Lujo y nostalgia, el millonario negocio de los sneakers

A la mitad de la década de los ochenta, Michael Jordan y Nike firmaron un contrato para vender una colección de tenis, el resto es historia.

Primer par de tenis Nike de Michael Jordan que usó en 1985 con Chicago Bulls. (Reuters)
Roberto Carson
Torreón, Coahuila /

La muerte del basquetbolista Kobe Bryant fue una tragedia para el deporte, pero una bendición para la industria del calzado. Una semana después del accidente, a principios de este 2020, la trasnacional Nike compartió que no seguiría vendiendo más piezas de la línea del ex jugador de Lakers

Sin embargo, la verdadera decisión fue que no habría resurtido, ya que en sólo unos días se vaciaron los estantes físicos y digitales, o así fue hasta la semana pasada cuando anunciaron una nueva colección de lujo. Así funciona la millonaria industria del sneaker.

Contar con el mejor par de tennis en el clóset es fundamental para la generación millenial, quien cambió el mocasín por el zapato deportivo. 

La adaptación de la informalidad en espacios laborales fue una oportunidad para que piezas atléticas se conjugarán con la ropa de etiqueta.

La historia nos remonta a la mitad de la década de los ochenta, cuando un novato de la Liga Nacional de Baloncesto (NBA), Michael Jordan, hacía su debut en las canchas. En ese tiempo, la empresa Nike no ostentaba el imperio que hoy conocemos ya que apenas emprendía la búsqueda de sus atletas representativos, por lo que sólo le ofreció inicialmente un contrato de 250 mil dólares.

Luego de una serie de reuniones con el jugador, Jordan firmó con Nike y abrieron espacio a una colección de tenis que culminó en la legendaria colaboración con el diseñador Tinker Hatfield.

En este convenio se pretendía ganar 3 millones de dólares en tres años, pero debido a su éxito y fama, en sólo un año consiguieron 126 mdd.

En 40 años de alianza, Air Jordan factura en promedio una ganancia de 3 mil millones de dólares por año, diez por ciento más que en el 2018, según números de la firma Forbes. 

En este tiempo, el ex jugador ha generado una bolsa de mil 300 mdd.

El recién estrenado documental El Último Baile (Netflix, 2020) es un recorrido por la anhelada colección deportiva, comenzando con el Air Jordan 1, censurado en las duelas por los directivos de la NBA ya que no utilizaba los colores blancos exigidos en el reglamento de conducta. Los niños que admiraron esos partidos ahora son los adultos que consumen la línea con la que crecieron frente al televisor.

Fusión entre placer y deporte

En la actualidad es más común ver un desfile de tenis dentro de las oficinas que un par de zapatos clásicos, esta tendencia responde a una flexibilidad cada vez más amplia en la mayoría de los reglamentos.

Karla Alvízar, consultora de imagen pública, explica que las nuevas generaciones tienen una definición más particular de su forma de vestir, “antes no importaba tu estilo, a fuerza tenías que ir de traje o vestido a tu trabajo.

Los tiempos han cambiado muchísimo y hoy en día es mucho más importante tener la libertad de expresar tu propia individualidad. 

"Cada vez hay más necesidad de decirle al mundo cómo somos y qué pensamos”.

Sin embargo, estos mensajes en la vestimenta brindan un sentido más profundo para pronunciarse a través del atuendo. 

“Existen siete estilos universales de vestimenta. No te vistes igual para ir al cine o para ir a una boda, pero cada quien busca que su sello personal siempre sea notable”.

A pesar de esta flexibilidad, aún existen diferencias marcadas entre giros, “no está mal que uses el zapato que quieras siempre y cuando el mensaje de tu vestimenta sea coherente con lo que quieres proyectar. En términos de imagen todo es permitido, pero hay que saber cuándo es el momento de usar cada prenda”.

Millenials y mercado ‘retro’

Primero sucedió con las películas y luego con los vinilos, el pasado está de moda. No es coincidencia que las salas de cine muestren remakes de las películas que más dinero produjeron en los ochenta y noventa; lo mismo con el auge en la venta de acetatos cuando este formato ya se declaraba muerto. El fenómeno se repite con el calzado.

Gracias a Internet, el compendio de la moda existe como un interminable punto de referencia.

Hashtags con el nombre de #Retro y #Vintage tienen más de 160 millones de publicaciones en Instagram, una red social puramente visual y donde es común encontrar perfiles dedicadas a dar consejos de estilo.

En 2020, las principales marcas de calzado como Nike, Adidas y Puma, lanzan cada mes una versión reimaginada de los clásicos de la década de los ochenta, era que registró el auge de la cultura runner y la aparición de Michael Jordan sobre la duela. 

Además, gracias al aumento en las ventas online a causa de la pandemia del coronavirus, ha sido una estrategia más que redituable.

El tennis más deseado

Los primeros 14 modelos de Air Jordan son indispensables para los amantes de los tennis, sin embargo, en el México antes del Tratado de Libre Comercio y todavía a principios de el nuevo milenio, era casi imposible hallarlos en tiendas. Por ello, la gente acudía a las “pulgas” y tianguis para hacerse de un par aunque fuera seminuevo.

Ahora, aunque Jordan Brand haya puesto a México en el mapa de ventas, su apuesta por la producción limitada de pares ha detonado una práctica sumamente costosa: la reventa. Tennis que en tienda cuestan 4 mil pesos, pueden ofertarse en sitios de Internet entre 15 y 20 mil pesos. 

Esto ha obligado a que las marcas innoven en sus métodos de compra a través de sitios web para que, como es deseado, el producto lo compre una persona real y no una máquina o bot.

A final de cuentas, la generación que estadísticamente es menos propensa a invertir en bienes raíces o enfocar su tiempo en comenzar una familia, sí está interesada en gastar sus ganancias en el accesorio que lo defina mejor en la calle.

CALE

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