Para Iván Barrera Chipichape el cambio es una constante inevitable. Aprender a vivir con ello es una realidad que no podemos eludir. Sin embargo, cuando uno comienza un proceso de transformación, se cometen muchos errores que impiden lograrlo como debería ser.
Así en una sociedad tan cambiante, pareciera que estamos en constante actualización, pero ¿todo cambio es positivo?
El director, productor y creativo revela en su más reciente libro cuáles son los puntos ciegos de la transformación o lo que él llama: la ceguera de las seis “íes”.
Incertidumbre
Ante una mayor velocidad de cambios, lo que antes parecía inamovible ahora ya no lo es. Chipichape lo ejemplifica de la siguiente manera: Antes podíamos pronosticar cuál sería el país que ganaría en las diferentes disciplinas de los Juegos Olímpicos. Ahora parece imposible, pues aparecen cada vez más, nuevos jugadores
Hoy sabemos que, cualquier día de estos, el mundo puede cambiar sus reglas con una pandemia; los contextos son cada vez más dinámicos y camaleónicos y a veces no solo cambian las reglas del juego, sino que cambia el juego entero.
Por eso –dice– ante la sensación de incertidumbre es preciso practicar lo que él llama “el deporte del desapego”.
Inmediatez
Hace más de 25 años se escuchó por primera vez la frase “pase a la siguiente ventanilla”, sin necesidad de bajarte de tu propio auto. “Pasar a la siguiente ventanilla” nos indicaba un nuevo estándar de servicio que debía ser inmediato, “tu comida inmediata”.
Lo inmediato –reflexiona– era el nuevo estándar de velocidad. Sin embargo, esto fomentó la impaciencia y ha acostumbrado a la sociedad a exigir un mayor nivel de rapidez.
“¿De verdad esperar está mal y las recompensas deben ser inmediatas o no tienen valor?”, apunta Iván Barrera.
Individualismo
En la era del individualismo y la marca personal, buscamos personalizar todo y llegó el momento en el que obtenemos tanto de todo, que se nos nubla la capacidad de elección.
“Ten más de lo que eres capaz de usar o de lo que eres capaz de saber que tienes. A este paso ya no hay tiempo de pensar más que en uno mismo”.
El creativo añade "Parece que ya nadie desea ser compañero de camino de nadie, por el contrario, el otro tiende a ser alguien del que hay que guardarse”.
Indiferencia
Nos regimos bajo la ley de los 20 metros, que consiste en que todo lo que pase a más de 20 metros de mí, no me importa, no tengo tiempo de que me importe. Están sucediendo tantas cosas que no puedo voltear a ver hacia atrás y considerar mi historia, mucho menos la de aquellos que nacieron antes de yo. Según una mayoría, ahora lo entendemos todo, porque lo tenemos todo (donde todo y nada se parecen cada vez más).
Insensibilidad
A manera de aforismo, Iván Barrera señala que “hoy en día se manifiesta con más frecuencia la insensibilidad como parte de nuestro cotidiano ante el sufrimiento de los demás, en la incapacidad, rechazo o abierto desinterés por comprenderlos y en el desvío ritual de la mirada compasiva”.
Quizá –comenta– hoy necesitamos transgredir más para sentir el mismo nivel de asombro que pudimos sentir antes con menores dosis de dolor por el prójimo.
Idiotez
Por último, sobre este tópico, Chipichape comenta que actualmente se aplaude la fama y no la virtud. Hoy el prestigio se gana por el número de seguidores y no por méritos humanos, científicos, artísticos.
“Estamos más dispuestos a hacer cualquier cosa (a lo que me refiero con cualquier cosa es realmente cualquier cosa) y a dejar registro de ella, con tal de que nos miren o hablen de nosotros.
«Ódiame o ámame pero, por piedad, no me ignores».
Para salir de estas seis “íes” Iván Barrera propone generar una cultura creativa dentro de la organización y para esto existen tres patas que sostienen el banco: conexión, dirección y gestión. Pero esa ya es otra historia.
AMP