Desde que el entonces presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, anunció que el modelo del sector energético en el país se orientaría a la refinación de hidrocarburos, las agencias calificadoras mostraron preocupación por el futuro de Petróleos Mexicanos (Pemex) y sus implicaciones en las finanzas públicas y, por ende, en la calidad crediticia de México.
En octubre de 2018, Moody’s Investors Service señaló que un modelo orientado a la refinación y no a las exportaciones llevaría a que Pemex quedar expuesta a un menor flujo de efectivo, donde sus ingresos por la venta de gasolinas serían en pesos y 87 por ciento de la deuda está en dólares; con esto, la calidad crediticia de la petrolera se debilitaría y podría ampliar considerablemente el déficit fiscal del país.
En ese mismo mes, Fitch Ratings mantuvo la calificación de la deuda mexicana a largo plazo denominada en moneda extranjera en ‘BBB+’, pero ajustó su perspectiva de ‘estable’ a ‘negativa, debido a un deterioro en el balance de riesgos para el perfil crediticio de México dada la incertidumbre y probables efectos negativos de políticas públicas por parte de la nueva administración; además de crecientes riesgos en las obligaciones financieras de Pemex y un desempeño económico débil en relación con otras economías comparables.
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En enero pasado, Fitch Ratings redujo la calificación en moneda local y extranjera de Pemex de “BBB+” a “BBB”, y la nacional a largo plazo de “AAA” a “AA”, con perspectiva negativa, debido al continuo deterioro del perfil crediticio de la empresa, y en febrero informó que el plan de apoyo a la empresa productiva del Estado es insuficiente, por lo que mantuvo sin cambio la calificación.
No obstante, HR Ratings mantuvo la calificación de Pemex y destacó que el desempeño financiero de la petrolera ha tenido retos importantes en años pasados, pero recientemente ha mostrado mayor capacidad de generación de flujo proveniente de las actividades de operación, mientras que Moody`s indicó que daría el beneficio de la duda antes de hacer un ajuste, pero advirtió que el paquete de apoyo a Pemex es negativo para la calidad crediticia del gobierno mexicano.
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Hace unas semanas, Standard and Poor’s (S&P) Global Ratings cambió a negativa la perspectiva de la calificación de Pemex, luego de que también modificó la perspectiva del gobierno soberano, y el rating lo mantuvo en “BBB+”, ante el continuo deterioro de los perfiles de riesgo de negocio y financiero de la compañía. S&P indicó que el apoyo a Pemex es insuficiente.
lvm