Me resulta increíble lo rápido que la sabiduría popular sobre la nueva tecnología se puede endurecer. En la actualidad se cree comúnmente que el 5G, la tecnología móvil de quinta generación que aún no se vuelve una realidad comercial a gran escala, será dominada por China.
Los defensores argumentan que el país asiático avanza rápidamente en el desarrollo de la infraestructura necesaria para operar la red de esta tecnología, mientras que Estados Unidos (EU), y sobre todo Europa, quedan rezagados.
La compañía de telecomunicaciones de origen chino, Huawei, se encuentra ocupada haciendo tratos en varios países, mientras que Qualcomm, el campeón de chips estadounidense, se estancó en una batalla legal de varios años y varios continentes con Apple, que llegó a su final la semana antepasada.
Por último, muchos creen que será más fácil para un estado de vigilancia como Beijing poseer y aprovechar los datos que se van a transferir a través de los chips 5G que existirán en todo tipo de productos, desde neumáticos hasta tenis y monitores cardíacos fetales.
La idea clave detrás de este pensamiento es que dejamos la etapa de innovación del uso de la inteligencia artificial, y lo único que importa son los datos. Yo desafío toda esta premisa. Vamos a empezar con las guerras de chips. Qualcomm, el preeminente innovador estadounidense en 5G, gasta más que sus colegas nacionales en innovación, e invierte la enorme cantidad de 25% de sus ingresos en investigación y desarrollo.
Ese enfoque también lo citó el Comité de Inversión Extranjera en EU el año pasado, cuando rechazaron los esfuerzos de Broadcom para impulsar una adquisición hostil del fabricante de chips.
La batalla en tres continentes con Apple por una tarifa de licencia adecuada para los chips de Qualcomm realmente perjudicó a la compañía. Los ingresos por licencias se desplomaron en 2,500 millones de dólares (mdd) durante la pelea.
Pero ahora las dos partes llegaron a un arreglo y abandonaron todo litigio. Apple tiene acceso a las patentes de Qualcomm, pero este último es el que más gana. No es sorprendente que se disparara el precio de sus acciones, y la administración espera que las utilidades regresen más o menos a los niveles que tenían antes de la disputa.
El acuerdo también significa que el fabricante de smartphones más exitoso del mundo y la primera compañía en lanzar un conjunto de chips 5G —ambos estadounidenses—, pueden continuar con el negocio de la implementación de servicios de la siguiente generación.
Su regreso a la normalidad también hará que resulte más atractivo para los europeos comprar sus chips 5G de Qualcomm en lugar de Huawei, que curiosamente aún tiene que hacer un acuerdo en China.
No solo ya no está en duda el futuro de la compañía estadounidense, sino que el proveedor chino se enfrenta a las críticas constantes del gobierno del presidente Donald Trump en EU, que argumenta que el uso del equipo de Huawei amenaza la seguridad nacional.
De igual forma, en los últimos años China acumuló a los organismos internacionales de telecomunicaciones con sus propios representantes, y tiene una ventaja en la construcción de las redes 5G. Sin embargo, eso no equivale a una ventaja tecnológica duradera.
China se tardó en adoptar el 3G, pero eso no detuvo sus avances en 4G, por ejemplo. No hay razón para pensar que EU no pueda ganar terreno en el 5G.
El gobierno chino tiene la ventaja de dirigir a los operadores estatales para construir su infraestructura, y sus compañías no tienen que comprar espectro antes de ofrecer los servicios 5G. No obstante, el primer país en tener una red de 5G no será China, sino Corea del Sur.
Es importante desarrollar las redes primero, pero no es el único factor para el éxito. Las ventajas reales del 5G estarán en la forma en que las empresas e industrias exploten los beneficios potenciales de la extracción de todos los datos que la red les permitirá recopilar.
En este momento, es imposible decir exactamente de dónde van a llegar esas ventajas. “Al igual que nadie predijo que uno de los principales usos del 4G sería una nueva forma de pedir un taxi, los usos más importantes para la tecnología 5G también son difíciles de predecir antes de que estén disponibles”, escribió Dan Wang, analista de Gavekal Dragonomics.
Solamente considere la magnitud de la información que se va a generar por el 5G. Según el IDC, más de 5,000 millones de consumidores en el mundo interactúan con datos todos los días y, para 2025, esa cifra será de 6,000 millones, o 75% de la población mundial. Se espera que en 2025, cada persona conectada tendrá al menos una interacción de datos cada 18 segundos.
Muchas de estas interacciones se darán a través del “Internet de las Cosas”, de esos chips 5G que van a estar en todo, desde máquinas expendedoras hasta dispositivos médicos. Considere cómo se desarrolló la revolución industrial, las grandes cosas vinieron primero, como la electricidad y el motor de combustión.
Pero después siguieron una serie de productos y servicios innovadores, que abarcan desde automóviles y electrodomésticos hasta turbinas eólicas. No hay razón para pensar que esta vez será diferente, o que Estados Unidos y China no puedan conseguir un pedazo del pastel. La batalla por el 5G aún no se establece, y no tiene que ser un juego de suma cero.