Fiorella Mancini, investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, explicó que una jornada laboral de 40 horas semanales permitiría que las personas sean más productivas y dediquen más tiempo a su familia u otras actividades.
En un artículo, la investigadora Mancini explicó que a nivel mundial México es una de las naciones que más tiempo trabaja, con jornadas de 48 horas semanales, mismo tiempo de desempeño que la mayoría de las de América Latina.
Recordó que de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en 2023 las y los mexicanos laboran un promedio de 2 mil 207 horas al año, una de las cifras más altas del orbe.
Por lo que para Mancini, la jornada debe reducirse a 40 horas semanales para dedicar más tiempo a otras actividades como vida en familia, ratos de ocio o cualquier otro asunto.
Asegura que las jornadas de largo tiempo son ineficientes en términos laborales, como está demostrado en países desarrollados.
"Como está en la actualidad es un incumplimiento a los derechos humanos, además de que al reducirla se incrementa la productividad", aseveró.
Otro problema, expuso, es que numerosas personas que se desempeñan en la Ciudad de México invierten varias horas en traslados de sus hogares a la zona del empleo.
Fiorella Mancini también consideró que la informalidad y la precariedad son dos problemas estructurales del sistema de trabajo que caracterizan a la región de América Latina.
Explicó que ambos están presentes en los países y atraviesan los sistemas de empleo.
Pero a partir de inicios del siglo 21 se suma un tercer desafío que afecta especialmente a México que es la inestabilidad laboral.
Explicó que esta característica significa que entre las y los trabajadores de todas las esferas y edades, desde jóvenes hasta personas adultas mayores, son frecuentes la incertidumbre, inseguridad y miedo a perder su fuente de ingresos.
Los primeros son más afines a este modelo, señaló, pues no planifican un estilo de vida en torno a su empleo. Son accesibles para cambiar de un sitio a otro, incluso lo prefieren de manera remota o sin contratos fijos, no importando las condiciones.
En cambio, la directora en sociología abundó que para los adultos mayores es fundamental conservarlo, que puedan desarrollarse profesionalmente, generar antigüedad, garantizar un salario estable y una jubilación o pensión en el futuro próximo.
Mancini definió que la inestabilidad laboral es un concepto “disposicional”, lo que significa que, aunque no haya ocurrido, nos lastima, pues se mantiene incertidumbre y miedo a quedarse sin él, simplemente ante la posibilidad de que suceda.
También impacta a quienes comienzan a establecerse y aprovechan un salario y horario fijos para independizarse de su familia de origen, casarse o tener hijos, decisiones fundamentales en ciertas etapas de la vida.
Para abatir la incertidumbre, enfatizó, económicamente ayudan determinaciones como aumentar el salario mínimo, así como tener cambios en la estructura productiva.
Además, existe una solución legal a este problema, si se logra que se cumplan las leyes laborales que existen en el país.
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MATP