En México y el resto de América Latina, 80 por ciento de la población vive en centros urbanos y las tasas de crecimiento son desproporcionadas, aseguró Alicia Guajardo, presidente ejecutivo y socia de Neocity (empresa de proyectos de gran escala de servicios inmobiliarios y planes maestros urbanos), recordando una conferencia a la que asistió en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) la semana pasada.
Las tasas de aumento poblacional son muy desproporcionadas, “los centros de las ciudades están abandonadas, de repente se experimentan tasa cero o negativas, mientras que en la periferia llega a haber tasas de 5 o 10 por ciento de crecimiento,” abundó Guajardo.
Frente a este panorama, destacó que el reto es “responder técnicamente a las presiones de la población en ciertas zonas”. El problema es que a diferencia de países como EU, donde los políticos siguen las recomendaciones de expertos, especialistas y científicos, “en México hacen lo que les conviene por intereses partidistas o de otro tipo”, según Guajardo, por ello no se siguen los planes de desarrollo urbano.
Además, agregó que “las personas que ocupan posiciones de gobierno no están preparadas para asumir el cargo y entender lo que cada ciudad necesita.”
A esto, falta sumarle que “en México se toman decisiones aisladas e independientes, sin leer o entender cada proyecto de arquitectura o infraestructura de mayor escala, lo que genera presión inmediata por la falta de planeación y se rompe la planificación urbana”, destacó.
“Lo que se debería hacer es seguir los planes antes de cualquier tipo de inversión o desarrollo. Hay que ver lo que se permite y realizar los proyectos en función de eso”, señaló. Incluso antes de comprar un terreno hay que conocer los lineamientos de los planes de desarrollo urbano: “Hay que jugar de acuerdo a esas reglas”.
Además, es importante dejar el egoísmo urbano. Esa práctica común que, según la empresaria, incluye robar la banqueta o poner la barda donde no corresponde para ganar unos centímetros de terreno. Por esto “tenemos ciudades más fragmentadas y menos armónicas. Una ventaja económica para unos es una desventaja para otros; tenemos que tener eso en mente”.
Idealmente el urbanismo debe regirse por planes a 20 y 50 años “donde contemplemos temas ambientales, sociales y económicos”. Para Guajardo, se tienen que encontrar formas de jugar con los terrenos para sacarle provecho a la naturaleza en beneficio de la gente.
El desarrollo de un proyecto arquitectónico o ingenieril no está completo si no hay conocimiento del suelo en el que se trabaja. Por lo general en México “no existe esa conciencia de hacer los estudios necesarios para conocer el suelo y trabajar a favor de la naturaleza”. Además, “se requieren estudios geológicos y geofísicos para saber cómo está la profundidad del terreno o, por ejemplo, que un muro de contención no se va a caer”. Esto garantiza la seguridad de las personas y atienden temas de sostenibilidad a largo plazo, aseguró Guajardo.
Para enfrentar esta problemática tendrá que atenderse la educación en México y la pasión y creatividad en el diseño que caracteriza a los mexicanos, porque al final la construcción de ciudades nos pertenece a todos y tenemos que involucrarnos para que marchen en nuestro beneficio.
La importancia de estos puntos se discutirán en MILENIO Foros con el tema de Arquitectura, que se llevará a cabo el día 25 en Monterrey, Nuevo León.
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“Los gobernantes no están preparados para entender lo que se necesita”: experta.
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