Todo empezó hace 63 años con una latita azul que con el tiempo se volvió icónica. La empresa fue fundada por Eugenio López y tenía solo 20 trabajadores; hoy Jumex emplea a casi siete mil personas y vende más de 100 mil litros, pero ya no se trata solo de jugos y néctares, sino de un portafolio de bebidas construido bajo una visión que va más allá de lo comercial, para convertirse en una empresa con la misión de “hidratar a México”, como dice su director general, Salvi Folch, a MILENIO.
Jumex tiene tres plantas en el país: la más grande en Tulpetlac, en las inmediaciones de Ciudad de México; otra en Monterrey y una más en Mexicali, estas dos últimas enfocadas a la exportación. Además cuenta con plantas de procesamiento de fruta en Chihuahua para la manzana y la de Tuxpan, Veracruz, dedicada al procesamiento de cítricos.
¿Qué hay detrás de Jumex?
Es una empresa que tiene una pasión por la calidad. Vendemos 100 millones de litros de distintos productos, tanto en el mercado nacional como en exportación.
“Es una marca icónica por la latita azul, aunque no se limita solo a jugos y néctares. Tenemos bebidas energéticas, isotónicas, agua, bebidas hidratantes, sueros y con contenido distinto de frutas. Además es una empresa que da trabajo directamente a casi siete mil personas e indirectamente a muchas más. Procesamos la mayoría de la fruta que utilizamos, que viene del campo mexicano, son 400 mil toneladas de fruta procesada al año”.
¿Cómo conquista una marca de 63 años a los jóvenes?
La competencia hace que haya distintas alternativas y el consumidor siempre ha sido exigente en el pasado y lo es ahora. Por eso es tan relevante estar atentos a lo que el consumidor quiere.
“Nos acabamos de convertir en los hidratadores oficiales de la Liga Femenil BBVA. Estamos muy orgullosos de asociarnos con el deporte y por esa vía también acercarnos con las nuevas generaciones”.
Y hay que conquistar tanto a mexicanos como a extranjeros. ¿Les hablan a todos igual?
Tenemos una marca madre que es Jumex y la campaña Creer da Frutos. Estamos convencidos de que nuestras raíces y la aceptación de nuestro producto está muy ligado al país, fruta de tu tierra. Es real que da orgullo que se utilice fruta de México.
“A cada consumidor hay que decirle algo distinto. En Estados Unidos el consumidor es muy distinto, es diferente el consumidor hispano, el de las nuevas generaciones. Afortunadamente todos ven el producto mexicano y lo ligan con calidad”.
Construyen un almacén inteligente, ¿cómo los prepara eso para el futuro?
El crecimiento ha tenido diversos requerimientos de inversión. En este almacén inteligente estamos invirtiendo 120 millones de dólares. Está muy automatizado para ser eficiente al surtir pedidos que salen de Tulpetlac a toda la República o que se exporta.
“Estará todo muy robotizado porque cada minuto cuenta, sobre todo si piensas que llegamos a unas 400 mil tienditas del millón que hay en México.
“Este no es el único, tenemos almacenes en todas las plazas, el nivel de tecnificación es distinto, pues depende del número de cajas, clientes o pedidos. Lo importante es el compromiso de Jumex al ir haciendo las inversiones que hacen sentido, y así seguirá porque la familia López está siempre muy comprometida con México”.
¿Qué rol tiene la sostenibilidad en Jumex?
Es uno de los pilares de nuestro plan estratégico. Los temas climáticos son relevantes porque si hay una sequía afecta el precio de los alimentos. Si bien utilizamos mucha fruta industrial, ésta no cruza fronteras, pues se procesa cerca de donde se cultiva. Jumex produce la mayor parte de lo que usa, y hay frutas que no hay en México, pero importamos el concentrado. La sustentabilidad va en todo, desde el inicio hasta el final, hay que cuidar los empaques, el agua, el uso de energía y medir todo porque cada acción cuenta.
En un mundo interconectado y volátil, ¿cómo planean sus inversiones?
Tienes que enfrentar los factores como van llegando. No puedes saber qué pasará, y eso es parte de la planeación. Un ejemplo fue la pandemia. Traer un concentrado de durazno de Grecia ya no es tan fácil. De ahí el nearshoring, para acercarlo todo. Y esa es una oportunidad que el campo mexicano debe tratar de aprovechar.
“Eso nos lleva al tema del Tratado de Libre Comercio y la integración comercial con Estados Unidos y Canadá. Se abren y abrirán muchas oportunidades para productos de calidad en condiciones competitivas”.
Viene un nuevo gobierno, ¿qué espera del cambio?
Hay que trabajar con ellos como siempre hemos hecho. Todos queremos el bien de México. Estoy convencido de que las políticas públicas y cualquier decisión irá alineada al crecimiento de la economía, al beneficio del país.
“Necesitamos tener cuidado con los marcos regulatorios, porque los cambios de reglas pueden tener impacto, como se ha visto en temas de impuestos, etiquetados, importaciones o exportaciones. Queremos un marco que permita trabajar y crecer”.
En los siguientes 60 años, ¿qué legado dejará Jumex?
La familia López ha dejado un gran legado con empresas, reinversiones y su compromiso en México. Jumex fue manejada por su fundador por casi 60 años. Después siguió su hijo, Eugenio López, que es un apasionado del arte y creó el Museo Jumex, que tiene entrada gratuita y exposiciones espectaculares.
“El legado lo tiene muy claro la familia. Quienes colaboramos con Jumex seguimos ese ejemplo de responsabilidad, de amor a México, de cumplimiento de normatividad para crecer y competir con éxito”
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