan a que en 2023 el producto interno bruto (PIB) de México crecerá muy cerca de 3.5 por ciento, es aconsejable interpretar esto con cautela, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp).
En su reporte semanal apuntó que, si bien la economía ha mejorado, es necesario que la política pública se aboque a generar las condiciones para alcanzar y mantener un mejor desempeño.
“Sin duda, la economía ha mejorado, pero la recuperación post pandemia fue muy lenta en comparación con otros países y las expectativas apuntan a un menor dinamismo el siguiente año”, explicó.
Indicó que a fin de alcanzar y mantener un mejor desempeño de la actividad productiva del país es indispensable un entorno que facilite a las empresas, nuevas y ya establecidas, participar en el sector formal de la economía, con expectativas claras de crecimiento y supervivencia, así como generar una percepción positiva y de certidumbre del ambiente de negocios.
Advirtió que la informalidad se ha convertido en una alternativa para un gran número de personas que buscan una fuente de ingresos, pero se ha consolidado ante la ausencia de políticas que propicien la participación en el sector formal de la economía.
El Ceesp recordó que en 2022, la economía informal generó casi la cuarta parte (24.4 por ciento) del PIB, un porcentaje históricamente más alto pero, como es sabido, la productividad del sector informal es baja; por ejemplo, ocupa a más de la mitad de la población y genera sólo una cuarta parte de la producción del país.
Añadió que la tolerancia de las autoridades ha sido causa importante de la informalidad en general; además, la carga regulatoria excesiva disuade la apertura de una empresa en la formalidad a lo que se suma que los costos laborales no salariales disuaden la formalidad en lo laboral y éstos pueden llegar a 50 por ciento de los costos laborales totales.
El centro de estudios precisó que un gran número de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) corresponde a negocios total o parcialmente informales y, por su tamaño, tienen pocas oportunidades de ser productivas, lo que, inexorablemente pesa en el problema de baja productividad y en el crecimiento del país.
En este contexto, aseguró que es necesario adoptar políticas que reduzcan el costo de la regulación económica y los costos laborales de las empresas y la necesidad de controlar los costos a futuro se aplica también a los salariales, ya que las oportunidades de la relocalización de las cadenas productivas o nearshoring no son eternas.
“México está en un momento que no puede desaprovechar. Dicha relocalización puede generar beneficios importantes y duraderos para toda la población, siempre y cuando exista un entorno de legalidad y otras condiciones necesarias para que sea atractivo participar en la formalidad a lo largo de todo el país, no solo en el norte”, apuntó el Ceesp.