Ante la enorme competencia por matricularse en centros educativos públicos, sumado a la búsqueda de opciones académicas de mayor calidad, miles de estudiantes que necesitan continuar con su preparación académica se hallan en la necesidad de recurrir a opciones privadas. Pero a veces eso excede las posibilidades económicas de la familia; simplemente no alcanza.
Aquí es donde entra lo que un ingeniero químico con habilidades matemáticas y en los negocios, Francisco Cordero, imaginó desde 2009: una compañía que pudiera ofrecer financiamiento para estudiar en opciones privadas.
Él mismo era un caso de éxito de estos créditos, pues contó con apoyos del Banco de México y de instituciones financieras que le permitieron cursar su ingeniería en la Universidad Iberoamericana y una maestría en Administración de Empresas en la escuela de negocios de la Universidad Stanford, en California.
Laudex se llamó ese emprendimiento, que desde entonces ha cambiado la historia de cerca de 30 mil personas que pudieron continuar con sus proyectos de crecimiento educativo tanto en México como en instituciones de otros países.
Por eso la de Cordero fue incluida entre las empresas que sí hacen la diferencia en el índice A favor de lo Mejor, una institución que busca proyectar las acciones positivas para la población.
En entrevista con MILENIO, Cordero explica que “damos financiamiento sobre todo para carreras, maestrías, doctorados, diplomados, cursos".
"Hemos financiado a gente desde que hace su doctorado en Oxford hasta quienes quieren hacer un curso de inglés en Canadá. Ahora está muy variado y tenemos un apoyo total para los que quieren algo tan formal como una maestría o algo menos formal como un intercambio, un programa de idiomas o alguna disciplina como fotografía en algún lugar durante tres meses”.
Laudex afirma tener acuerdos con 60 instituciones en México, como la Escuela Bancaria y Comercial, la Universidad del Valle de México (UVM), el Unitec, la Universidad Autónoma de Guadalajara, la Universidad de Monterrey, la Anáhuac, la Panamericana (UP) y decenas más a lo largo del país.
“Tenemos alianzas que incluyen hasta el 100 por ciento de la colegiatura”, insiste Cordero Benabib. “Si estás en la UP, la UVM o la Anáhuac, que pueden tener un costo de 125 mil pesos por semestre, por ocho semestres, puede ser un millón de pesos o más, y podemos financiar la carrera completa. Y si es una maestría en Inglaterra por dos años, hemos dado créditos de hasta casi dos millones de pesos.
"Pero si estás estudiando en Unitec pues hacemos una línea de crédito de menos monto, de acuerdo a la necesidad es la respuesta. Y puede llegar hasta el 100 por ciento de los estudios”.
Demasiados estudiantes y escasa oferta educativa
Es fácil imaginar que en un país como México, con 126 millones de personas, una enorme cantidad de jóvenes aspira a integrarse en algún plantel de educación superior para cursar una carrera, y ellos forman, claramente, una demanda que supera con mucho la oferta de pupitres que pueden proveer las instituciones públicas del país.
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Debido a esa situación, año con año se reproducen historias en las que no poder cursar una carrera universitaria frustra planes de crecimiento personal y familiar.
Según datos de la Encuesta Nacional sobre Acceso y Permanencia en la Educación (ENAPE 2021, del Inegi), en el país hay más de 11 millones de personas entre los 17 y los 22 años de edad, que es la etapa estándar para cursar estudios superiores, y eso sin contar los más de 13 millones que están en el rango de los 23 a los 29 años.
La matrícula de dos grandes instituciones públicas ofrecen una idea de lo anterior. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en el ciclo 2022-2023 tuvo una capacidad para admitir a 233 mil estudiantes de nivel licenciatura, y el Instituto Politécnico Nacional (IPN) tiene algo más de 110 mil incluyendo nivel superior y posgrados.
Aun juntando todas las opciones estatales con oferta académica de nivel superior, se está lejísimos de cubrir las aspiraciones de cientos de miles de personas en el país que se debaten en cómo hacer para seguir estudiando.
El diagnóstico de Laudex ante ello es ofrecer instrumentos accesibles, como Beca Crédito, un producto que ya se implementa en algunas universidades.
Con él los alumnos sólo pagan, por ejemplo, el 60 por ciento de la colegiatura, es decir, si esta es de 20 mil pesos, únicamente se pagan 12 mil, y los otros 8 mil se quedan en un saldo que se empieza a pagar a cuatro años, una vez que se gradúen.
Mientras estudian no se acumulan ni pagan intereses, y si hay posibilidad de liquidar antes ese 40 por ciento, no se paga un solo peso financiero.
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Los beneficios de Laudex son plausibles: pagos flexibles, mensualidades bajas y tasas fijas para los estudiantes. Y por medio de las alianzas estratégicas con universidades y agencias en México y en el extranjero, es posible abrir un abanico de opciones educativas para los beneficiarios.
La idea es ser una opción según la necesidad y las posibilidades “porque lo que más queremos es que la gente no deje de estudiar por falta de recursos, estamos aquí para que, por lo menos, evalúen esta opción”, dice Cordero.
Además, reflexiona que, si bien en México se tiene mucha afinidad por los créditos para ciertas cosas como las pantallas de TV, licuadoras, refrigeradores o el coche, “a veces se le tiene miedo a lo educativo, pero no hay mejor activo que nuestro propio cerebro, así que, para quienes no se quieren quedar sin estudiar, estamos encantados de asesorarlos para cumplir con nuestro mantra: detonamos la educación, cambiamos vidas”.
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