La iniciativa en Estados Unidos de dar incentivos a la producción de autos eléctricos de manera local y la de México que busca reformar la ley eléctrica pueden ocasionar una disputa comercial entre ambas naciones, afirmaron especialistas y ex funcionarios de la Secretaría de Economía.
“A pesar de que son caminos independientes, cada una de las acciones lamentablemente se cruzan entre sí. Si la reforma (eléctrica) pudiera aprobarse, tendrías empresas llevando a México a paneles inversionista-Estado, los cuales al país le pueden costar mucho en reparación de daños, y está la posibilidad de un panel de controversia Estado-Estado, que en caso de ganar Estados Unidos puede poner aranceles contra exportaciones mexicanas”, contó el diputado federal Ildefonso Guajardo.
Pero a su vez, el también ex secretario de Economía señaló que ante la iniciativa “Build Back Better Act” de Estados Unidos para dar incentivos a la producción de autos eléctricos localmente, en detrimento de las inversiones en México y el T-MEC, el país debe tomar acciones que permitan erradicar esa propuesta acudiendo hasta la colocación de aranceles a diversos productos que importan del país vecino.
Por ello ambas iniciativas de los dos gobiernos envían mensajes de “está bien que todos violemos el acuerdo, y eso es en detrimento del futuro y el crecimiento de la región.
“Es aberrante y violatorio del acuerdo (la iniciativa de Estados Unidos). Es muy mala estrategia porque está debilitando el tratado, manda las señales incorrectas, y yo esperaría que corrijan rumbo en el Congreso norteamericano, pero hay que ver la determinación final. La posición de la secretaria Tatiana Clouthier fue correcta. Ahora hay que darle seguimiento inmediato para iniciar formalmente el proceso de discusión, y de solicitud de establecimiento de un panel de controversias, si es que llegara a materializarse”, aseveró.
Juan Carlos Baker, CEO y fundador de Ansley Consultores, sostuvo que México puede tomar las acciones necesarias si detecta afectaciones al comercio, ya que “es un derecho consagrado” en el capítulo 31 del T-MEC, esto a pesar de que Estados Unidos sea una nación con más recursos que México, pues eso “no le da ventaja o preferencia” para librar el tratado sin consecuencia.
“Al hacer una lista de represalias, no involucra más que seleccionar una serie de productos, determinar aranceles, publicarlo en el Diario Oficial de la Federación, no requieres una gran infraestructura para hacer eso, posiblemente el tema que requiere más recursos, y no solo dinero sino tiempo de personal es preparar las evidencias, presentar el caso”, explicó el ex subsecretario de Comercio Exterior.
Sobre la reforma constitucional en materia eléctrica, también afirmó que “a mí no me queda duda que Estados Unidos y los demás países van a utilizar esos mecanismos (de represalia), entonces para eso son, para garantizar el cumplimiento de los derechos comerciales”.
Por otro lado, un representante de las negociaciones del T-MEC que pidió no ser citado afirmó que México tiene que hacer un trabajo muy fino para identificar productos potenciales que pudieran ser sujetos a las represalias contra Estados Unidos, ya que no hay una restricción de qué sectores se pueden enfocar.
“Lo que se hace es identificar sectores donde tú mismo al subir aranceles a EU, no te vaya a pegar a ti, en tu consumo, canasta básica, que no te estés dando un balazo en el pie. México tiene que identificar qué productos son sensibles, y cómo pueden tener un impacto político para que cambien sus políticas”, destacó.
El ex embajador Andrés Rozenthal indicó que si EU aprueba la iniciativa y México se siente afectado directamente, se debe buscar qué productos de los que se importan pueden ser objeto de aranceles adicionales o algún tipo de represalia, mismo que no se necesitan recursos adicionales, ya que se tienen los recursos para una acción así.
“Pero la determinación de las represalias es algo que hace la Secretaría de Economía lo tiene que hacer con mucho cuidado, porque no quiere afectar la economía mexicana con eso, entonces se buscan productos de lujo, productos que no son fundamentales para el aparato productivo nacional”, comentó.