México no puede basar sus decisiones sobre el futuro del T-MEC en la defensa de la soberanía, consideró Juan Carlos Machorro, socio a cargo de la práctica trasnacional de la firma Santamarina y Steta.
“La soberanía no descansa en adoptar decisiones que aíslen al país y nos anclen en prácticas monopólicas de ineficiencia probada, todo lo contrario”, añadió el experto.
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El especialista mencionó, si México basa la actuación del equipo de transición y lo efectuado en relación con el Capítulo Octavo y la narrativa del gobierno federal de los últimos días, el panorama no es alentador.
Indicó que el mejor escenario sería que México reconociera el incumplimiento y asumiera el compromiso de corregir.
Señaló aspectos cruciales que enmarcarán las mesas de consulta, una vez que los gobiernos de los Estados y Canadá han iniciado el proceso correspondiente para señalar incumplimientos del T-MEC derivados de políticas del gobierno mexicano en el sector energético.
“En esta primera etapa veremos equipos negociadores de EU y Canadá con un alto nivel de preparación y de conocimiento del tratado y de las áreas de incumplimiento en discusión; la pregunta es si podemos esperar lo mismo del equipo mexicano”.
La desestimación de las señales previas a la solicitud de consultas ya era preocupante pero esto se incrementa cuando en el discurso oficial no hay incumplimiento alguno al no estar cubierto en el tratado el sector de energías.
Si no hay conocimiento del tratado y de los compromisos específicos en el sector ¿qué tipo de arreglo puede esperarse? desafortunadamente ninguno”, comentó.
Las primeras consecuencias, dijo que los nuevos equipos van a tener que hacer tres cosas al mismo tiempo: ir descubriendo el propio tratado, las razones jurídicas de las faltas mexicanas y empezar a dimensionar el costo de las consecuencias; preparar argumentos de defensa sobre la marcha, y lo más difícil: explicar la situación al Presidente y proponer salidas económicamente decorosas, ante la presión y convicción férrea de los allegados a Palacio Nacional, expresó.
Subrayó que esto es, “¡demasiado maniobrar en tan poco tiempo!”.
Planteó un primer escenario previsible: difícilmente llegarán a algún acuerdo y el asunto será resuelto en un panel.
Además, previó complicaciones adicionales, tales como otros procesos de revisión que iniciarán otros socios comerciales, Unión Europea incluida, y los inversionistas actuando en lo individual.
Los argumentos y reclamaciones que se anticipan de Canadá y otros socios comerciales girarán en torno a lo mismo: política discriminatoria a favor de los monopolios de Estado y congelación de trámites.
“Un viraje total a la argumentación ideológica que poco o nada tiene que ver con compromisos comerciales válidos, vinculantes y plenamente exigibles”, señaló.
El trabajo desarrollado por el equipo de transición encabezado por el doctor Seade no logró lo que el Presidente esperaba si el objetivo era reservar el sector energético y las negociaciones quedan en manos de funcionarios obligados a defender lo indefendible. Bajo ese panorama, el resultado es de pronóstico reservado.
rcm