Las empresas mexicanas necesitan recurrir a amparos para no retrasar fatalmente una entrada exitosa al mercado legal de cannabis, lo cual ofrece una importante oportunidad y recuperación de varias ramas de la industria nacional, señaló Mariana Larrea, experta legal en materia de salud y regulación sanitaria de la firma Santamarina + Steta.
La especialista explicó que la regulación que se está preparando en México y en otros países de América Latina sobre el tema está contaminada por el estigma social de drogadicción, asociado a la planta, sin reparar que hay procesos industriales que pueden separar sus componentes y extraer exclusivamente los que son benéficos para el ser humano.
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“Por tal motivo es que se está preparando regulación con un exceso de controles y trámites de aprobación, pero también con una todavía mayor ignorancia para llevarlos a cabo. Por ejemplo, no hay reglas claras y se tenderá a sobre regular la explotación del cáñamo, que es una planta muy útil de la familia cannabis, aunque -a diferencia de la marihuana- no produce el THC, que es el componente psicotrópico. El Cáñamo es muy útil por su producción de fibras conocidas como cañamiza, muy resistente al clima, que otorga grandes oportunidades para hacer alimentos (super food), tejidos, polímeros, biodiésel, bioplásticos y cosméticos, dijo.
“Tendremos que esperar que se constituya un instituto, lo cual, con pandemia, la falta de recursos, más la curva de aprendizaje de autoridades regulatorias, nos retrasará de cuatro a cinco años. Así, los emprendedores mexicanos e inversionistas extranjeros llegarán tarde a invertir en el mercado. Así estaremos también perdiendo oportunidades para desarrollar nuevas industrias, como se está haciendo en Canadá, Colombia y Uruguay”, añadió.
Consideró que el problema, más que de desarrollo legal, consiste en que legisladores y gobierno mexicano tengan criterios de prohibición, como sucede en los países más atrasados, en lugar de detonar y fomentar el desarrollo de diversas industrias muy prometedoras.
“Se permite el uso medicinal e industrial en lo general, pero no hay reglas específicas claras que aclaren el panorama para detonar una industria farmacéutica en México”, especificó.
Mencionó que, por desconocimiento de legisladores, el proyecto de decreto que se discutió y aprobó en marzo sobre cannabis, pasa por encima de la industria del cáñamo y congela todo para la industria farmacéutica.