Jesús de la Fuente Rodríguez, presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), nació en Saltillo, pero creció en Monterrey y pese a que desde muy chico supo que quería ser abogado, ahora busca fortalecer el organismo, no solo en transparencia sino también en herramientas, desde un punto de vista tecnológico.
En entrevista para MILENIO, con Pedro Gamboa, habló sobre de su larga carrera dentro del sistema financiero, docencia y sus más de 20 libros escritos hasta ahora. Te contamos su historia.
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-Lo hemos visto a través de los años en distintos sitios públicos, en distintos cargos y demás, pero nos interesa mucho conocerlo usted como persona, vámonos a remontar hasta su infancia. Usted me decía nació en Saltillo, pero no creció en Saltillo
"No. Fue padre fíjate muy muy sencillo todo sin tanta complicación y nada y podías andar en la calle tranquilo a la hora que fuera de niño, todos te conocían en la cuadra, todos nos sentamos a jugar canicas a jugar balero eran nuestros juegos fútbol".
-¿En qué barrio vivía allá, en Monterrey?
"Yo vivía por Las Mitras y vivía, al principio por la calle Arista. Enfrente teníamos un parque hermoso y ese parque hermoso todos los jueves, el gobierno, el municipio llevaba una orquesta, entonces para nosotros era un día de fiesta, todos los del barrio nos reuníamos ahí, intercambiamos bocadillos y era un placer estar oyendo la música en orquesta y todo nos conocíamos, nos cuidamos todos y formamos un grupo como una pandilla.
"Y nosotros, los domingos mi papá no llevaba a Ramos Arizpe, porque teníamos familia muy antigua y ahí aprovechamos de ir a Ramos Arizpe, porque había unas huertas hermosas, recogíamos nueces, recogíamos fruta, siempre llegábamos cargado y allí se hacían unas empanadas de nuez.
"Yo quería ser abogado desde el principio, desde la primaria me gusta hablar, me gusta andar de aquí para allá. No me gustaba como defensor que a veces tiene más problemas que lo que defendía, compadrito, la verdad, pero me gustaba lo que se refería a las leyes, quería yo estar en la cuestión de jurídica y siempre, yo desde chico sabía que quería ser abogado y en eso no tenía duda".
-¿Usted estudio en la Universidad Autónoma de Nuevo León?
"Sí, yo desde primaria y luego la secundaria 5 y luego el Colegio Civil, que el Colegio Civil era ya la preparatoria y de ahí vas ingresar ya a la carrera que ibas a decidir, entonces la característica de esa prepa, en el Colegio Civil, es que te hacían una novatada.
"Tenías que correr porque, por ejemplo, cuando entraba a primero de prepa te cortaban el pelo y algunos hasta los colgaban desde el segundo piso hacia la calle, entonces siempre andabas buscando cómo hacerle para escaparte y entonces, yo tenía un amigo que su papá era el gerente del Cinema Juárez, que estaba frente al Colegio Civil. Entonces salíamos corriendo y ahí vienen todos y entrábamos ahí al Cinema Juárez y ahí ya no podían entrar".
-¿En la Autónoma de Nuevo León conoció a su esposa?
"Después de como cuatro años. Entro a la autónoma de Nuevo León, eran campos, allá por San Nicolás y dónde estaba el Campo Militar número 1, el campo militar estaba enfrente de la universidad, eran campos, entonces a mí me encantaba estudiar en la Facultad de Derecho porque estabas en el salón y estabas viendo el campo y había vacas".
-Usted se gradúa de la autónoma de Nuevo León, ¿cómo fue su inclusión al mundo laboral? ¿Batalló?
"No, fíjate que yo he tenido gracias a Dios mucha suerte. Cuando yo estaba estudiando la carrera de Derecho, un presidente municipal, César Lazo, que era de Monterrey, Edmundo Martínez, varias personas que pues los conocí y me jalaron.
"Y a mí me gustaba hablar y me gustaba escribir y yo trataba de hacer periódicos, así en una sola página, en una sola hoja, entonces me gustaba todo eso. Cuando llega a presidente municipal me dice: ¿Qué quieres? Y le digo: mira yo quiero seguir estudiando, me gusta mucho mi carrera. Hazme actuario y ahí comenzó a reafirmarse mi vocación.
