Los bancos no pueden esperar siempre el rescate del gobierno

Opinión. Las instituciones financieras deben ser resilientes y tener suficiente capital propio para protegerse contra las recesiones, como otra crisis de la vivienda o pandemia, destaca titular de la Fed de Minneapolis

El Capitolio asignó casi 6 billones de dólares en programas de apoyo relacionados con el virus. Reuters
Neel Kashkari
Londres /

En las primeras etapas de la pandemia pedí a los grandes bancos de Estados Unidos que recaudaran 200 mil millones de dólares de capital propio como medida preventiva para garantizar los medios financieros para soportar una grave recesión a causa del covid

Las pequeñas empresas en EU, que se vieron obligadas a despedir personal, les decían a los dueños de las propiedades que no iban a poder pagar la renta hasta que pasara la crisis. Esos arrendatarios a su vez le decían a sus bancos que no podrían realizar los pagos de las hipotecas. 

En ese momento no sabíamos cómo iban a afectar los costos acumulados al sector bancario. Mucho iba a depender del avance y la mutación del virus, y de la respuesta de los sistemas de salud.

Los bancos no hicieron caso de mi consejo. Más de un año después, ¿qué pasó? La crisis de covid fue peor de lo que me temía, con 600 mil muertes solo en EU y la recesión económica más profunda de la historia registrada. 

Sin embargo, las pérdidas en el sector bancario fueron mucho menores de lo que mi análisis y, de hecho, de lo que predijeron los propios modelos de los bancos de pérdidas crediticias. En la actualidad, los bancos argumentan que fueron una fuente de fortaleza durante la crisis y una vez más renuevan sus llamados continuos a relajar las regulaciones. ¿Su desempeño durante la crisis indica que los grandes bancos son lo suficientemente fuertes? No, no lo hace. 

Las pérdidas en el sector bancario fueron menores de lo que se esperaba porque los gobiernos fueron agresivos al brindar apoyo fiscal a las empresas y familias afectadas. En EU, el Congreso asignó casi 6 billones de dólares en programas de apoyo relacionados con el virus, lo que permitió que muchas empresas siguieran solventes y que las familias pudieran pagar renta, hipotecas, créditos automotrices y tarjetas de crédito, todo lo cual en última instancia apoyó los balances de los bancos.

Las autoridades fiscales tenían razón en ser enérgicas y proactivas en el apoyo a la economía, pero esto también fue un rescate financiero para el sector bancario. Sin estas intervenciones, las pérdidas habrían sido más grandes. ¿Qué tanto?

Es difícil saberlo con certeza, pero al comparar esta recesión con las pérdidas que enfrentaron los bancos en recesiones anteriores, el personal de la Reserva Federal de Minneapolis estima que el monto se encuentra entre 100 mil y 300 mil mdd. Estas estimaciones quizá se encuentren en el extremo bajo porque, sin un apoyo gubernamental agresivo, es poco probable que la economía se hubiera recuperado casi tan rápido como ha ocurrido, y los bancos aún pueden enfrentar pérdidas. 

Para brindar más transparencia a estos asuntos, la Fed de Minneapolis creó una herramienta que permite que el público ingrese sus propios supuestos y calcule las pérdidas bancarias bajo sus propios escenarios, con y sin apoyo fiscal. 

Ahora enfrentamos preguntas políticas fundamentales. ¿Qué conmociones económicas deben manejar los bancos por cuenta propia? ¿Y para qué conmociones es apropiado depender del apoyo de los contribuyentes?

La mayoría de la gente comprende que la crisis del covid fue diferente a la financiera global. La pandemia fue un desastre natural que golpeó la economía mundial. Y los bancos no tuvieron más culpa que las líneas aéreas o los operadores de hoteles. 

En contraste, los bancos ayudaron a crear las condiciones que llevaron a la crisis de 2008, tras otorgar millones de préstamos hipotecarios incobrables. En ninguno de los dos casos, el sector bancario, a falta del apoyo del gobierno, habría podido soportar sus pérdidas por cuenta propia y continuar proporcionado crédito a la economía.

En 2008, muchos grandes bancos enfrentaron la quiebra, lo que obligó a las autoridades a intervenir en el último momento para evitar un colapso del sector que pudo convertir una recesión en otra depresión. En la pandemia, las autoridades fiscales actuaron de manera agresiva desde el principio para apoyar la economía y rescatar al sector bancario. 

Nunca sabemos con antelación de dónde va a venir la siguiente crisis, o de quién será la culpa. La única herramienta que tenemos es asegurar la resiliencia de los bancos, que tengan suficiente capital propio en todo momento. 

El análisis de la Fed de Minneapolis y varios expertos indica que los bancos necesitan alrededor de 20 por ciento de fondos de capital, en comparación con 13 por ciento actualmente, para protegerse contra las recesiones, como otra crisis de la vivienda o la pandemia.

Los bancos luchan contra este tipo de propuestas porque mayores niveles de acciones perjudicarán el precio de sus acciones. El público debe decidir: ¿los bancos deben ser resilientes por su cuenta o siempre depender de la generosidad de los contribuyentes?


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