La arquitectura, una acción política y social, no un lujo

Milenio Foros

La importancia de dicha disciplina se discutirá en Milenio Foros.

Construcción que combina bienestar y creatividad. (EFE)
Martina Spataro
México /

“Para mí la arquitectura, y no es una frase mía, es una acción política y por ende social. Porque cuando transformamos un espacio, donde se relacionan diferentes individuos, modificamos las condiciones en las que la vida y las interacciones se desarrollan. Por eso los arquitectos tienen una gran responsabilidad en la construcción de la ciudad y los espacios”, explicó Roberto Núñez, fundador y director del taller de arquitectura Covachita en Monterrey.

Hasta la fecha, aunque cada vez menos, la gente cree que los arquitectos solo hacen casas y los consideran artículos de lujo, destacó. Por otro lado, cree que el gremio arquitectónico se ha alejado de las necesidades de las personas. “Esta disciplina debe buscar canales y alternativas para generar nuevas formas de hacer arquitectura y de incidir en la sociedad para mejorar la calidad de vida de la gente, sin temor a limitar la parte creativa de nuestro trabajo”, abundó.

En ese contexto, “los retos están en recuperar mucho de la confianza y el diálogo con la sociedad civil. Los arquitectos tienen que participar en atender las necesidades básicas y no solo los lujos. Tenemos que lograr que cambie la percepción de lo que es y debe hacer un arquitecto”.

La arquitectura es considerada una humanidad y a Núñez le preocupa que en la universidad preparen a las personas para ser desarrolladores inmobiliarios. Para él esta rama de conocimiento tiene que aprender “a ser más holística” y tomar mano de otras áreas de conocimiento para tener equipos multidisciplinarios. “El arquitecto es el coordinador de disciplinas más específicas como la geología, la antropología y la sociología o inclusive la psicología. Solo así puede dar resultados integrales y no parciales a los problemas que abordas con tu proyecto”, aseguró.

Según Núñez la práctica arquitectónica tiene dos puntos ciegos principales: el primero está en la etapa de la planeación del proyecto, porque no se evalúan las condiciones preexistentes sociales, ambientales y políticas con las que hay que negociar. El segundo está cuando se entrega la pieza finalizada, el arquitecto no le da seguimiento al proyecto para ver los errores y aciertos que solo el uso de una estructura revela. “Yo diría que cuando se entrega el proyecto el trabajo del arquitecto apenas empieza. Nos falta cultura de revisar y evaluar lo que hicimos con la retroalimentación de las personas que usan el espacio, además de medir la incidencia ambiental de la obra”.

Democracia en el espacio  

La arquitectura diseña y administra espacios que fomentan estilos de vida y favorece unas interacciones sobre otras, por eso es política y compete a todos. El espacio público es central en la discusión para construir una ciudad democrática, aseguró Núñez.

“Uno de los grandes problemas que enfrentamos ahora es que nos estamos quedando sin espacios públicos porque todo se está privatizando, y me inquieta la forma en la que se regula. En Londres ya no existe ningún parque público, todos son privados y eso angustia porque la gente ya no puede decidir sobre los lugares”. Además de los beneficios ambientales, sociales y psicológicos que provee el espacio público, “representa la democracia e igualdad, porque es un lugar en el que podemos estar todos,”.

La importancia de éstos puntos se discutirán en Milenio Foros que trae el tema de Arquitectura, el cual se llevará acabo el día 25 en Monterrey, Nuevo León.


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