La población millennial desempeña un papel fundamental en la reapertura económica en México durante la pandemia; sin embargo, enfrentan complicaciones, ya que, en Puebla, en promedio, destinan 42 por ciento de sus ingresos en la renta de una vivienda.
De acuerdo con el análisis “Los millennials en la pandemia: perfil de ingresos y gastos”, realizado por BBVA Research, Puebla es el tercer estado donde la población que nació entre 1981 y 1995, es decir, que tiene entre 26 y 40 años de edad, destina la mayor proporción de sus ingresos en renta de un hogar.
En la Ciudad de México, el costo promedio de la renta de una vivienda representa 54.3 por ciento del ingreso medio como empleado de un millennial; le sigue Querétaro con 43 por ciento; Puebla, 42 por ciento y Quintana Roo, 38.3 por ciento.
En contraste, en los estados de Tamaulipas, Zacatecas, Durango, Nayarit, Chihuahua y Coahuila, la población millennial eroga la menor proporción de su ingreso destinado al pago de la renta de la vivienda, 22.5 por ciento o menos.
- Te recomendamos Estos documentos necesitas para registrar gratis a tus hijos en Puebla Gobierno
Dentro del territorio poblano, la población millennial recibe el tercer menor ingreso salarial del país, con 5 mil 317 pesos mensuales. Con ello, los poblanos destinan más de dos mil pesos en pago de renta de una vivienda.
En el país, el salario promedio de un millennial empleado en Nuevo León fue de 11 mil 100 pesos, el más alto del país; mientras que en el estado de Chiapas es de cuatro mil 458 pesos, el más bajo.
“Para los millennials que viven independiente, la renta representa uno de los mayores gastos que deben desembolsar. Un porcentaje elevado en el costo de la renta entre el ingreso laboral puede afectar los recursos disponibles para otros conceptos, pero también puede ser un indicador de distintas características que se pagan indirectamente por el entorno de residencia, que influyen positivamente en la calidad de vida”, destaca el análisis.
Ante los retos que enfrentan los millennials, el estudio resalta que el sistema hipotecario podría desarrollar esquemas más adaptados a las dinámicas laborales de las nuevas generaciones y explica que se podría ofrecer un seguro que podría diferir el pago de la hipoteca de seis a 12 meses, otorgando períodos de gracia durante la transición de un empleo a otro.
“Este seguro sería muy económico para ambas partes, pues no buscaría cubrir la mensualidad, sino simplemente diferir el crédito ciertos meses bajo las mismas condiciones, y complementario a los seguros de desempleo. También, el mercado inmobiliario debe buscar formas para cubrir a la población freelance”.
AFM