De acuerdo con el director general del Nacional Monte de Piedad, Javier de la Calle Pardo, casi uno de cada dos pesos de lo que ingresa a la institución se va al sindicato, el cual pone en alto riesgo el negocio e incluso hasta dejar de operar.
El directivo manifestó que las distintas exigencias que están estipuladas en el contrato colectivo de trabajo (CCT) representan 46.5 por ciento del costo total de Monte de Piedad.
Javier Pardo comentó que es tan serio el riesgo al que se enfrenta la institución prestataria al grado de llegar a la quiebra en esta misma década, que la única alternativa de no poder transformar el CCT, sería hacer un cierre rápido, para así, poder liquidar a sus colaboradores y pagar a sus pensionados.
El director manifestó que el Monte de Piedad gastó 7 mil 296 millones de pesos en 2021, de los cuales 9.2 por ciento fue para sueldos del contrato colectivo,5.9 por ciento.
Además de que las prestaciones representaron 15.1 por ciento, el servicio médico 5.7 por ciento, mientras que el costo de los jubilados 10.5 por ciento y la nómina de confianza 13.5 por ciento, totalizando 46.5 por ciento de los gastos, dejan 53.5 por ciento para cubrir los temas gastos operativos,
Ante ese panorama, evidenció que el costo del CCT representa 77.5 por ciento del costo laboral y 57 por ciento del costo de operación.
Javier Pardo detalló que dichos contratos contemplan prestaciones ostentosas, como 105 días de aguinaldo, únicamente 11 meses de trabajo, servicio médico privado, jubilación con tan sólo 24.5 años de trabajo.
“Estas cláusulas rígidas entre otras que impiden que Monte de Piedad pueda ser más competitivo ante la clara baja en el volumen de operación del sector prendario, el papel de la creciente competencia, y el aumento de las nuevas opciones de financiamiento que se ofrecen en el mercado”, destacó.
Dijo que la necesidad de transformar a la institución ante un problema muy grave de rentabilidad que puede ocasionar la quiebra tras 248 años de servicio.
Con base en la encuesta realizada por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) sobre inclusión financiera donde en al apartado del empeño, refirió que este servicio va en declive, tras en 2015 registras 5.8 millones de clientes al último registró en 2021 que solo fueron 2.8 millones de personas que empeñaron un bien, lo que representan una baja de 51 por ciento.
“Imagínense, en cualquier empresa, en cualquier sector, que vea que su número de clientes está cayendo a esa velocidad, se tiene que transformar, si no se va a acabar muriendo, es cuestión de tiempo”, comentó.
MRA