La Reforma de pensiones, un salvavidas para la economía brasileña

FT Mercados

Dicha reforma por fin se aprobó y promete ser un aliado para la débil economía de Brasil.

El ministro de Finanzas de Brasil, Paulo Guedes, aplaude la promulgación de la reforma de pensiones en el congreso brasileño (Reuters).
Andrés Schipani y Bryan Harris
Ciudad de México /

Después de décadas de retraso y estancamiento político, Brasil aprobó finalmente su tan esperada reforma de pensiones. Es una gran victoria para el presidente de extrema derecha del país, Jair Bolsonaro, y su zar económico, Paulo Guedes, educado en la Universidad de Chicago, quien encabezó su aprobación.

Los costos del fracaso habrían sido altos. El creciente gasto en pensiones de Brasil podía provocar “un colapso social” en la economía más grande de América Latina, según Rodrigo Maia, el presidente de la Cámara Baja que dirigió la enmienda constitucional para reformar el sistema de pensiones a través de un Congreso caótico.

¿Por qué es importante?

La reforma de pensiones se considera clave para apuntalar las finanzas públicas y restaurar la confianza en la débil economía de Brasil, que surgió de una recesión en el último trimestre.

 Los inversores han seguido de cerca la saga de la reforma, porque el gasto del país en seguridad social se encuentra entre los más altos del mundo. El año pasado, representó 44% del presupuesto del gobierno federal y 8.6% del Producto Interno Bruto (PIB).

Sin la reforma, los gastos en pensiones del país se habrían disparado a 17% del PIB en las próximas cuatro décadas, de acuerdo con los datos oficiales. La nueva política ya fue tomada en cuenta por los mercados financieros de Brasil.

¿Qué hay en la reforma?

Rogério Marinho, secretario de seguridad social del gobierno, dijo que la reforma —que aumentará las edades de jubilación a 65 años para los hombres y 62 para las mujeres, en comparación con 56 y 53 años, respectivamente— representa un enorme ahorro de 800,000 millones de reales (194,000 millones de dólares) en la próxima década, además de 270,000 millones de reales (65,000 mdd) en ahorros secundarios durante el mismo periodo.

“Este es un número importante. Es un buen resultado”, dijo David Beker, economista jefe de Bank of America Merrill Lynch en Sao Paulo. La reforma también debería evitar que la relación de endeudamiento del gobierno aumente en los próximos años, donde la deuda pública bruta podría haber superado 120% del PIB sin las reformas, advirtió el FMI en julio.

¿Lo aceptará el público?

Hace veinte años, el expresidente Fernando Henrique Cardoso estuvo a un voto en el Senado de aprobar la reforma. Desde entonces, los esfuerzos políticos han disminuido. La propuesta actual de reforma de pensiones se inició bajo el gobierno de Michel Temer, el predecesor de Bolsonaro, pero se estancó después de las acusaciones de corrupción contra el exmandatario brasileño.

Sin embargo, desde la elección de Bolsonaro el año pasado, la mayoría de los legisladores se convencieron de la necesidad de controlar el vasto sistema de pagos de bienestar social de Brasil. Los políticos de alto nivel incluso lograron transmitir el mensaje de que perder ciertas prestaciones beneficiaría a las generaciones futuras, y algunas personas se manifestaron a favor de la reforma.

¿Que sigue?

Muchas empresas internacionales se contuvieron de invertir en Brasil hasta que se aprobara la reforma, al considerarla una prueba decisiva para determinar si Guedes y su equipo podrían aprobar una agenda económica más general, que incluye una revisión del bizantino sistema tributario del país. Muchos esperan que la aprobación de la reforma de pensiones restablezca la confianza en la economía brasileña.

Sin embargo, Vladimir Caramaschi do Vale, economista jefe para Latinoamérica de Indosuez Wealth Management, advirtió que Brasil “tiene que seguir impulsando otras reformas” si realmente quiere destrabar las inversiones.

Los analistas advierten que el impulso positivo de la reforma puede disminuir si la economía no se acelera el próximo año, y si las calificaciones de aprobación de Bolsonaro continúan cayendo. Con la reforma de pensiones ya aprobada, la urgencia que la sustentaba puede desaparecer. Un riesgo es que el incendiario presidente podría andar de “bocazas” con su equipo económico, obstaculizando más reformas, según Mónica de Bolle del Instituto Peterson de Economía Internacional.

“Estoy un poco preocupado por los obstáculos políticos que enfrenta la siguiente etapa de reformas. Parece haber más oposición de la que había contra la reforma de pensiones, y no la misma urgencia “, dijo William Jackson, economista jefe de mercados emergentes de Capital Economics.






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