"Porque me pasó una cosa muy curiosa, fíjate que cuando fuimos hacer una notificación de una persona que tenía una deuda, era un taxista, y entonces llegué yo con el abogado y en aquel tiempo se permitía que te embargaran, y entonces veo que está en la cama el señor, este taxista y entonces el abogado le dice me voy a llevar su carro. Dice no deme oportunidad de que pueda yo pagarle y déjeme nomás me levanto me pongo a chambear y le pago. De que estaba convencido de que si va a pagar, estaba muy enfermo, entonces el abogado dice: no, nos vamos a llevar el carro y le dije perdón, pero yo no voy a levantar el acta para llevarme el carro, así es de que pues que sea otro actuario, yo te sugiero mejor vamos a ayudarlo, claro. Total, lo convencí y no se llevó el carro, no lo embargaron. El señor muy agradecido, pero también fue una despedida, porque los abogados de hielo no se van a conmover y no van a decir qué embargar".
-¿Y cómo se da su traslado a la Ciudad de México?
"Eso es muy interesante, porque quería estudiar un doctorado, en Monterrey no había doctorados, yo no tenía lana para mudarme al extranjero o no había becas en aquel tiempo, como las hay ahora. Entonces, en aquel tiempo yo quería un doctorado acá en la capital y estaba yo relacionado con ciertos grupos, y estos grupos me apoyaban para que yo entrara a alguna cosa. Y entonces, yo me inscribí para especialidad primero.
"Quería ser especialista en derecho financiero, yo quería conocer más sobre la cuestión financiera y entonces en ese sentido, empecé con la especialización. Que en aquel tiempo era una delicia la UNAM, también porque no había tanta gente, ahora pues es un mundo impresionante. Y luego entra la maestría, luego al doctorado y luego me puse estudiar de muchísimos aspectos relacionados con el sector financiero y me fueron llevando por ese sector y me metí en despachos, en prácticas relacionadas con cuestión financiera, para mí la práctica era muy importante. Y finalmente, llegué aquí y entré por un concurso a una plaza y luego ascendió otra y luego, como me gustaba andar de liderando, me metí al sindicato, me hicieron secretario de sindicato y fui ascendiendo".
-¿Cómo fue ese proceso de llegar hasta ser el presidente de la CNBV?
"Muy tardado, en aquel entonces no había la dimensión que tiene ahora la comisión, en aquel entonces eran 12 vicepresidencias y con eso confórmate.
"No había mucho escalafón, pues las direcciones llevaban de todo en el jurídico, de todo amparo porque no había gente, yo tenía que arrastrar la pluma, entonces en aquel tiempo llevamos las conciliaciones, llevamos los amparos, toda la cuestión de revisión de contratos yo llevaba casi toda la chamba que ahora hace una vicepresidencia. Yo la hacía con poquita gente, pero llevaba de todo y me metí a todo y eso me sirvió muchísimo, mi querido Pedro, porque fue sembrando, arrastrando, no tenía gente a quién mandaba tenemos poquitos y fue creciendo".
-¿De todos los cargos que ha ocupado, cuál ha sido el que le ha dejado más a su favor?
"Uno que me dejó mucho sabor, fue con el presidente de la comisión, Guillermo Prieto, que fue un agente por una visión, con una mentalidad de cambio y me fue llevando y ya empecé a meterme a llevar cosas jurídicas, a meterme a llevar cosas de hacer libros para la comisión. Y por ejemplo, el comité de Basilea es fundamental para nosotros, pero entonces empecé a hacer traducciones de libros del comité de Basilea, hice dos tomos luego del banco mundial, con qué efecto son elementos fundamentales para la supervisión para capitalización y todo eso.
"Y entonces, todo eso lo empezó la comisión, pero parten de los países centroamericanos pues los sistemas financieros son muy muy pequeños y yo los apoyaba. Mandaba todas estas ediciones a ellos, para que tuvieran más información y también me dejaron mucho. Y entonces Guillermo Prieto me dice: ¿Qué más quieres? Pues quiero ser director en una revista de la comisión. Luego organicé el primer concurso de premios de investigación de las universidades. Celebré convenios con el Poli, con la Facultad de Derecho, con la universidad.
"Tenía yo acceso con las facultades y entonces, pues celebraba convenios y todo eso, entonces, me hizo crecer mucho y me metió al área internacional, también me permitió tener una visión muy completa y tomar decisiones. Lo acompañaba en viajes internacionales y tenía una característica, todos vamos igual, en clase económica y todos parejos y aprendes mucho de ese tipo de gente como son. Otra persona de la que también aprendí mucho y que me enseñó que debía yo profundizar más, era don Alfredo Luengas.
