La participación de México en las cadenas regionales de valor en América Latina es casi nula, por lo que el banco de desarrollo CAF propone una “reingeniería” para impulsar su integración comercial con esa zona.
El país es líder en la región en exportaciones de valor agregado, esto por ser parte del tratado comercial con Estados Unidos y Canadá, el T-MEC, porque sus envíos de este tipo pasaron de representar 10 por ciento del total del país en 1990 a 20 por ciento en 2015, pero con el sur y Caribe del continente casi no tiene relación.
En su reporte llamado Economía y Desarrollo (RED 2021), CAF dice que, a pesar de que la mayoría de los países implementaron en los últimos 30 años políticas de apertura comercial, los resultados son “modestos”.
En entrevista con MILENIO, Pablo Sanguinetti, vicepresidente de Conocimiento del banco, indicó que “México está muy integrado en las cadenas de valor con Norteamérica, y cuando ve el encadenamiento con América del Sur y Centroamérica es muy bajo”.
“Obviamente la región norte de México ganó mucho con Norteamérica, pero la región sur no está tan integrada a esas cadenas de valor, quizás el sur puede integrarse con Latinoamérica y aprovechar las cadenas regionales con el resto de la zona, entonces servirá para balancear más el desarrollo de México”, explicó.
Sanguinetti dijo que en Centroamérica hay economías más pequeñas pero que seguramente para el sur de México pueden ser muy relevantes; pero primero, hay que integrarlo con infraestructura física porque hay accidentes geográficos, selvas, inseguridad, etcétera, que hay que resolver, pero me parece que el gobierno de México lo tiene muy claro, que hay iniciativas en ese sentido y CAF está apoyando eso”.
Por lo anterior, propone una “reingeniería” en tres pilares para impulsar la integración comercial: primero, reducir los niveles de aranceles aplicados unilateralmente, que en algunos casos aún son altos (Caricom y el Mercosur); baja de los costos aduaneros y de frontera a través de iniciativas de facilitación de comercio.
El segundo es proveer la infraestructura de transporte necesaria para mejorar la integración física entre los países, incluyendo la que favorece la integración energética. El tercer punto se refiere a las regulaciones domésticas y regionales que impulsen la integración productiva entre las economías, promoviendo la participación de las empresas en cadenas regionales de valor.
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Estudio
El reporte titulado “Caminos para la integración: facilitación del comercio, infraestructura y cadenas globales de valor”, indica que “el ingreso de México en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) provocó un fuerte aumento de intercambios con Estados Unidos y Canadá, que a su vez impactó en la participación de América Latina en el comercio global.
De hecho, si excluimos al país se observa una mayor reducción de la participación de la región en las exportaciones globales desde mediados de los 90 que solo se recompone parcialmente a partir de los años 2000, por el aumento en los precios de las materias primas”, indica el reporte.
El reporte indica que al evaluar en términos del cociente entre exportaciones y el PIB, el relativo estancamiento de la inserción internacional de América Latina no se modifica de forma significativa durante los más de 30 años transcurridos entre 1980-84 y 2015-18; sin embargo, un caso excepcional es el de México que muestra un destacado aumento (casi se triplica) en el nivel de internacionalización de su economía y Paraguay, que casi triplica su nivel de exportaciones respecto al PIB. En América Central llama la atención el fuerte aumento del comercio en relación al PIB en el caso de Honduras, Nicaragua y El Salvador.
Infraestructura de transporte
CAF revela que 95 por ciento del total de las operaciones de comercio exterior de América del Sur se realizan vía marítima contrastando con el norte y centro del continente, donde el tráfico carretero ocupa 42 por ciento del volumen total trasladado internacionalmente, 10 por ciento es por transporte ferroviario y 48 por ciento marítimo.
Señala que una mejora en la infraestructura carretera que permita aumentar las velocidades promedio, “pueden implicar mejoras sustanciales para las empresas en términos de concretar posibles ventas a nivel nacional o en países vecinos”.
Lian Allub, economista principal de la Dirección de Investigaciones Socioeconómicas de CAF y coautor del RED2021, señaló que hay importantes rezagos en la cantidad de infraestructura de transporte de América Latina disponible, así como en los servicios que la misma presta.
Por lo anterior, el desafío está en la priorización de proyectos de infraestructura y en un adecuado balance de obra nueva, mantenimiento y restitución para hacer más eficiente el limitado presupuesto del que disponen los países de la región.
Ante esto, CAF implementó una estrategia de apoyo a los corredores logísticos de integración y como casos de éxito señala México, concretamente en el Corredor del Istmo de Tehuantepec (2021), el Norte de Argentina (2018) y Ecuador dando como resultado la identificación de proyectos de inversión para la integración regional por más de 6 mil 800 millones de dólares.
El estudio reveló que el promedio del nivel de inversión en infraestructura de transporte en los países de la OCDE es cercano a 500 dólares per cápita, la gran mayoría de los países de América Latina los niveles son cercanos a 100 dólares per cápita o inferiores como es el caso de México.
Claves
El comercio intrarregional En AL y el Caribe se mantiene en torno al 15% del total de las exportaciones desde mediados de la década de los noventa: en Europa tiene valores cercanos al 60% del total; en América del Norte llega al 45% y en el Este y Sudeste de Asia al 35%.
Los trámites en frontera toman entre 80 y 100 horas en AL y el Caribe (similar a Asia); en América del Norte y la Unión Europea bajan a menos de 10 horas.
En el comercio intrarregional de América del Sur, los costos de transporte de sus exportaciones son 15% superiores a los de la Unión Europea.