Nació un sábado hace 2 semanas, en una de esas reuniones creativas en que los dos socios de la panadería Asu Mecha planean su siguiente paso comercial. Se llama Rosconcha y además de la combinación de rosca con concha, se busca implantar una nueva tradición con ella.
Se trata de la nueva revelación culinaria creada en el seno de la colonia San Rafael de Ciudad de México, en un pequeño negocio con esencia veracruzana fundado por Juan Porragas y Sayana Guerrero.
“Es —dice Porragas— una mezcla entre la rosca y la concha, consiste en un conjunto de seis panes de muerto, reunidos en forma de rosca con cubierta de concha; arriba tiene calaveritas de azúcar que lo adornan y colores tradicionales que corresponden a la época. Además, dentro de la masa cocida lleva un esqueleto de juguete que, quien la saque al partir el pan adquiere el compromiso de comprar la rosca el 6 de enero”.
Este negocio, que apenas cumplió un año, acostumbra innovar en su oferta, aquí nació, dice su dueño, la concha rellena de chilaquiles, concha con galleta Oreo, con galleta María y con mazapán, la de tres quesos, una nueva versión de manteconcha, la conchurra que es una mantecada abrazada por un churro, el pan de muerto con una concha arriba y la Rosconcha.
Esta aventura comenzó cuando Juan que había estudiando contaduría decidió, hace 10 años, radicar en la capital del país y dejar su natal Veracruz. Lo que más extrañaba eran los volovanes y la bomba con frijoles y queso, entonces decidió estudiar pastelería y después convertir su afición en un negocio.
“Soy adicto al pan y me atraía la idea de saberlo hacer y cuando puse las manos en la masa, literal me enamoró completamente y se volvió algo que dije, ‘qué hacemos con esto’, e hicimos esto”, dice Porragas recorriendo la vista por su panadería.
Este es un espacio muy activo en redes sociales, donde dieron a conocer la Rosconcha y todas las innovaciones en su momento. Sus comensales suelen estar al pendiente y responder siempre a las propuestas.
Mario Torres es estudiante de una carrera técnica en la Vocacional No. 2, por invitación de una amiga decidió venir a probar algunas de las conchas mutantes que ofrece la panadería. “Venimos de la escuela, mi compañera me invitó aquí porque me dijo que había unas conchas con chilaquiles y me dije achis, ¿neto existen?, y pues me trajo”.
La Rosconcha cuesta 150 pesos, aunque se puede comprar la porción individual. Los pedidos se hacen por Facebook, aunque los días 2 y 3 de noviembre habrá en la panadería.
La ‘Rosconcha’, el último grito de la moda en panadería
Dile adiós a los conchurros, los mismos creadores se han superado con este manjar.
México /
LAS MÁS VISTAS