"Don Alfredo era muy estricto, era un contador muy estricto, llevaba las cosas así, pero todos le tenían miedo, pero yo no y me acercaba a él y aprendí mucho y él me hizo también crecer. Y entonces también me dieron la oportunidad que me fuera como director general a un banco equis, banco que no quiero ni recordar, pero, que tenía muchos problemas compadre y que tenía que poner orden y correr mucha gente, entonces todo ese tipo de situaciones se fueron dando a lo largo de mi vida. Pero junto con toda esta trayectoria, en el sector financiero también yo llevaba asesorías. Yo me empecé a especializar, en ciertos temas sensibles como el lavado de dinero.
"Empecé abarcar, pero al mismo tiempo que yo desarrollaba mi carrera en sector financiero, yo empecé a dar clases en la Facultad de Derecho de la UNAM a las 07:00 de la mañana, era un horario privilegiado, que así me tocó y que bueno, yo daba mi clase de 07:00 a 09:00 y me venía volado acá, para estar ya en mi trabajo y luego a la hora de mi comida, iba y daba mi otra clase y fui conjugando la cuestión de la docencia, que es una formación que te permite tener una visión muy importante desde el punto de vista como maestro, pero al mismo tiempo yo me iba haciendo investigador, iba escribiendo".
-Usted es investigador a nombre del Conacyt, ¿no?
"Soy miembro del sistema nivel uno y empecé a escribir del sector financiero. Quería escribir para mis alumnos, pero siempre empiezas a meterte y esto es como una droga, el escribir, tú te empiezas a meter, mi querido Pedro, y te va llevando, hasta mi esposa se sentía celosa porque me subía yo los sábados y quería seguir escribiendo y escribiendo y traía una necesidad de escribir.
"Yo busqué innovar, los abogados no somos muy dados a cuadros, a cuestiones más objetivas y yo empecé a meter cuadros, a ser más objetivo, para llevarlo a digamos a algo más aterrizado y que fuera más objetivo para mis alumnos y sacaba resúmenes, conclusiones y entonces fue un éxito este libro. Pero llegó un momento que mi trabajo ya me impedía, empecé a escribir todo sobre el sector financiero, empecé a escribir sobre leyes, hacía comentarios de cada artículo de cada ley, empecé a escribir sobre temas importantes relacionados con este tema.
-¿Cuántos libros lleva?
"Pues ahorita con los últimos que he coordinado y también formados capítulos, como veintitantos".
-Permítame preguntarle, ¿qué sigue ahora para usted?, ¿cuáles son sus sueños? , ¿cuáles son sus metas?
"No paran, compadre, tengo muchísimas. Quiero fortalecer la comisión, darle más herramientas y elementos para que pueda estar a la altura de nuestra época ¿Por qué? Porque tenemos un aspecto muy importante, la mayoría de las instituciones están evolucionando de una forma asombrosa gracias a la tecnología, cambiando nuevos instrumentos, nuevos métodos, nuevas formas de atraer a los jóvenes, nuevas formas de hacer actividades financieras y eso nos obliga a estar dentro de ese espíritu de cambio que hay.
"Para buscar nosotros, primero llevar a la Comisión Nacional Bancaria de Valores a fortalecerla desde un punto de vista tecnológico, para que sea de forma transparente todo lo que se haga aquí, inspección, vigilancia, regulación, sanción. Que todo sea transparente a través de una supervisión tecnológica, a través de autorizaciones, que todo sea utilizando la tecnología, que tú sepas: yo hice mi solicitud con fecha tal, dónde está, dónde va.
"Entonces, ese tipo de situaciones, es un gran reto, ¿qué es lo que tenemos que hacer en este paso?, ¿en esta transición? Llevar a fortalecer a la comisión en todos los sentidos, que tenga gente más capacitada. Tenemos un personal de primera, a pesar de muchas situaciones y de mucho trabajo y de mucho estrés, es un personal de primera, pero tenemos que llevarlo más allá. Entonces, para mí ahorita lo más importante es llevar a la comisión a una transformación tecnológica para que todo sea mayor dinamismo, menos tiempo, menos tiempo hombre de trabajo para las instituciones también. Hemos avanzado, pero tenemos que avanzar a marchas forzadas.
