La frenética actividad de adquisiciones se aceleró el pasado lunes cuando las empresas confirmaron más de 120,000 millones de dólares (mdd) de alianzas, incluyendo los acuerdos de transformación en los sectores de telecomunicaciones, energía y venta minorista en ambos lados del Atlántico.
En un periodo de 24 horas se anunciaron, en total, una docena de transacciones con un valor superior a 100 millones de dólares, los que se suman al historial de negociaciones de 2018, que ahora se encuentra en 1.7 de millón de millones de dólares (mdd), superando el ritmo de los puntos máximos previos a la crisis financiera, de acuerdo con Dealogic.
Los asesores financieros y legales dijeron que es probable que continúe la rápida tasa de fusiones y adquisiciones, ya que las compañías se animan por el crecimiento económico mundial, los altos precios de las acciones y la continua disponibilidad de crédito barato.
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Las ofertas incluyen planes para la creación de la cadena de supermercados más grande del Reino Unido, al presentar formalmente a J Sainsbury, quien adquirió Asda al minorista estadounidense Walmart por 10,000 mdd, incluyendo deuda.
Por su parte, los inversionistas reaccionaron de forma negativa a la adquisición prevista totalmente en acciones con un valor de 59,000 mdd del operador inalámbrico Sprint por su rival más grande T-Mobile, que se anunció el domingo previo a las adquisiciones, lo que hizo que las acciones de las dos empresas presentaran una fuerte caída.
Los ejecutivos que participaron en ambos acuerdos utilizaron sus anuncios para exponer sus argumentos a las autoridades antimonopolio porque la interrupción tecnológica y un grupo más amplio de competidores significaron que sus fusiones deben autorizarse.
“Todavía hay mucho que hacer”, dice Lee LeBrun, director de fusiones y adquisiciones en América del Norte de Rothschild. “Lo único que frenará esto es una conmoción externa, o un choque político, un riesgo que va en aumento. Pero siempre que suene la música, la gente seguirá bailando”.
LeBrun señala que el flujo de las adquisiciones se acelera a pesar de que el entorno regulatorio es incierto a causa del presidente Donald Trump, quien puede bloquear varias fusiones, utilizando herramientas que no usaron sus predecesores.
La última ola de acuerdos incluye la adquisición por parte de Marathon Petroleum por 36,000 mdd del grupo de refinación rival Andeavor, que otorgó a los accionistas de la empresa la opción de recibir acciones o efectivo. El acuerdo, que creará un gigante de la refinación con sede en EU, es el más grande en el sector de la energía desde que GE llegó al acuerdo de adquirir Baker Hughes en 2016.
Los altos precios de las acciones tientan a las empresas a usar sus acciones como moneda en una proporción cada vez mayor de acuerdos; 40% de los acuerdos a los que se llegó este año incluyen un componente de acciones, mientras que 14% se componen exclusivamente de acciones, de acuerdo con Dealogic. Eso lleva a que las ofertas en efectivo se encuentren en su nivel más bajo en tres años.
120,000 mdd
generaron una docena de transacciones en ambos lados del Atlántico.
“A pesar de las posibles guerras comerciales, el mercado bursátil, aunque volátil, se mantiene fuerte, y esos mayores precios de acciones pueden usarse como moneda para adquisiciones y fusiones entre iguales”, dice John Bick, director de la práctica corporativa de la firma de abogados Davis Polk. “Y a pesar de que las tasas de interés subieron, las tasas de financiamiento se mantienen bajas como para que las empresas salgan a pedir prestado efectivo para hacer una adquisición significativa”.
Hernán Cristerna, codirector global de fusiones y adquisiciones de JPMorgan, agrega: “Si te encuentras en una posición en que la compañía que estás adquiriendo podría ser demasiado cara; usar tus propias acciones es un gran ecualizador para asegurarte de que no estás pagando lo que te gustaría”.
Otros acuerdos que incluyeron fueron la adquisición de la compañía industrial inmobiliaria DCT por parte del grupo de almacenes Prologis; el contrato de Marriott Vacations por 5,100 mdd para adquirir al operador de tiempo compartido ILG; y la adquisición del asesor de inversiones Financial Engines por parte de la empresa de capital privado Hellman & Friedman.