Los audífonos de Apple y nuestro futuro inalámbrico

El grupo lanzó su más reciente iPhone y retiró una pequeña ranura que resultará en la desaparición de los audífonos universales. 

“Si Apple decidió quitar los cables, va a ganar. Nos tendremos que acostumbrar a eso, y a usar los AirPods durante el viaje al trabajo por la mañana”.
Madhumita Murgia
Ciudad de México /

Lo mejor de mi viaje de una hora en tren para ir al trabajo es su falta de conectividad obligada: grandes espacios sin señal 4G, la telefonía cuelga de un hilo, ni siquiera se pueden ver las anticuadas tomas de corriente.

En su lugar, saco mis audífonos análogos con cable, los conecto en la ranura del que de otra forma es un inservible smartphone, y reproduzco algunas canciones. Ahora Apple va a arruinar incluso ese pequeño placer.

El mundo, como se ve a través del cristal de las redes sociales, dejó escapar un suspiro colectivo cuando el grupo californiano de tecnología lanzó su más reciente iPhone con un cambio pequeño, pero significativo. Retiró la ranura donde se conectan los audífonos: el portal de 3.5 milímetros para los audífonos universales va a desaparecer.

Los usuarios pueden tener un adaptador para conectarlos en el puerto de carga (porque lo que todos necesitamos es otro adaptador) o ir por la tecnología inalámbrica.

Para todos los que somos lo suficientemente valientes para enfrentar este futuro, viene en forma de dos botones individuales, conocidos como AirPods (119 libras, 3,599 pesos en México). Con el par puedes hablar con tu teléfono a través de Bluetooth, usarlos para reproducir música, recibir llamadas y darle instrucciones. También se tendrán que recargar cada cinco horas.

A juzgar por la reacción en línea, no estamos listos para esto. “Ya perdí mis AirPods”, bromeó un usuario. “Literalmente, nunca en mi vida pensé ‘quisiera poder tener que conectar mis audífonos para poder recargarlos’”, escribió otro con rabia.

Pero descartar los cables de los audífonos solamente es el principio. Tenemos que acostumbrarnos a un futuro inalámbrico. Si vieron la película Ella (Her), donde Joaquin Phoenix en un papel de nerd se enamora de una entidad virtual llamada Samantha, recordarán que un discreto botón en su oído rige su vida. Eso es lo que los dispositivos como los AirPods, al final, llegarán a ser.

Al ser inalámbricos pueden vivir contigo incluso cuando duermes, despertarte a una hora señalada con vueltas de sonidos de olas y llevarte por tu calendario mientras haces tu rutina.

Cuando llegas a tu carro, les darás un toque para preguntarle a Siri, el asistente virtual de Apple, “para llegar al trabajo, ¿cuál es la mejor ruta?”, y volverás a darle un toque para reproducir tu lista de canciones titulada ‘para una mañana entre semana’.

Los lentes de contacto inteligentes, los implantes de oído y las pulseras empezarán a combinar lo virtual y lo real. Tuvimos una prueba primitiva de esto con Pokémon Go, el súper popular juego móvil que transpone personajes de dibujos animados en la vida real.

Cuando era niña en la primera década de los 2000, jugar Pokémon significaba conectarse a las consolas Gameboy con un aparatoso cable de cuatro vías para cambiar personajes con los amigos. Ahora lo haces al sostener el teléfono. Después será a través de lentes de contacto con Bluetooth. Nuestros asistentes cibernéticos van a superponer imágenes, sonidos y puntos de datos en el mundo real, como una manera de navegar por la vida diaria.

A medida que se multiplican los tipos de dispositivos “integrables”, el único obstáculo que queda será la energía: nos casaremos con los temidos cables para carga. Para cortar el cable para siempre, la carga inalámbrica evolucionará mientras llevamos los dispositivos mientras se recargan. Después de todo, los audífonos con baja carga son únicamente tapones para los oídos.

En 1993, cuando las (raras) computadoras personales marcaban, tal como teléfonos, para entrar a internet con una maraña de cables, y en los círculos académicos se referían al WiFi como 802.11b, una revista se estrenó en Estados Unidos. Sus fundadores, videntes de nuestro futuro digital, querían que su nombre representara al mundo ultra conectado.

La llamaron Wired (conectado). Predijeron que los dispositivos se comunicarían entre sí a través de ondas aéreas infestadas de internet. Las impresoras ordenarían por sí mismas el tóner y la tinta, y el lavaplatos se volvería a surtir con tabletas. Amazon nos ofrece un pedazo de este futuro a través del botón Dash inalámbrico.

Apple no es ajeno a las revoluciones: la compañía aceleró la muerte del CD-ROM y los drives de disquetes, eliminó gradualmente los puertos de carga y ayudó a que proliferaran los dispositivos de protección, todo esto a través de pequeñas, pero poderosas, decisiones de diseño.

Si Apple decidió quitar los cables, ganará. Nos tendremos que acostumbrar a eso, y a usar los AirPods en el viaje al trabajo por la mañana.


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