"Y entonces estoy en contacto con todas las instituciones, viendo sus necesidades, escuchándolos, aprendiendo mucho para poder ser yo más eficiente en este puesto que tengo la oportunidad y el honor de poder desempeñar y que me siento bien orgulloso".
-Y me gustaría salir ya del tema profesional, adentrarnos un poquito más en su tema personal, porque usted tiene una familia, esta familia lo ha acompañado a lo largo de todos estos logros profesionales que nos ha contado. ¿Cómo es Jesús de la Fuente como esposo, como papá?
"Pues yo como papá soy muy consentidor, siempre fui muy consentidor, demasiado consentidor. Con mi esposa, pues vamos de la mano desde la escuela, desde que estudiamos juntos nos conocemos, nos conocemos plenamente. Cada uno lo que desea, como es cada uno y entonces una identificación completa plena".
-¿Cuántos hijos tiene?
"Tres mujeres, una abogada muy brillante que está en el sector financiero por ella misma y que el día que a mí me nombraron presidente de aquí, a ella la nombraron con un puesto importante y dijo: Papá, van a pensar mal y yo me he sacrificado gran parte también. Le dije: No, tú estás haciendo tu camino.
"Tengo otra hija que estudió mercadotecnia, que tiene un gran talento también. Todas mis hijas tienen un gran talento. Y otra que resultó muy creativa, que se formó como chef, pero después hizo una revista gourmet, una revista internacional. Fue la directora, viajó por todo el mundo, pero llegó un momento que dijo, quiero ahora hacer vinos y puso ella su negocio de forma casera, en fin, pero ahí va y ese negocio se llama "Salto de fe", porque poner un negocio de vinos es como un salto de fe.
"Entonces, me gustaba mucho, paseábamos mucho, salíamos mucho de vacaciones juntos y llevaba mucho a mi mamá, cuando mi papá falleció pues yo jalé mucho a mi mamá, entonces llevaba mucho a mi mamá en mis vacaciones disfrutaba mucho mi mamá ir con todos. Yo no sé cómo íbamos en un carrito, pero todos cabíamos y ahora nadie cabe ni en carros grandes y en aquel carro, eran carros chiquitos y cabíamos todos, era padrísimo. Llevaba a mi mamá y a veces llevamos a mi hermana e íbamos todos felices y viajamos muchísimo en vacaciones. Salíamos de vacaciones y era ir todos juntos".
-A ir rancheando ¿no?
"Pues, viajando, rancheando y a mí me gusta mucho el mar entonces para mí el mar era como, era una cosa increíble, entonces siempre las llevamos de vacaciones. Pero un aspecto muy importante que ha transformado mi vida y que me ha venido a revolucionar a 200 por hora, son mis nietos. Tengo seis nietos que son lo mejor que me ha pasado en la vida".
-Usted es un apasionado del ejercicio desde hace años
"Desde chico; mira yo desde chico boxeaba, me encantaba el box, me fascinaba el box. Tenía amigos que boxeaban y me encantaba el box a mí. Entonces, yo tenía en mi casa un costal grandísimo, tenía la perilla y a veces iba a gimnasios y conocía a los boxeadores. Que en aquel tiempo, por mi carrera de abogado, pues tenías facilidad de conocer maestros, de conocer a boxeadores.
"Me gustaba verlos pelear y en aquel tiempo si te pasaban las peleas en blanco y negro en directo, compadre, y entonces podías ver. Y cuando yo me vine a México, fíjate que a mi me gustaba ir y ver entrenar aquí en los baños Jordan, ahí entrenaban el Ultiminio Ramos, 'Matequilla' Nápoles, el 'Famoso' Gómez, varios boxeadores y uno de ellos me dijo: Oiga, yo quiero que bautice a mi hijo entonces hace muchísimos años se me perdió y ya no lo vi, pero fueron los mejores mixiotes que he comido en mi vida, sensacional los mixiotes de ese día de su bautizo.
"Conocí un chorro de boxeadores y me tenía que poner abusado porque todos te albureaban, doble sentido, compadre, ese 'Púas' Olivares. Fue una experiencia para mí en mi formación, ese deporte me daba mucha disciplina. El correr para mí ha sido fundamental.
"Si me permites dejar un mensaje a los jóvenes que siempre aprovecho los foros: Lo importante en la vida a lo mejor no son los títulos, los doctorados, las maestrías, lo más importante es tener siempre una mentalidad de cambio y disciplina, es todo".
FLC